Thursday 12 April 2012

El Amor es aceptación









La cultura occidental nos ha vendido la idea del amor como un concepto,  algo que se recoge durante la vida para regocijarse con el. En este sentido la visión es dualista, el objeto amado esta separado del que lo ama. Lo que se presume con esto es la insuficiencia del buscador, que no logra realizar nada hasta que se haya topado finalmente con ese objeto que le abre la posibilidad de experimentar el amor.

El amor platónico, por su lado, presenta una punto de vista  que pudiese incluir esto ultimo, pero esta seria solo una etapa en el camino hacia una forma mucho mas abarcadora e ideal de  amor. Esto quiere decir que el objeto amado pudiese representar convencionalmente un espejo en donde uno proyecta, pero del cual toma a su vez ese aprendizaje de amor que el otro da. Con la pareja se puede aprender que el amor consiste en compartirlo algo en conjunto, que pero finalmente debe ser abandonado, en la búsqueda de formas mas sublimes y ciertamente mas sutiles de amor.  Pero esto es significativamente distinto  a buscar tomar de esta otra parte lo que nos  faltaba, con la intención de llamar a eso  amor.

Otras concepciones del amor lo colocan en si como el motor de la fuerza divina, una energía que funciona como el cemento de la vida misma, que mantiene animadas a las criaturas orgánicas dondequiera que estén. Bajo esta perspectiva, el amor o energía ulteriormente se presentan como caminos hacia el desarrollo personal y colectivo de los que lo ponen en practica. Y aunque todos estamos hechos de eso, no todos estamos conscientes de ello.  Esto porque en vez de reconocerlo ya en nosotros mismos, preferimos buscarlo afuera, en ese afán de complemento y suplemento que tanto  nos refuerza  la cultura en que vivimos.

 Es cerca del corazón en donde reside el chacra numero cuatro (anahata) -  que según el sistema tártrico de oriente – es el centro energético del cuerpo que esta relacionado con el amor incondicional, mejor entendido como la compasión. El elemento que simboliza este chacra de color verde es el aire, que equivale al  desapego. Eso quiere decir que para llegar metafóricamente a la compasión se debe primero haber trascendido a la tierra (supervivencia), el agua (emociones) y al fuego (ego). El fuego es el acaparador de la identidad, la asertividad, el dinamismo, la dominación y la voluntad de control -  todo esto situado en el plexo solar en el cuerpo.

Pero la mayor ironía es que se puede estar viviendo perfectamente desde el ego, confundiéndolo  con todo lo que existe como potencial de  desarrollo para las personas y sociedades. De hecho se puede decir a grandes rasgos que es desde ahí donde nos relacionamos y desde donde hemos construido la civilización, incluyendo nuestra justificación de la de la sumisión de las demas especies y la naturaleza. Aquí es desde donde opera la visión dualista  occidental del amor, donde el ego  busca un objeto que le sirva para reconfortarse a si mismo. O sea, que es muy posible que el objeto amado realmente represente un depositario proyectivo de lo que para nosotros es el amor. En ese sentido, el otro nos sirve para reforzar nuestro ego. Esta forma ciega de amor es la que nos ha engañado a pensar que no hay nada mas allá de esa ‘certeza’ misma, estrategia que con seguridad nos  esclavizara a una vida conceptual. Comoquiera que sea, esta forma de vida si puede ser placentera, pero lógicamente será  un obstáculo al reconocimiento que esa forma de ‘amor’ es solo  la punta del iceberg de la consciencia, en su ardua lucha para identificarse con  el espíritu mismo.

La forma común de entender la vida dice que lo que se percibe  se hace en función del ego, y es  ahí donde  cabe perfectamente esa idea del amor como  reforzamiento de la identidad personal. Los Hindú llaman a esto Maya - la ilusión de creer que lo que percibe el ego es lo verdadero y lo único que hay. La solución a esto, entonces, es el hacerse consciente de que solo somos una fracción del espíritu, y que el darse cuenta de ello es trascender el ego,  con el objetivo de lograr la  auto-realización del Ser - en celebración como espíritu -  la fuente de todo. Pero no es necesario el deshacerse de nada en el camino, ni del ego mismo, ya que el espíritu esta en cada etapa, esto porque camino, energía y consciencia, son todas emanaciones  conceptuales del espíritu. Es por eso que el ego solo se trasciende, aceptándose solamente como una parte del desarrollo.

Una vez logrado esto el amor a esas alturas tendera a ya no distinguir entre sujeto y objeto. El amor, la conciencia y la energía - que en términos prácticos son lo mismo – se acercan  a su destino final, pero la forma en que se avanza es simplemente en consciencia. Por eso, paradójicamente, entre mas se hace consciente uno de ello, mas se simplifica esa realización. Lo difícil aquí es trascender al ego, ya que tendemos a  confundirlo con el capitán del barco en detrimento de la consciencia.

Toda sustancia viva es parte del espíritu porque esta  compuesta de espíritu. En esta línea el espíritu utiliza los ojos y oídos humanos para verse y escucharse a si mismo en ese nivel de percepción. El espíritu (dios, para algunos) utiliza los diferentes niveles de consciencia  para ayudar al conductor del vehiculo material a darse cuenta gradualmente. Es por eso que – a diferentes velocidades - todo ser vivo tiene la capacidad  para su propio despertar.  Entonces, al hacerse mas consciente se posibilita la des-identificación con las funciones del cuerpo y el ego que las dirige. El cuerpo aquí es visto solo como un vehiculo - un recipiente – que obviamente esta hecho de espíritu materializado. Pero ulteriormente la clave es trascender la parte material para verla como lo que es, una emanación mas densa que sirve para hacerse  consciente  de esa etapa en la cual se vive,  pero solo como escalón hacia las siguientes  formas mas sublimes de despertar.

¿Pero como hacer algo practico de toda esta explicación tan abstracta?  Sencillamente hay que ver a la aceptación como el eje del desarrollo personal. Cuando lo vemos así lo hacemos desde el chacra verde, que en el cuerpo representa la afirmación y la continuidad del amor del espíritu. Es aquí por donde fluirá la consciencia en su camino hacia los reinos mas sutiles de espiritualidad. Pero primero tendrá  que cruzar el puente de la aceptación/compasión para poder visualizar otras posibilidades de desarrollo personal mucho mas sutiles.   La aceptación es a su vez una forma de auto-compasión, la cual es necesaria para sentir primero en carne propia lo que deseamos sentir hacia otros. Si hemos logrado llegar hasta aquí habremos dejado atrás la etapa mas difícil de todas, la identificación absoluta con el ego.

El aceptarse seria la primera parte del compromiso de sanación, para después de ahí extender esta visión de compasión hacia los demás. Y como dijo el Dalai Lama, ¿porque buscar desesperadamente a una sola persona para depositarle nuestro amor si se los podemos compartir a todos lo que habitan esta tierra?


Wednesday 11 April 2012

El poder de la repetición como propaganda






'Si tu dices una mentira lo suficientemente grande y la repites constantemente, la gente eventualmente se la creerá. La mentira puede ser mantenida solo durante el tiempo que el Estado pueda proteger a la gente de las consecuencias políticas, económicas y o militares de la mentira misma. Entonces se vuelve vital para el Estado el utilizar todos sus poderes para reprimir el desacato, ya que la verdad es la enemiga mortal de la mentira, y por extensión, es la mas grande enemiga del Estado.'
                      
                                                                            -Joseph Goebbels, ministro de propaganda Nazi





La gente se alarma cuando se le postula la posibilidad de que su gobierno utilice tácticas que históricamente han servido para el control social.  Cuando se dice que el gobierno mexicano lleva a cabo practicas fascistas no quiere decir inmediatamente que sean iguales a las que los gobiernos del mismo  Hitler o Mussolini utilizaron. Lo que  digo es que los Estados buscan perpetuarse a como de lugar, y  si sus políticas publicas necesitan justificarse como legitimidad para ellos mismos como burocracia, pues la repetición absurda de algo  se convierte  en una forma de propaganda, la cual como nos dice la introducción, ha sido una herramienta clásica en el afán de moldear a la opinión pública a través de la historia.

El ejemplo en cuestión es la política de la repetición de la supuesta justificación de la guerra que  peleamos todos en pro de la seguridad. Se nos vende seguridad – porque estamos seguros que es lo que más nos hace falta – pero nos damos cuenta que por la misma se nos tiene aterrorizados. Esto quiere decir que aunque el problema original pueda realmente existir, la solución puede acabar también convirtiéndose en un problema – y en justificación para más gastos burocráticos y crecimiento del Estado-   como lo vemos en México. Veo que vamos en camino a convertirnos en una sociedad autoritaria, ya que un signo de esto es la alarmante realidad de que ya legitimamos la violencia como camino social.

Nos damos cuenta que existe una política clara  - concertada - en plantear una realidad de telenovela para un país que teóricamente lucha contra el mal, una que se presume tendrá  un final feliz.  He dicho hasta el cansancio que esto es sólo un paliativo para una sociedad inconforme con las diferencias de riqueza y de cultura tan abismales, claro legado de haber olvidado a grandes sectores de la comunidad, que ahora utilizan caminos ilegítimos para movilizarse. Y mientras nuestras televisiones nos dicen que vamos ganando la guerra, el mundo observa (y opina) como nos desmoronamos como concepto de nación.  México está peleando contra si mismo dentro de un coliseo que esta delimitado por sus fronteras políticas. Pero esta realidad estructural nos aparece como fragmentada y diluida  a través de  las pantallas de nuestras televisiones, que nunca nos presentan el contexto, ni el análisis, ni el trasfondo de las cosas. Sólo se nos venden las piezas, ya que así aseguran una novela mucho más extensa y obviamente más costosa. A cada quien nos toca un pedazo de la miserable teleserie que por ahí promete nutrirnos de esperanza, dada la realidad tan de maquillada que nos presenta.

La realidad que percibimos está construida por la televisión, pero también participan las formas de hablar institucionales y las que nosotros mismos reforzamos en el día a día en nuestra comunicación.  Y aunque no niego que algunos creen que exista algo que  justifica esta forma violenta de responder, creo que la forma  esta siendo exagerada para exacerbar la cultura del miedo, que como bien sabemos, le es muy útil a nuestros lideres aquí y en cualquier otra parte del mundo.  Estamos llevando  el miedo a donde vamos, si es que nos atrevemos todavía al salir de nuestras casas.

A lo que quiero llegar con todo esto es que muchas veces el discurso y las ideas hablan  sobre algo que no resuena con lo que sucede ahí abajo, en el terreno mismo al que refieren. Es muy claro que la represión fisica de la cual somos victimas se dreproduce en nuestras mentes – en nuestra psicología social – y prueba de ellos es que la llevamos cargando a cualquier lugar que nos dirigimos.

Te propongo dos formas para probarlo. La primera es retirándote completamente de la ciudad – del contexto en donde se da todo esto -  para probar con ello que no hacen sentido esas ideas o formas de hablar que  hacen lo que somos dentro de esa mismo lugar donde habitamos. La represión solo funciona porque nuestra mente es social, nuestra convivencia y lenguaje son  el resultado de compartir eso mismo con otros dentro de un espacio definido - y ciertamente televisado - donde   constantemente lo reciclamos. Por eso nuestras  vacaciones se han convertido en una forma de ‘autonomía mental’ donde logramos huir de la realidad que vivimos en nuestros lugares de origen. La otra es que practiques cualquier disciplina que te haga ‘salirte’ de esa realidad mental sin necesidad de abandonar la urbe que te constriñe con tanta confusión; una especia de ‘sedición simbólica’. Para esto la meditación es excelente.

Lo importante de ambas es aprovechar la  observación de la mente desde otro ángulo para ver como esta  se nos ha llenado de miedos que nos generan ansiedad, culpa y vergüenza. Nos hemos  convertido en victimas de las ideas que constantemente nos repetimos los unos a los otros. Estamos cambiando la cultura en el camino.

La ansiedad existencial es ya de por si algo difícil para los humanos como para estar cargando miedos ajenos. El miedo es la mejor forma de control que el ser humano ha inventado.  Entonces, ¿por que seguir arrastrándonos de esta manera en nuestra búsqueda de libertad?















Friday 6 April 2012

El control social institucional como reflejo de la (des) civilización


Al miedo generalmente se le asocia de forma interdisciplinaria con la parte oscura,  desconocida e inconsciente de la naturaleza del ser humano.  Para ejemplos están, el complejo reptiliano de la neurociencia, los bloqueos de los chacras inferiores para el tantrismo oriental, la supervivencia y las necesidades primarias de los psicólogos evolucionistas, el subconsciente psicoanalítico y sus mecanismos de defensa, el bio-poder foucauldiano, et cetera. Todos estos son ejemplos de estructuras que se aproximan a o que albergan directamente al centro energético de donde emanan las emociones que identificamos con el miedo. Pero fundamental es aclarar que el miedo es compartido también por otras especies, las cuales muchas veces nos demuestran con su lenguaje corporal que posiblemente lo estén sintiendo, y que la forma en como lo expresan pudiese ser interpretado como ansiedad; emoción con la cual nosotros también estamos muy familiarizados. La ansiedad suele ser el efecto psíquico de experimentar emociones como el miedo. Es una manera de canalizar esas energías hacia la consciencia y la mente. La ansiedad es el efecto vivo, una manera de sentir que algo sucede en relación a nuestra forma de percibir e interpretar el mundo.

Pero en el humano esta dupla miedo/ansiedad cumple con  funciones colectivas y sociales también, aparte de las obviamente relacionadas con el bienestar de cada quien. Y aunque no trato de concluir con un largo historial de investigación en estos temas de corte psicológico, si me gustaría denotar que para mi hay dos mecanismos de corte mas psicológico-social que conectan al miedo y a la ansiedad con los fenómenos sociales externos con los cuales desarrollamos nuestra cultura. Pero para esto es necesario poner al ego, al self  -  en si a la identidad personal - como la clave. Es de aquí de donde puedan emanar otras emociones y o formas de control institucional como lo son la culpa y la vergüenza. Ulteriormente, el miedo es la base de la mayoría de los organismos en su afán de sobrevivir, pero solo el hombre lo ha diversificado como resultado de su búsqueda mental de anclarse en el mundo para dejar huella, como no lo hace ninguna otra especia.

En ese sentido muchas instituciones con las cuales cohabitamos son el reflejo de nuestro afán y progreso civilizatorio, donde hemos almacenado y delimitado colectivamente lo que apropiado e inapropiado en relación a nuestras conductas individuales, mismas que se tuvieron que ‘pulir’ para poder organizarnos en comunidades que trascienden (pero incluyen) a los individuos.

Freud decía que el hombre para civilizarse debía ceder parte de sus necesidades e impulsos  personales y privados. Aquí por ejemplo pone a la culpa como el mecanismo que mantiene bajo control al individuo, que dejado a su suerte, y bajo condiciones normales y en ausencia de súper-ego (consciencia moral), buscaría la plena satisfacción de sus impulsos, cualesquiera que estos fuesen. Ese coraje que siente la persona por no poder hacer lo que guste en un ambiente compartido se sublima como culpa, haciendo de este sentimiento una forma de regimentar las individualidades, sublimándolas para lograr su homologación con otros que también pasan por lo mismo. La culpa es el mecanismo que indica nuestro descontento con la civilización de la cual participamos.

Por otro lado, para el sociólogo ingles Anthony Giddens, la estructura fundamental que regimenta al individuo en torno a la normatividad y demás reglas sociales es la vergüenza, ya que esta es la que le dice internamente al self interno que algo esta mal en torno a lo que se experimenta y percibe en relación a otras personas y sistemas de valores que están ‘ahí afuera’ de su campo perceptivo. Participamos con el otro y seguimos la cultura para pertenecer, evitando con ello la critica y el abandono.

Pero me gustaría sintetizar ambos como mecanismos de defensa del ego, y por ende, de la identidad individual. La culpa esta relacionada con la transgresión de los limites que se imponen desde el exterior. Las instituciones que participan en la indoctrinación del individuo son varias, pero los mejores ejemplos son la familia, la educación, y las religiones. Estas de alguna ‘conforman’ las ideas y los pensamientos que albergamos, ya que aunque podamos ser muy racionales con nuestra forma de pensar y de ser en el hoy, detrás de todo esta nuestra niñez como almanaque de vida, en donde a grandes rasgos se nos inscribió lo mas apropiado para el momento. La culpa es un sentimiento de insuficiencia normativa, de no llenar las expectativas. Esto se ejemplifica con la relación que tenemos con nuestro sistema de valores y de moralidad - de el cual somos una mera fracción – pero  que es compartido con otros dentro de una misma cultura. La culpa se refiere a nuestra responsabilidad sobre acciones y conductas. La moral victimiza y acomoda; encarrila.

Por su propio lado, la vergüenza se refiere más a los sentimientos sobre la legitimidad de la narrativa o biografía de la persona que vamos construyendo con el tiempo. Suele relacionarse con el auto-estima y con la pena de no cumplir con lo que la sociedad hace y espera de nosotros.  La vergüenza pudiera relacionarse más con la ética que la moral, ya que la primera contiene valores admirados como los apropiados para lograr una vida satisfactoria, mas que el compararse con un correcto pensamiento o conducta como lo es la moral y por ende la culpa. Un ejemplo de institución que se basa en la vergüenza como idea de control (o conjunto de ideas, discursos y narrativas culturales) es la sociedad del consumo. Esta es una que ha fijado ciertos valores materiales como la base del ‘buen vivir’ en distintas sociedades alrededor del planeta. Nos da vergüenza el no pertenecer con cierta moda o estilo de vida, y eso al final nos genera ansiedad por el temor que nos causa el no cumplir con esa forma de vida. El consumo se ha convertido en una excelente forma de control (¿y progreso?) social.

Pero lo mas curioso de todo es que los valores o sentimientos opuestos de cada emoción, como lo es la reparación en relación a al culpa, y la auto-estima y el orgullo en relación a la vergüenza, son estímulos que se obtienen como resultado de una ‘correcta’ interpretación de esos mismo valores con los cuales se le indoctrino a la persona. Es ahí donde surge la pregunta, ¿qué tipo de emoción(es), entonces, son las que nos indicarían que llevamos una vida  propia y autentica?  Confieso no tener la respuesta.

Para eso termino proponiendo al SER y la FANTASIA  como posibles caminos hacia la auto-realización.

* El miedo generalizado del hombre a SER – y la resultante despersonalización - es lo que mantiene funcionando a la civilización. ¿Se podrá SER y formar parte de algo a la vez?

* La fantasía crea expectativas, irrespectivo del hecho de que muy posiblemente estas no sean satisfechas en la realidad. Pero al existir previamente a la posibilidad de ser aterrorizada y bloqueada por el miedo – en sus diferentes disfraces como la culpa y la vergüenza - la fantasía es el motor y el elixir de la creatividad. ¿Será la fantasía una herramienta para la liberación humana?

Wednesday 4 April 2012

Life / la vida

Freeing ourselves from the constraining aspects of time can help us to deconstruct our fear of death. In this sense we can fashion a more loose sense of self identity, in order to better experience the subtleties of life in this material plane. But ultimately, by realizing the immortality of our essence, we can liberate ourselves from an limited and embodied sense of awareness - that which derives from an encapsulated sense of being and perceiving - conventionally sustained as a fraction of ego.

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 Al liberarnos de los aspectos mas constrictivos del tiempo podemos deconstruir el miedo a la muerte. En este sentido podemos diseñar una identidad personal mas libre, en el afan de mejor experimentar las sutilezas de la vida en este plano material. Pero ulteriormente, al realizar la imortalidad de nuestar esencia, podemos liberarnos de una percepcion corporalmente limitada - esa que deviene de experimentarnos como estar conscientes dentro de algo cerrado, que supuestamente se sostiene como una fraccion de ego.