Los alti-bajos son los que hacen de la vida un viaje emocionante, giros del volante dignos de recordar y conmemorar.
Las líneas rectas y chatas son meras ilusiones de permanente estabilidad, algo más afín al ego y a la muerte que a nuestra misteriosa complejidad. Por eso, aferrarse a vivir en perpetua estabilidad, negando los alti-bajos que son comunes a la existencia, es morir en vida.
La única línea que vale la pena dibujar es la que navega entre los contrastes de nuestra experiencia, despertando eso que llamamos consciencia, y que no es más que nuestro ser auténtico haciendo arte con las múltiples polaridades que nos componen disponen y proponen a aceptarnos como somos.
No comments:
Post a Comment