Un arresto de alto perfil bastó a Donald Trump para involucrarse en la política mexicana, pero no a nivel partidista -PAN, PRI, MORENA- si no a nivel estructura de Estado.
El arresto de Genaro García Luna debilita los cimientos de la ya de por si ineficaz seguridad pública del Estado mexicano, que se aferra con todo y cambios de partido e ideología a una 'estrategia' que ha costado casi 300,000 muertos.
Este golpe ajeno de 'justicia' sucede en momentos en que Trump considera rebautizar a los narcos como terroristas, bajo la ya anunciada premisa de intervenir directamente en asuntos de seguridad pública mexicana. El arresto de García Luna se da claramente en este contexto.
Además de esto Trump busca los siguientes objetivos:
Primero, simplificar y reducir el conflicto del narco vs el Estado mexicano a un enfrentamiento entre buenos y malos -blanco y negro-, para tratar de eliminar los grises y volverlo más entendible para la masa televisiva que le apoya. Este entretenido espectáculo además le sirve para exonerar mediáticamente a su país, que es responsable en parte por haber impuesto la estrategia, por lavar dinero, por consumir mucha droga y por venderle armas al narco.
Segundo, colocar simbolicamente a su personaje del lado de la justicia bondadosa, para limpiar un poco su imagen de tanto escándalo mediático, como el juicio de impeachment (remoción) en su contra.
Tercero, distraer la atención de los más recientes fracasos geopolíticos en Siria, Irán y Venezuela, países ahora controlados por China y Rusia.
Cuarto, enfocar aun más la atención de su base hacia México, país que ha sido victima de múltiples ataques Trumpescos en temas raciales, migratorios, comerciales, laborales y de narcotráfico. Este nuevo capitulo acusatorio corrobora el señalar para ganar.
Quinto, en el sentido del anterior, Trump aprovechará todo esto para relegirse en 2020, apegándose a la misma línea de crear enemigos para justificar salvarlos en afán de cosechas electorales - como su triunfo del 2016
No comments:
Post a Comment