‘‘Sólo el Congreso tiene el poder de acuñar el dinero y de regular su valor’’
Artículo 1, Sección 8, Constitución de los EUA
Artículo 1, Sección 8, Constitución de los EUA
La Reserva Federal (Fed) de los EUA es en la práctica una institución dominada por intereses financieros privados.
Esto quiere decir que las utilidades de la banca no sólo provienen de prestar dinero, sino también de la creación del mismo.
El señoreaje es un concepto que se refiere a la ganancia que técnicamente le corresponde al que crea el dinero, y que después lo pone en circulación con distintos valores. Imprimir billetes de $20, $50 y $100 dólares cuesta lo mismo, pero el valor de cada uno depende de la cifra impresa en el papel, así como de las condiciones económicas donde circula.
El caso de la Fed es paradigmático, ya que aunque en 1913 se estableció como institución pública, en la practica opera como especuladora financiera privada. Esto porque la banca privada le cobra un impuesto ‘‘especial’’ al gobierno antes de que el dinero haga su entrada oficial al sistema.
El primer paso es que el gobierno crea los pagarés oficiales para después ser intercambiados en el Tesoro por dinero en efectivo. De ahí finalmente llega a la Fed para ser puesto en circulación. Mientras esto sucede, la banca, que a su vez participa de todo un proceso que debiese ser público, aprovecha la ‘‘autorización’’ del gobierno para fraccionar el dinero que recibe. O sea, que los bancos pueden emitir más de lo que tienen en reservas oficiales. Para ello recurren a los famosos créditos, los cuales acaban engrosando las dichosas deudas que caracterizan a la religión financierista que nos domina. El control social está en prestarle a la gente más de lo que puede pagar.
La usura lubrica el acontecer financiero a todo nivel, lo cual se ve reflejado en la manipulación del sistema con fines más allá de los públicos. Es así que tanto la excesiva inflación, producto de la indiscriminada impresión de dinero, como la acumulación de deudas soberanas astronómicas impagables, son estrategias ideadas por esos mismos que después mueven las tasas de interés para beneficiarse.
La deuda soberana que rebasa los $18 millones de millones de dólares tiene varios componentes, pero uno emana de la necesidad orgánica del gobierno por crédito. En vez de que el gobierno se empodere financiándose con su propio dinero (para no incurrir en deuda) debe acudir (y pagar) al sector privado al que le cedió su poder de señoreaje.
Entonces, cuando el gobierno imprime más dinero para paliar una economía estancada –dentro de un contexto de tasas de interés casi nulas– los que más ganan son los bancos. Éstos, que en teoría deben prestar a la persona común para que consuma y levante la economía, en su lugar utilizan el dinero para realzar los valores de los activos que le fueron embargados a la gente durante la peor parte de la crisis de 2008.
Por eso no hay que sorprenderse con la bancarrota del gobierno y la ausencia de democracia. Si le cedes el poder primario sobre el dinero al sector financiero éste tarde o temprano acabará definiendo las políticas públicas de cualquier nación. La sociedad que deriva de esto es una pirámide con una cabeza de alfiler en la cima, símbolo de la concentración uniporcentual de la riqueza.