Tuesday 9 June 2020

Crisis en USA

 
 
El peor racismo es el que usan los políticos para canalizar el enojo de una raza contra otra. Pero el gane no está en seducir a unos contra otros. El gane está en distraerlos a todos para que no se unan en tu contra, el responsable de la crisis económica. 
 
Primero, porque no resultó la tan vociferada "America la Grande". 
 
Segundo, porque tus actos contradicen a tus promesas. 
 
Con esto me refiero a la desenfrenada impresión de dinero, que en lo que va de la cuarentena suma ya 8 trillones de dólares (en inglés), de los cuales solo una mínima parte se fue en chequesítos de $1200, mientras que el groso se fue en salvar a la banca y demás corporaciones de élite, que profundizan la desigualdad como causa principal de la violencia.
 
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El tema racial es sólo una parte de la crisis socio económica estructural que los medios lógicamente no cubren, por preferir enfocarse en el amarillísmo simplista negros y blancos. Lo que si no cabe duda es que el elemento racial suele ser el disparador de la violencia, por que la desigualdad natural que ya existía en torno al acceso a las oportunidades se radicaliza aún más durante una crisis prolongada como la que se vive.
 
La frustración y el enojo acumulado ciertamente estalla con la difusión de la noticia del asesinato de George Floyd. Lo que no nos dicen es que la pólvora del estallido contiene tres meses de encierro con pocos o nulos recursos, todo agravado por un desempleo y mala situación económica que tenía tiempo acentuando las diferencias entre razas y clases sociales.

Saturday 6 June 2020

Enemigos electoreros


Los sospechosos comunes se transforman en enemigos en tiempos electorales. Solo hay que a ver a Donald Trump y sus acusaciones contra los manifestantes en Minnesota, Twitter, el Estado Profundo, Obama, la OMS, China, México, y hasta el Coronavirus, al que se refiere como "enemigo invisible".
Ninguno de estos es ya siquiera un competidor, contrapartes con causas y razones propias que habría que considerar para comprender y tal vez aprender de ellos. 
Dichos enemigos son colocados en un extremo de una línea bipolar de buenos y malos, hacia donde se nos incita a enfocar nuestra atención para identicarlos claramente como amenazas para la forma de vida americana, la cual debe ser protegida por el bondadoso líder que se coloca en el otro extremo salvacionista que el mismo trazó.
Comoquiera que sea, lo que toda proyección de enemigos nos demuestra es que detrás de cada uno realmente hay un problema no enfrentado por conveniencia política. Es mucho más facil vender simplismos buenos y malos que analizar las causas y efectos de cualquier fenómeno, especialmente cuando estás desesperado por tu baja popularidad. Encima de todo los simplismos distráen mucho más que las profundizaciones. Y si, también te convierten en el protagonista de la película, justo a tiempo para las próximas elecciones.

Mis temores

 
 
Les juro que no le temo tanto a la muerte. Le temo mucho más a que esos necios que se aferran en manipular nuestro destino triunfen de nuevo y logren convencernos, otra vez, de que sus intenciones son buenas.
 
Me atemoriza que esos que constantemente nos asustan usen al virus como excusa para arrebatárnos más libertades.
 
Me aterran aquellos que envenenan nuestra agua y nuestra tierra para supuestamente mejorarla, y que nos recomiendan comer lo procesado y sumplementos y vitaminas en vez de alimentos limpios y puros.
 
Me espanta que esos que nos prometieron la gloria y la emancipación con la tecnología ahora la usen en nuestra contra, conviertiendo lo que alguna vez fue la mejor herramienta de interconexión humana en un instrumento de espionaje y control social verticalizado.
 
Me estremece que esos que nos engañaron con la supuesta utopía del petróleo y demás combustibles fósiles lo hagan otra vez, y caigamos en la trampa de que las energías aternativas está vez si nos salvarán de nuestra existencia consumista.ç
 
Me asusta que nunca despertemos al hecho que el consumismo es realmente el problema, y que si no lo eliminamos de raíz no habrá fuente de energía lo suficientemente pristina para darnos gusto.
 
Me averguenza pensar que las nuevas generaciones obsesionadas con celulares y aparatos de todo tipo se vuelvan lo suficientemente manipulables para creerse algunos flashazos televisivos y unos cuantos tuits.
 
Me inquieta que volvamos a una vida tan confusa y acelerada como la que tuvimos hace algunos meses, y que la mentada cuarentena no nos haya enseñado nada.
 
Me preocupa que la mayoría no pueda desarrollar su potencial por estar a expensas de aquellos que otra vez, tal vez, estén planeando como salirse con la suya.