Tuesday 18 December 2012

Santa Claus y la espiritualidad utilitaria





Rara vez nos topamos con una crítica hacia la figura de Santa Claus en los medios de comunicación masivos. Y ahí radica el meollo del asunto. Estos medios han basado mucho de su expansión en el comercialismo, y el atacar a una de sus figuras prominentes sería contraproducente.  A mi no me extraña que los medios utilicen lo que sea para vender, lo que se me hace curioso es que los seguidores de creencias y religiones con base cristiana no cuestionen un fenómeno contradictorio en lo que a la educación de los hijos y la sociedad concierne.

Santa Claus representa supuestamente una de las mejores maneras de  reconocer la pureza y la inocencia de la niñez, a la vez que se busca infundir un espíritu de agradecimiento y de amor incondicional.  ¿Pero será que participamos de esto sin condiciones?  

Lo primero es que la figura de Santa Claus es el mayor representante del sistema de premios y castigos que hemos venido reproduciendo como patrón social, en donde se condiciona a los niños a portarse bien para obtener cosas materiales. Esto no sólo es una forma utilitaria de manipulación, si no que condiciona a la  espiritualidad en si, convirtiendola en un sistema de conveniencia personal, el cual en muchos casos conduce al egocentrismo de quienes lo practican. 


Además esta la justificación de intermediación espiritual para lograr cosas que van mucho más allá del mero sentido religioso. El catolicismo ha sido atacado por ser politeísta (muchos dioses), y creo que el justificar santos en demasía es una forma segura de desvirtuar, y ciertamente de confundir, el desarrollo y la evolución del sistema de  creencias de los niños y demás elementos de la comunidad.

Por último, y no  por eso menos importante, está el consumismo desmesurado que la importación de esta celebración conlleva, y que  se ve reflejada en los caudales de crédito necesarios para formar parte de ello. Pero no solo esto, si no que al participar de toda esta estructura no sólo agradecemos a nuestros hijos, si no que de pasada perpetuamos el andamiaje corporativo que hace uso de los medios necesarios – incluyendo los mediáticos y políticos – para lograr que nuestra cultura reproduzca a gran escala nuestros deseos proyectivos de insatisfacción material. No estoy en contra de regalar cosas, pero si de sustituir otras formas de afecto mediante el consumo.


Monday 19 November 2012

Reciprocidad orgánica vs. la sustentabilidad como intermediación




Esta muy de moda como negocio todo lo relacionado a salvar al medio ambiente, al planeta, al mundo, a la ecología, et cetera.  También se ha vuelto común el que nuestras autoridades se encarguen de definir cuales son nuestras áreas verdes  y  públicas. En estas líneas podemos identificar dos tipos de liderazgo, el privado y el público. Pero la peculiaridad del liderazgo público es que solo actúa como un representante de la gente, la cual bajo un sistema republicano es técnicamente la que manda, y que consecuentemente decide que espacios verdes y públicos prefiere para hacer comunidad.

Esto quiere decir, que aunque se agradece el interés de las autoridades por definir los espacios públicos para nosotros, creo que esto se ha convertido en la creación de una nueva dependencia para la comunidad. O sea, la ciudadanía le esta otorgando poderes al Estado que teóricamente ya tiene, enfatizando la injerencia de un Estado gradualmente más grande y costoso,  en los menesteres que una comunidad en desarrollo de autonomía propia debiese estar  haciendo por si misma.

La paradoja de San Pedro, Garza García es que se presume como una entidad blindada de la violencia, que abre espacios públicos dentro de un área que comoquiera que sea ya esta enclaustrada,  gracias a políticas provincialistas que han separado y segregado al municipio de otros que forman parte del  area  metropolitana. Se ha justificado un aparato de seguridad a nuestra costa, y cuando la misma ha sido vulnerada, básicamente se ha culpado a factores externos. O sea, la fantasía llamada San Pedro, Garza García no puede ser la culpable de nada.

Creo que al final lo determinante para las calles y plazas no es si están hechas para peatones o para automóviles. Lo importante esta en relación a quienes le ayudan al pueblo a ‘tomar’ lo que desde un principio ya le corresponde. Si la gente no toma lo suyo, siempre habrá alguien que buscara dárselo, pero nunca lo hará gratis: el  privado buscara la ganancia económica y el Estado lo justificará como capital político. Habría que preguntarnos si nuestro sistema republicano  esta siendo respetado con la excesiva injerencia del Estado, y por otro lado, si es que no estamos dejándole nuestros espacios – y responsabilidades – a algún inversionista que busca la ganancia a corto plazo. No estoy en contra que existan gobiernos ni iniciativas privadas. Pero tampoco es correcto que se lleven lo que nos corresponde en afán de ‘salvarnos’. Al final el que paga los impuestos es la ciudadanía, y allí ya se incluye la defensa original de los espacios verdes y públicos.

Lo mismo pienso de todo lo relacionado a las crisis ambientales. Que bueno que exista gente interesada en resaltar la labor que puede hacerse también desde lo privado para hacer consciencia. ¿Pero donde se establecen los limites de libertad de maniobra que puede tener un privado sobre los intereses del público, otra vez, en afán de salvarnos? Es obvio que mucho del ‘discurso verde’ que esta tan de moda busca hacer relevante al consumismo en una era de crisis múltiple. Pero como resultado están convirtiendo al fenómeno – y en muchos casos a la naturaleza en si misma  en un commodity (producto) -, que puede ser vendido y adquirido por el mejor postor. No digo que esto no logre hacer consciencia, pero me parece una forma muy limitada de acción.

Creo que la reciprocidad orgánica – el darnos cuenta que la base de la vida y de todo lo demás esta fundamentalmente ligado a la naturaleza de la cual formamos parte -  es mucho mas económica y urgente, y que esta no empodera a nadie más que a nosotros mismos. Desde esa base  podemos  consolidar la consciencia necesaria, buscando reactivar a la comunidad horizontalmente, pero siempre en en conjunción con la naturaleza. Desde ahí pudiésemos estructurar la también urgente necesidad de reformulación del pacto social  con las autoridades e iniciativa privada, haciéndoles saber nuestras prioridades. La naturaleza existe previamente a cualquier arreglo social e ideológico, y creo que si seguimos tratando a la naturaleza como oportunidad no llegaremos muy lejos.



El chivo expiatorio y la razón política





La historia de la humanidad esta llena de culpables, y sospecho que el primero pudo haber sido el otro, el diferente. Esto pudo haberse creado al momento que terminó de estructurarse  el ego en nuestra especie. En este sentido el ego se volvió un mecanismo de defensa individual, que sirvió para ocultar nuestros más profundos miedos. Es así que nos embarcamos en la tarea de proyectarle nuestras ansiedades a la persona de enfrente, para que cargase con nuestras expectativas.

Fue por eso que se invento la política, como una manera de no solo guiar a la gente a algún fin común, si no para otorgar también identidades (egos) colectivas, que nos hicieran sentir especiales en contraposición a otros que  a su propio tiempo hacían lo mismo.  Es por eso que podemos ver a la historia ‘civilizada’ de la humanidad como la invención perpetua de chivos expiatorios – enemigos – que de alguna forma estropean el camino para nuestra realización personal o la de nuestros semejantes. El chivo expiatorio es montonero por naturaleza. Si se esta en contra de lo que alguien determinó como malo se es tildado de traidor o vende patrias.

El enemigo tiene una cara doble, por un lado cumple con la función antropológica de unir al grupo bajo un fin común. ‘Nos identificamos como similares a diferencia de aquellos’. Y por el lado político tiene la finalidad de encumbrar al líder de tal grupo que representa nuestra identidad, como el que también se encargara de lidiar la batalla contra el enemigo en cuestión, que pone en entredicho la supervivencia de nuestra   colectividad. Esto fortalece al líder en ambos sentidos, en la homologación del grupo, y en el refrendo de su poder al frente del mismo.

Si nos llevamos esto a los ejemplos entendemos como el judío se convirtió en enemigo, así como también el sarraceno (musulmán medieval). Más aun, esto nos sirve para entender porque se justificaron las Cruzadas y el Colonialismo, el porque se vilificó al comunista y al terrorista, etc.  Entre la larga lista de chivos expiatorios confieso que el mas ridículo - pero sublime a la vez - es el diablo. Este representa la superstición del mal en si mismo para la jerarquía católica, y en muchos casos, su iconografía es el reultado de la fusión de varios  animales, siendo uno de ellos  el chivo.

El chivo expiatorio focaliza la atención y la consciencia publica, y en consecuencia moldea  nuestra psicología social. O sea, lo que pensamos acerca de nuestra sociedad y como debe regirse, esta influenciado siempre por visiones externas que buscan mejorarla, depositando a la colectividad en un recipiente que acumula la perpetua ansiedad por lograr esos fines que se nos han establecido como los ulteriormente más refinados.

El chivo expiatorio de moda en México tiene distintas formas de abordarle, y propongo tres.  Por un lado el hecho de que importamos de Estados Unidos un chivo expiatorio denominado ‘droga’, donde su persecución se volvió imperativa para el Estado.  Algunas sustancias alteran la consciencia a niveles que en algunos casos hacen que la gente reflexione sobre su situación personal y colectiva dentro del grupo. O sea, hacen que la gente se cuestione, y esto abre la posibilidad de que incluyan las relaciones de poder y autoridad en su lista de cuestionamientos. Octavio Paz llama a esto una disidencia de opinión con carácter espiritual. En este sentido la droga es una amenaza en el doble sentido que ya explique, en el antropológico y el político. O sea, pone en entredicho al grupo de forma mental, abriendo la posibilidad de que se dude del  rol o participación de cada quien, lo cual a su vez es riesgoso para la estabilidad de la posición de quien nos organiza y controla.

Pero la droga no se convierte en amenaza por si misma, ya que para que esta tome su carácter político necesita engarzarse con fenómenos sociales que también pueden aprovechar ser expiados, en el afán de colocarlos simbióticamente a todos como malos. Esto quiere decir que muchas veces yo le hecho la culpa al otro de cosas que no he resuelto conmigo mismo, y el mejor ejemplo aquí es Hitler y su odio a los judíos. Ellos eran todo lo malos, según el Fuhrer, pero detrás de esto se escondía una realidad social germana paupérrima. Esto quiere decir que el chivo expiatorio no  solo une y refuerza al líder, detrás de  su creación y proyección se esconde algo propio.

El líder mexicano amarró a la droga con el fenómeno de los ‘malitos’, que se han vendido como un grupo de gentes que hacen el mal intrínsecamente, y que lo hacen en conjunción con un sustancia previamente expiada como la droga. Son cosas distintas, pero se matan dos pájaros de un tiro. A lo que voy con todo esto es que Estados Unidos podrá tener sus propias razones para tener ilegal a la droga, pero México aprovechó las suyas cuando  importó esa idea.

En nuestro caso he dicho hasta el cansancio - que al igual que en los tiempo de Porfirio Díaz se les llamaba ‘pelones’ a los pobres inconformes - hoy nuestro país ha hecho de los malitos el ‘chivo expiatorio’, que esconde detrás una realidad de estancamiento y de falta de movilidad social para millones. Esto se ha ido gestando como resultado de  las ultimas tres décadas de neoliberalismo y del fracaso del éxodo rural pos-revolucionario, pero se ha venido agravado en los últimos años.

En este sentido es que podemos entender el pacto social al que fuimos obligados a participar en los últimos años. Aceptamos una guerra contra los 'malitos' que hacían de la droga (inicialmente) su forma de vida. Aunque no lo justifico, también he dicho que la droga ha sido una forma de movilidad para muchos que han estado fuera étnica, cultural y económicamente del progreso en este país.

Por eso - ahora que Estados Unidos esta legalizando la marihuana -  y que la guerra contra algunas drogas se convierte en un anacronismo, me parece que la estrategia perseguida se ve clara. Se buscó los tres factores que anteriormente explique. Primero, le compramos la guerra a Estados Unidos, el cual de forma geoestratégica y geopolítica decidió que era de su interés el que México funcionase como su propio chivo expiatorio, desviando la atención  mediática lejos de sus propios problemas estructurales. Segundo, el presidente de México necesitaba de legitimidad, en un momento en que la elección había puesto en duda, no solo su triunfo, si no todo el sistema democrático nacional. Esta parte política de la ecuación le daba también ímpetu a la antropológica, ya que se le daba a la gente una nueva significación ante una crisis de desigualdad socio-económica: el de un pueblo unido y cruzado en contra del mal que le aquejaba. 

Ulteriormente todo esto encajaba perfectamente en el cumplimiento de la variable de nuestra disuasión mediática propia, donde se buscaba mantener al inconforme lejos del espacio de representación mediática y social. Los millones de inconformes con el sistema se volvieron en sus victimas - ahora en este nuevo contexto de persecución - chivos expiatorios de una carne asada que parece no tener fin.

No te pierdas este video didáctico sobre el concepto del chivo expiatorio:

http://www.youtube.com/watch?v=EbqtUN8U3aI&feature=relmfu


  

Thursday 8 November 2012

Evolución Espiritual - La religion, la politica y la moralidad en Estados Unidos

http://archive.org/details/EvolucinEspiritual-LaReligionLaPoliticaYLaMoralidadEnEstados

Global-es / La elección de Estados Unidos como fantasía de la civilidad

http://archive.org/details/Global-esLaEleccinDeEstadosUnidosComoFantasaDeLaCivilidad

La televisión como intermediario en la construcción del relieve político-mental de la ciudadania




El caso mexicano y el estadounidense sirven como ejemplos en donde la preponderancia de la televisión como medio de comunicación ha hecho de la política no solo un espectáculo, si no que representa el medio desde donde se construye a los candidatos en si mismos.  La televisión estructura  el relieve político-mental de la ciudadanía en relación al poder supremo que los representa. 

Esto quiere decir que lo determinante en la política representativa contemporánea no es tanto el poder legislativo y los congresos – ya que estos realmente han gobernado tras bambalinas desde tiempos romanos – si no que lo determinante es como se establece al frente la cabeza simbólica, que desde tiempos arcaicos ha venido representando al patriarca de la comunidad y el padre simbólico de nuestra gran familia.

En este sentido la televisión permite que la función ejecutoria del máximo representante se facilite, ya que este medio logra personalizar una relación que seria muy difícil sin ella en países tan grandes y poblados como México y EUA. Esto quiere decir que la historia personal y biografía del presidente puede ser presentada como una novela, en donde los capítulos son manufacturados para que este aparezca de cierta forma, enfatizando ciertos eventos o enunciados políticos que favorezcan su  imagen y la de su partido.

Las presentaciones son intercedidas por la TV, y esto obliga a los medios de  comunicación masivos a participar en la elaboración de dichas  presentaciones, con el afán de que ambos - políticos y medios - sean beneficiados de forma espectacular ante la ciudadanía. Ejemplos de esto son las dos campañas presidenciales de Obama y obviamente la de Peña Nieto, en donde ambos candidatos lograron un enorme capital simbólico gracias a que fueron presentados de forma telegénica. El medio de comunicación participa tratando de realzar y embellecer el  discurso como ‘show’ mediático, buscando llamar la atención del televidente. Todo esta parafernalia  se complementa con la substancia que el mismo presidente enfatiza con su discurso http://electad.com/video/barack-obamas-election-night-victory-speech-november-6-2012/ . Es por eso que algo así puede interpretarse más como retorica y demagogia que como substancia  política. 

Obama inauguró su periodo pasado de forma similar, pero en la practica contradijo muchísimas de sus promesas de campaña. La sociedad que el describe simplemente no existe. En pocas palabras, la televisión se ha vuelto  el mejor aliado de la política, ya que no solo le abre y delimita un espacio de representación a la burocracia, si no que la TV es la política contemporánea misma, ya que este espectáculo ayuda a manufacturar la psicología-social del público. Podemos decir aqui que la democracia se ha convertido en  telecracia. 

No puede dejarse a un lado también el hecho que en la practica el líder se transforma en una especie de héroe, que aparecerá  intermitentemente en la TV como el redentor de la sociedad. La TV sirve para lograr los vínculos necesarios de confianza en el camino hacia el  consentimiento público.
La toma de protesta y el discurso inician el ciclo político-mediático que indica la pauta que se seguirá a partir del establecimiento de la polaridad simbólica que se fija en un espacio y tiempo determinado. Esto quiere decir que técnicamente establecemos una relación dual. Por  una lado se institucionaliza un símbolo patriarcal que representará de forma novelada su ejercicio del poder, y por el otro se construye el personaje que actuará una narrativa humano-política durante el tiempo que dure su mandato.  


La TV facilita la propaganda misma, ya que funge como el medio preferencial  que proyecta  las intenciones de cualquier enunciado político. Por eso el aparecer en TV puede ser sumamente peligroso para cualquier político. Si se dice algo malo esto tiene muchos efectos sobre su persona y su puesto. Por eso es que los políticos cuidan mucho su imagen televisada. He aquí donde recae el máximo engaño posible. La TV abre la permanente posibilidad de perpetuar la demagogia y la retorica que puede hacer de la representación del personaje, y de la política misma, algo muy superficial. Aguas con la manipulación de la telecracia...      http://www.youtube.com/watch?v=Kidxh6vYN84


Tuesday 6 November 2012

La ruptura de los pilares filosóficos que sostienen a Occidente






Estados Unidos de América y Europa forman la mayor parte de la unidad cultural, económica y geo-política denominada ‘Occidente’, la cual ha sido históricamente influenciada por visiones muy particulares.  Entre ellas podemos destacar tres principales que se pueden considerar como la base de su filosofía y legitimidad como colectividades.

                                                        
Por un lado esta el capitalismo liberal, el cual podemos posicionar como el fundamento de la filosofía social de estas sociedades. Eso quiere decir que los derechos a la propiedad, el trabajo y las inversiones  se ejercen bajo la tutela de un Estado que permite las condiciones para que esto se de, sistema en donde se buscan evitar los abusos de poder del  gobierno y de otros grupos con grandes capitales a su disposición. El valor que se resalta aquí es el de la meritocracia, en donde el que logra las mejores cosas es el más preparado para ello.

Por otro lado esta el libre mercado, filosofía económica moderna que técnicamente equipara el tablero de competencia de los actores que participan en la economía. Aquí la clave es que el Estado no intervenga directamente en la planeación de variables económicas, para que las leyes de la oferta y la demanda distribuyan justamente lo que a cada quien le corresponde, como resultado de lo que se trabajó e intercambió. El valor que se resalta aquí es el de la competencia sana y libre.

Por ultimo esta la democracia republicana, filosofía política que institucionaliza caminos reales de participación ciudadana organizadas dentro de una forma de organización colectiva en donde el pueblo es soberano, pero representado por una clase política que teóricamente aboga por los intereses del electorado. El valor determinante para este sistema es el de la participación social de las decisiones públicas.

Pero la realidad de las cosas en el hoy es que estos tres pilares – el filosófico económico, el filosófico social, y el filosófico político – no solo se han puesto en entredicho, si no que muestran fracturas estructurales, dada las condiciones actuales de su manejo por cuestiones de poder.  A continuación explico a detalle.

Primero, la crisis de los libres mercados se pone en evidencia por el crecimiento del Estado.  Este actor político - que debiese estar fungiendo como arbitro - ha crecido no solo en tamaño, si no en atribuciones de todo tipo, lo que ha hecho del concepto y la practica del libre mercado un mero adorno. Estados Unidos y Europa no solo manejan, en términos reales, la mayor cantidad de subsidios públicos a distintos sectores estratégicos de sus economías. Si no que sus respectivos Estado han fracasado en permitir el surgimiento de actores – como los financieros de Wall Street y la City de Londres – que han distorsionado las leyes de oferta y demanda clásicas, en por ejemplo la búsqueda de estimulación de demanda artificial del consumo y la construcción mediante la oferta excesiva de créditos, que los llevaron a la explosión de la burbuja especuladora del 2008, el cual ha tenido repercusiones alrededor del mundo. El Estado en ambas regiones ha absorbido las perdidas de estas instituciones privadas, convirtiéndolas en deuda pública como hoy se refleja en sus deudas soberanas. El Estado en México ha crecido enormemente requiriendo hoy casi una tercera parte del PIB, lo que ha frenado el crecimiento económico, como las cifras más recientes lo demuestran.

Segundo, la crisis del capitalismo liberal se precipitó por la falta de regulación sobre sus actores, que paradójicamente un Estado mas grande debiese estar previniendo. Esto quiere decir en la practica que los monopolios domésticos se han transformado en corporaciones transnacionales, las cuales bajo un sistema neoliberal, han hecho del Estado algo redundante en cuestiones de libre competencia  y meritocracia. La corporación global ha externalizado  la industria mas pesada (exceptuando lo militar) hacia Oriente, y es desde ahí donde ahora se manufacturan la mayoría de los productos que alguna vez emplearon a los millones de personas que hoy componen las figuras de desocupación. Esto en el camino ha empoderado a la corporación sobre los intereses individuales y colectivos de la clase trabajadora. Pero también  ha disminuido el poder adquisitivo de la clase media en Estados Unidos y en muchos de los países europeos - desde España, Italia, Grecia y Portugal, hasta Irlanda e Inglaterra. La corporatización de lo social, y subsecuente privatización del espacio público, ponen en evidencia la tacita y a veces obvia relación que existe entre Estado y corporación, lo cual seria más fielmente representativo de relaciones de lealtad y fidelidad feudales, que de autonomía y separación de una época más moderna. En este esquema también cabe perfectamente México.

Por ultimo , la crisis estructural  de la democracia republicana, la cual se ha visto mermada para mantener la relación de intereses anteriormente descrita. En la practica existen elecciones y representación dentro de un supuesto espacio público. Pero cada ves es mas fácil darse cuenta del excesivo poder de Bruselas y Washington sobre los intereses de la población y de su capacidad de decidir por si y para si mismos. Se vota pero no se logra resonancia con lo que se exige. La protesta generalizada es la mejor muestra de ello.

Es por todo esto que Occidente esta fracasando. Los libres mercados no solo no son libres, si no que los Estados participan en las economías con la excusa de salvarlas de si mismas. La competencia y la meritocracia del capitalismo se han estancado por el surgimiento e injerencia de grupos con mucho capital que han torcido las leyes a su favor, evidenciando mas aun la paradoja de un Estado grande que no ha hecho más que someterse a sus demandas. ¿Y que decir de la república en si misma, concepto que determina la soberanía de la ciudadanía y el respeto del espacio público para si mismo? 

Creo que el fracaso de la democracia como forma efectiva de representación es en este contexto algo secundario, si tomamos en cuenta que lo público en si esta desapareciendo por debajo del poder avasallador del capital y demás intereses privados. Por eso digo que la democracia se ha convertido en propaganda de relaciones públicas y consentimiento socio-psicológico. En algunos casos, como el mexicano, el autoritarismo ha sido el remedio, arrojándonos de facto decenas de años atrás en cuestiones de organización social efectiva.

Tomando todo esto en cuenta creo que el fracaso nacional, social y cultural mas sonado, que contiene en si mismo una combinación de todas estas crisis, y que representa la epitome histórica y cultural de lo que conocemos como Occidente, es Grecia. Este país europeo se ha convertido en la válvula de escape para muchos, pero para otros simboliza lo peor de las practicas que hacen que cualquier serie de filosofías fracasen. ¿De que te sirve vanagloriarte de tu cultura si en la practica no existe congruencia?  La caída final de Grecia pudiese representar el fin de Occidente como tal. Esperemos que este país lidere, otra vez, el resurgimiento de algo novedoso, que nos motive a volver a creer en la humanidad y su civilización.