Thursday 30 April 2015

El alfil ejecutivo

´La política y la religión nacieron y morirán juntos´

En momentos en que arrecia la lucha para ´seducir´ a países y regiones enteras, la declaración del papa Francisco en torno al genocidio armenio puede interpretarse como una profundización del conflicto civilizatorio entre Occidente y Oriente. 

No hay que olvidar que cualquier enunciado del Papa emana de un pulpito religioso, pero también de uno de los centros de poder más influyentes del mundo, el Vaticano. Por el lado religioso está la moralidad y la ética occidental, la cual técnicamente se concentra en la Iglesia Católica desde hace muchos siglos. Era de esperarse que la institución de creencia organizada más grande del mundo asomaría su cabeza para expresarse al respecto. 

El problema más serio recae sobre el lado político de la Iglesia, ya que aunque no se venda como tal, toda religión institucionalizada ha sido revestida de política e ideología desde su incepcion. Esto quiere decir que organizaciones de esta envergadura pueden ser juzgadas por su accionar, ya que su conducta y forma de pensar influye en las decisiones de corte global en las que participan todo el concierto de naciones.

Apariciones mediáticas, como las del Papa refiriéndose al genocidio otomano, tienen el poder de anestesiarnos temporalmente de los atropellos que toda institución religiosa o política –con toda la gama de naciones y Estados– han cometido a través de la historia, incluyendo sociedades de corte cristiano, judío, musulmán, hindú, budista, et cetera. Aparte del otomano han habido muchísimos genocidios, perpetrados por todo tipo colonialismos en todo momento. 

Aquí lo grave es que la TV no permite réplica, y por eso es que el ganador de la ´contienda simbólica´ suele ser el que se galardona ante millones de personas. El que declara en TV sabe que cualquier conjunto de conceptos y significados se amplían exponencialmente, dándole el poder suficiente para modificar el consentimiento de las masas. La furiosa respuesta del presidente turco, Erdogan, no hizo mucho ruido debido a que no recibió el mismo tratamiento que el Papa en la mayoría de los televisores occidentales. 

Parecería que existe una intención del Vaticano de sumarse a la inercia que ya tiene rato subiendo de tono, en cuanto a la diplomacia que busca arrastrar a algunos hacia aguas más ´amigables´. No hace mucho tiempo el papa Francisco utilizó su poder para mediar a favor de la restauración de relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana, algo que para muchos fue una clara triangulación económica-política y religiosa a favor del campo occidental. 

Esto no fue más que la faceta política de la Iglesia, que de nuevo le sirvió como relaciones públicas a un Occidente que ha transitado a colectividades ultra competitivas e híper individualistas, en donde la moralidad y la ética son secundarias al dinero y el poder. 

Lo que al parecer no tomaron en cuenta estos estrategas es que no se pueden emitir ese tipo de afirmaciones sin afectar a terceros países. Y aunque en el proceso se apoyó a Armenia y a su diáspora alrededor del mundo, uno de los efectos secundarios más álgidos de lo dicho por Francisco fue la mencionada reacción de Erdogan. Esto pudiere pronunciar el alejamiento que ya existe entre Turquía y Occidente (¿otro dominó para Eurasia?) debido a las injerencias del bloque europeo y americano en Medio Oriente, las cuales no han hecho más que incrementarse desde que los fenómenos Al-Qaeda e ISIS hicieron su aparición en los medios masivos. 

Rusia, por su lado, da mayor prioridad a Armenia que a Turquía, ya que el primero fue pieza clave de la ex URSS. Por eso aprobó la moción sobre el genocidio otomano. En la nueva guerra fría lo que importa es arrebatar la lealtad de los países, como sucedió con el otro vecino Georgia y la guerra que ahí se desató en 2008. 

El conflicto que hoy engloba a Armenia está siendo explotado por la Iglesia para mantener su relevancia en el mundo contemporáneo. Es este mismo sentido el Papa Juan Pablo II abogó por su natal Polonia a finales de los ochenta, acto que activó la chispa que detonó el posterior colapso de la URSS. 

En es pasado medieval se cristianizaba a los países para anexionarlos a Europa o a Bizancio. Ahora sólo se requiere de una buena y convenenciera diplomacia como preludio a la ´vacuna´ financiera, esa que termina por consolidar las alianzas, sea la cultura del ´invitado´ afín o no a la de quien centraliza.   

Turquía es el caballo en este ajedrez. El peón lo juega Armenia. El alfil ejecutivo es sin lugar a duda el Vaticano.

Tuesday 28 April 2015

El control justifica los medios



‘‘Vamos hacia la derecha’’

Vendedor de libros, Barrio Antiguo, abril de 2015

Símbolos del progreso y orgullo industrial del Estado, como son la cerveza y el automóvil, hoy son usados para legitimar la represión.


Nadie hubiera pensado que algo creado para ofrecer autonomía al consumidor algún día se convertiría en una herramienta para restringir sus libertades civiles. Los retenes de alcohol empezaron a proliferar hace más de una década en la ciudad de Monterrey, pero hoy se han convertido en la excusa para incrementar la presión del Estado policíaco sobre la ciudadanía. 


Cuidado, no estoy en contra de que exista la Policía, ya que es la institución que  vela por la mínima seguridad de la comunidad. No obstante, creo que el asunto que nos atañe es uno de grado y balance. He sido testigo de cómo un aparato vendido como servicio para la seguridad poco a poco se convierte en estrategia que prioriza la protección y la vigilancia sobre otras áreas publicas como las calles, las cuales sufren de un olvido reflejado en sus cuantiosos baches.


No necesitamos más que voltear a ver a la vialidades para conocer las urgencias de nuestra ‘‘representación’’, que al parecer sigue empecinada en hacernos creer que los problemas de seguridad –que le son estructurales a esta urbe y país debido a la difícil situación socioeconómica por la que atravesamos– pueden resolverse apretando las tuercas hasta donde se pueda.


Concuerdo en que los excesos de alcohol causan accidentes, pero eso no implica creer que podremos salvarnos llenándonos de policías, excesivas multas y arrestos. De hecho, no existe en la naturaleza ningún sistema que brinde protección absoluta, ya que la contingencia es la base de los ciclos de creación y destrucción que nos conforman como vida. Los humanos nos hemos jurado desde el ego que podemos salvarnos, pero casi siempre que lo intentamos acabamos esclavizándonos.


Entonces, paralizar el movimiento y la libertad de flujo, y en el proceso afectando la economía nocturna, es una forma de estandarizar a la sociedad, técnicas siempre muy utilizadas por los gobiernos duros y conservadores.


Por lo visto, a los del poder y los medios de comunicación les resulta más atractivo amplificar los percances de forma televisiva, para con ello convertir de inmediato un asunto menor en algo enorme.  Hay muchas otras situaciones que no llegan a nuestro conocimiento por falta de cobertura mediática y por el interés del Estado. Ulteriormente, las cosas son sacadas de proporción gracias a su transmisión, haciendo del drama y el miedo la punta con la que se fuerzan ciertas  políticas públicas. 


Para mí la representación se comprueba de abajo hacia arriba, tomando en cuenta las demandas y necesidades del pueblo y sus recursos, y no tratando de arreglarlo todo de arriba hacia abajo lo cual, como sabemos, no hace más que distanciar a la ciudadanía de los que mandan.


Una de las formas en las que el control opera es cómo habla de los problemas públicamente. Es así que ya nos hemos acostumbrado al discurso de la inseguridad, mismo que está basado en enemigos imaginarios señalados, por lo cual se necesita estar siempre en vigilia para vencerlos.  


Sería mucho más realista hablar de desigualdad que de inseguridad, pero como lo primero implica complicidad para los que dirigen, es que han preferido mantenerse igual, así ellos se eximen de cualquier culpabilidad mientras reproducen los mismos remedios de siempre.


Esos retenes parecen más intento de blindaje que otra cosa, incómoda práctica que no hace más que exacerbar las identidades de la gente, lo que acaba segregando la ciudad por municipios. Pocas personas que conozco se ‘‘rifan’’ a cruzar estos puntos de fricción para buscar entretenimiento en otro lado, ya que una simple cerveza te convierte en delincuente.


La paradoja es que el alcohol lo provee el mismo sistema para después terminar criminalizándolo. Esta incongruencia tristemente está cambiando la cultura en el camino.


La ley suele salir a relucir a la calle cuando en casa no se cumple. Entonces, lo que impera es la minuciosidad de la normatividad para con los de abajo, pero una flexibilización en todo sentido para los que están arriba.

Sunday 26 April 2015

De historia y exigencias armenias


‘‘El reloj no puede atrasarse para aplicar estándares contemporáneos de justicia a fechorías pasadas’’ 

Richard A. Falk (1930- ) profesor estadounidense

El viernes pasado se marcó el 100º aniversario de los crímenes masivos del otrora gobierno otomano contra el pueblo armenio, hecho que se mantiene vigente debido a la renuencia turca a aceptar que sus antecesores cometieron genocidio.

El caso no es tan fácil como se pinta, dado que el término ‘‘genocidio’’ sólo empezó a emplearse a partir de 1951, tres años después de que la Convención de Ginebra  acuñara el concepto. Entonces, es muy difícil juzgar algo sucedido en el pasado de acuerdo con la ley que nos rige en la actualidad, dado que la legislación para este tipo de conductas criminales no aplica de forma retroactiva. 

Dicho esto, es importante enfatizar que el gobierno turco no se está aprovechando de ese resquicio legal para defender su postura en contra de la acusación de genocidio. Lo que Erdogan y otros de su administración alegan es que el conflicto que llevó a esos resultados fue uno civil, mismo que causó bajas también del lado otomano y no nada más del armenio.   

Y aunque las protestas de antier se dejaron sentir en la misma Armenia, es importante subrayar que la fuerza principal que aboga para convencer a todos de que sufrieron un genocidio, son los distintos grupos de cabildeo, los cuales representan a una diáspora de aproximadamente seis millones de personas alrededor del mundo.  

Esto quiere decir que la clase política en Yerevan, la capital de dicho país, ha preferido  mantener un perfil y voz bajos, ya que son conscientes de las posibles represalias que una perpetua queja pudiere traerle a su gente en casa.

La población oficial de esa nación es de un poco más de tres millones de personas, las cuales habitan en una país sin salida al mar, que encima de todo está rodeada por Azerbaiyán –acérrimo rival con el que disputan el territorio de Nagorno Karabakh– y la misma Turquía, potencia regional a la cual tratan con alfileres para evitar profundizar aún más su histórica enemistad.

Actualmente existen más de 26 países, entre ellos El Vaticano, Rusia, Francia y Alemania, que reconocen lo sucedido contra los armenios como genocidio, siendo la declaración más destacada y reciente la del papa Francisco a principios de este mes, en la que dijo que el ‘‘genocidio armenio había sido el primero del siglo XX’’.  Erdogan no vaciló al escuchar la declaración del Sumo Pontífice, e inmediatamente retiró a su embajador de la Santa Sede de la Iglesia Católica.

Mucha de la dificultad para que la institucionalidad global acepte la etiqueta ‘‘genocidio’’ emana de la renuencia del gobierno federal en Washington para aceptarla. Y aunque 43 Estados de un total de 50 ya lo han hecho, el centro de poder de la nación se rehúsa a ello por causas geopolíticas. Con esto me refiero al importantísimo rol que juega Ankara dentro de la OTAN, ya que el turco es el segundo Ejército terrestre más grande en dicha organización.

El Tío Sam no quiere presionar a Turquía en este caso y por eso se mantiene al margen. Es cierto que el Senado estadounidense ya votó en el pasado para admitir que fue un genocidio, pero como sabemos, las decisiones de política exterior recaen ulteriormente en la Casa Blanca, desde donde se fraguan las múltiples intervenciones que deciden el destino de millones de personas.


Es por eso que mientras la punta de la pirámide de poder occidental no lo reconozca, el gobierno turco se saldrá con la suya, por lo menos desde el punto de vista de la legalidad internacional. El veredicto moral lo tienen ciertamente perdido. No obstante, tristemente este mundo se maneja de acuerdo con grandes intereses, por lo cual es muy factible que las 1.5 millones de víctimas del terrorismo de Estado no reciban el consuelo simbólico que se merecen.

Thursday 23 April 2015

El nacimiento de un acrónimo


´El AIIB está motivado por factores geopolíticos y económico´
-Pieter P. Bottelier (1936- ) ex funcionario del Banco Mundial

El actual choque entre Occidente y Oriente se dirige hacia un parteaguas financiero que eventualmente cambiará el rumbo de la civilización. 

Atrás quedó la etapa en que la colonización de otros pueblos desató el conflicto de sistemas de valores, que desafortunadamente colocó en el mapa a las grandes culturas orientales y africanas. 

La moderna globalización practicada por los EUA –a partir del Siglo XX– es de un carácter mucho más económico que otra cosa. Y aunque para muchos la expansión de los mercados a escala global es una forma de neocolonialismo, no cabe duda que uno de sus resultados más palpables es la modernización "a la occidental" de la mayoría de las naciones del mundo. 

En la práctica esto quiere decir que el sistema internacional está conformado casi en su totalidad por sistemas económicos capitalistas que, aunque con sus respectivas variaciones en política y cultura, sus poblaciones sufren ya de las prisas que le son características a las sociedades materialistas. 

El mundo político contemporáneo tiene sentados en la mesa de la competencia a potencias que en el pasado apenas figuraban en los libros de historia occidentales. Esos meros apéndices de ayer hoy se han convertido en amenazas serias a la predominancia de Occidente, siendo la principal razón de ello su alto y sostenido crecimiento económico. 

La novedad más paradigmática de nuestra era es el nacimiento de un acrónimo financiero, el AIIB (Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, por sus siglas en inglés), que básicamente representa la más poderosa afronta a Occidente –en particular los EUA– y a sus acrónimos del FMI (Fondo Monetario Internacional) y el BM (Banco Mundial). Lo más importante es que dicho banco chino cuenta ya con más de 57 potenciales miembros, entre los cuales destacan Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Suiza, Austria, los cinco nórdicos, Rusia, India, Arabia Saudita, Corea del Sur, Australia, Sudáfrica, Brasil y el mismo Israel.

Fuera de esta arquitectura de nueva era económico-financiera sólo quedó el adicto impresor de billetes y su familia de provincias leales: México, Japón y Canadá. 

A través de los tiempos los acrónimos le han servido a los poderosos para afianzar su mandato sobre los demás. En esa línea estuvieron YWHW (Yahvé el dios de los judíos), INRI (el dios de los cristianos) y SPQR (el senado del pueblo romano), los cuales organizaron el mundo antiguo desde lo político/religioso. 

Ahora lo que tenemos es una lucha entre un imperio que se resiste a desvanecer y otro que incrementa sus embates para derrotarle. Los chinos habían estado muy callados, ya que son conscientes de que golpetear la cola de su dragón pudiere agitar el panal de avispas de las corporaciones de guerra. 

No obstante, el desastroso accionar de los EUA durante los últimos años, con ejemplos en lo financiero y la política exterior en países como Libia, Georgia, Ucrania, Siria, Afganistán, Pakistán, Irak, et cetera, han motivado al Estado chino para actuar con agilidad. Dicho esto, es determinante tomar en cuenta su despegue y consolidación económica como la piedra angular de su política exterior, ya que si no fuesen el acreedor y el centro de manufactura más grande del mundo, no estarían arriesgándose a ser fulminados. 

Las monedas nacionales suelen ser símbolos de dominación. Fue así como se utilizó al escudo portugués, al doblón español, al florín holandés, al franco francés y a la libra esterlina. La supremacía internacional de cada una de estas monedas raramente sobrepasaba los 100 años, ya que tarde o temprano los ´enemigos´ de cada superpotencia se unían para conspirar en su contra, con el objetivo de frenar al poderoso acuñador de la expansión de la guerra y la inflación. 

Ulteriormente, parece que el juego del dólar estadounidense se acerca a su fin. Ya que, como diría el estadista y diplomático austriaco Klemens Von Metternich –quien planeó y ejecutó el aislamiento francés y el encierro de Napoleón Bonaparte (similar a como los chinos están haciendo con el Tío Sam)–, "cualquier plan concebido con moderación debe fallar cuando las circunstancias se ponen en los extremos".

Tuesday 21 April 2015

De ventajismo y acomodos

‘‘Las especificaciones tácticas y técnicas del sistema S-300 la hacen una arma puramente defensiva’’

Vladimir Putin (1952- ) Presidente de Rusia

El envío de misiles rusos de defensa antiaérea S-300 hacia Irán modificará aún más el tablero geopolítico de Medio Oriente y el oeste de Asia.

Dicha acción es un contraataque de Vladimir Putin para Occidente, ya que el nuevo zar ayudó a los Estados de siempre a sellar el acuerdo de no proliferación nuclear con Teherán. Como sabemos, el país persa es presionado por varios frentes, aparte del atómico, con la encubierta intención de frenar su despegue como potencia energética, demográfica , económica y militar.

Y aunque las negociaciones que están sobre la mesa limitan la capacidad iraní de desarrollar armas nucleares, las mismas no le prohíben utilizar armamento convencional. Es aquí donde el presidente ruso aprovechó su más reciente pacto militar con Teherán, para proveerle de proyectiles que, en  teoría, solventarán la  defensa del espacio aéreo de la nación.

Dicha protección con misiles  alterará el balance de poder a escala regional y global, ya que lo recién firmado por Obama con los ayatolás dejaba a estos últimos sin ningún resguardo ante los casi seguros ataques occidentales.  Hay que tener en mente que Libia, Irak, Siria, Yemen y demás países que han sido atacados y después invadidos, no contaban con proyectiles de defensa como los que Moscú ofreció a Irán. Entonces, puede decirse que de alguna manera el país persa acaba de integrarse en definitiva al paraguas de protección del eje sino-ruso y su Organización de Cooperación de Shanghai (SCO).

A Moscú le conviene tener a Irán de su lado, ya que no sólo se frena el regreso del petróleo persa a los mercados globales, algo que ciertamente deprimiría todavía más el precio del crudo, afectando a la economía rusa. Además, Putin necesita vecinos poderosos para incrementar la propia seguridad de su país, a la vez que seduce a los ayatolás para consolidar su relación con el eje económico, militar y comercial Eurasiático.

Teherán realmente no tiene otra alternativa por el momento, ya que su liderazgo está consciente de que los pactos a favor de la ‘paz’ suelen ser un preludio para una invasión. Asimismo, los susodichos misiles S-300 le permiten mantener un balance de poder ante las potenciales agresiones de Washington, Tel Aviv, y el mismo Riad, que ahora mismo está despedazando a Yemen, uno de sus colindantes más débiles.

Ha llegado el momento de abrir los ojos y observar el tablero sin emociones.  Lo que EUA busca es tratar de evitar a toda costa eso que al parecer no hace más que acelerarse. Washington empieza a darse cuenta de que sus sanciones contra la nación persa no han hecho más que empujarlo hacia Eurasia. Es así que el acuerdo nuclear es una forma de hacerle ver a los ayatolás que todavía hay caminos por transitar con Occidente, específicamente en lo que tiene que ver con la energía y el comercio. Dicho esto, es determinante considerar en la ecuación el expansionismo y la creciente agresividad de Tel-Aviv, ya que Hassan Rouhani y compañía deben sentirse igual de amenazados que Benjamín Netanyahu y sus secuaces.

El acercamiento con Irán, a través de las negociaciones atómicas en curso, es de facto un abandono estadounidense de la seguridad directa de Israel. Washington ya se dio cuenta de que esa política exterior le ha perjudicado enormemente, por lo cual busca revertir el error aprovechando la sinergia con Teherán, a favor de las  corporaciones energéticas y comerciales americanas. Israel seguirá contando con el apoyo financiero y militar por parte de EUA, pero ciertamente ya no  recibirá el apoyo ciego para sus atropellos.

A ver cómo resulta todo este juego geopolítico, ya que por lo visto es cada vez más evidente que los intereses de Persia gravitan hacia Eurasia y no hacia ese Occidente que sigue terco en perpetuar su gran juego en Asia.

Sunday 19 April 2015

De bloqueos y nuevas agendas


"Un buen punto de la nueva agenda de relaciones sería que no haya bases militares norteamericanas en Suramérica"

Ernesto Samper (1950-) Secretario General de UNASUR

La VII Cumbre de las Américas, celebrada la semana pasada en Panamá, evidenció que la influencia de EUA en Sudamérica va a la baja.

Esto porque las críticas en contra de la política exterior de Washington en la región se agudizaron, si tomamos en cuenta la cantidad de líderes que expresaron su inconformidad. Es así que no sólo los de siempre levantaron la voz, como Bolivia, Ecuador y Venezuela, sino que también se sumaron Brasil y Argentina, dos de las potencias económicas más grandes de la región.

"Ya no toleraremos interferencias, intervenciones y unilateralismos, como tampoco seremos el patio trasero de nadie", dijo el presidente de Ecuador, Rafael Correa. A su vez, Evo Morales y Nicolás Maduro emitieron sus propias declaraciones en una línea muy similar a la de Correa, enfatizando que el imperialismo ha sido muy nocivo para todas las naciones latinoamericanas.

La intención directa de Obama es continuar con su racha positiva en cuanto a política exterior, la cual, con el acuerdo con Irán y su energía nuclear, viene mejorando un poco de lo que había logrado en años anteriores. Asimismo, otra de las urgencias encubiertas es la de lograr algún tipo de acuerdo regional con Sudamérica en lo comercial, ya que el Tío Sam es consciente de la avanzada penetración de China y Rusia en esta parte, la más austral de América.

Y aunque el tono del mandatario de los EUA fue mucho más conciliador que el de sus antecesores, muchos de los dirigentes latinoamericanos no están convencidos del cambio de la visión política de Washington respecto a la región. Obama dijo que los tiempos en que su país operaba sin consultar a los involucrados han quedado atrás. No obstante, el caso de las amenazas y las sanciones unilaterales en contra de Venezuela lo contradicen. Además, la normalización de los nexos con Cuba sigue siendo una promesa que no se ha llevado a cabo en la práctica.

Es exactamente con relación a ambos casos que se logró casi un consenso entre  muchos  de los presidentes, quienes no vacilaron en puntualizar lo ridículo que eran el embargo contra la Habana y las recientes "llamaradas" en oposición a Caracas. Es básicamente de ahí de donde los líderes del sur obtuvieron su masa crítica para ventilar su animadversión contra Washington.

El tono más álgido lo alcanzó Ernesto Samper de UNASUR, quien aparte de proponer que la nueva agenda bilateral sudamericana con Estados Unidos excluya bases militares en la región, subrayó que "en un mundo globalizado como el actual, uno no puede pedir reglas de juego mundiales para la economía y mantener el unilateralismo para la política".

La realidad de las cosas es que esta Cumbre significó, por un lado, la antítesis de la doctrina Monroe, la cual justificó atropellos de todo tipo durante el último par de siglos en Latinoamérica. Por otra parte, dicho evento ratificó que existen dos grupos de países que mantienen agendas, ideologías e intereses distintos. En el primer grupo están las potencias como Brasil, Argentina, mismas que se encuentran al frente de la "insurgencia política" que viene fraguándose ya por algunos años, y que  incluye a Venezuela, Ecuador y Bolivia.

En el segundo grupo caben Colombia, Perú, Chile y México, que por varias razones  –que van desde lo comercial, lo económico lo ideológico y lo militar– siguen con más interés lo que sucede al norte del hemisferio con los EUA.

Dicho esto, es importante resaltar que la fuerza de la unión sudamericana es la que los empodera en conjunto, algo que debería ser aprovechado por nuestro país, con todo y el mal noviazgo con nuestro vecino del norte, para tratar de buscar alternativas a lo que ya existe.

Es determinante darnos cuenta de que Sudamérica no sólo se está organizando para contrariar a Estados Unidos, sino que esto representa una fase importante de su consolidación como bloque regional multipolar. El subcontinente tarde o temprano se integrará a otros alrededor del mundo, como la Unión Económica Euroasiática liderada por Moscú y la fortaleza comercial, económica y poblacional estampada con los delirios de grandeza de Beijing.

Tuesday 14 April 2015

Hologramas unidos


‘‘Es un grave retroceso democrático, al limitar derechos fundamentales de expresión y reunión’’

Carlos Escaño (1970- ) portavoz de la plataforma `No Somos Delito´

El pasado fin de semana se llevó  a cabo la primera protesta en el mundo con hologramas, la cual nos demuestra que todavía existen maneras inteligentes de levantar la voz sin causar disturbios.

Dicha protesta virtual sucedió frente al Congreso de los Diputados en Madrid, por donde ‘‘desfilaron’’ más de 2,000 imágenes de personas actuales, que aceptaron que su silueta fuese transformada en holograma.

La inconformidad de los organizadores de la novedosa marcha emana de la nueva Ley de Seguridad Ciudadana, mejor interpretada como Ley Mordaza, la cual trastoca todo lo que tiene que ver con las libertades civiles de asamblea y con lo relacionado a la extranjería. Dicha legislación, básicamente es un listado de conductas que serán penadas a partir del 1º de julio, por lo que se incluyen las cantidades que se multarán en caso de que se infrinja la ley.

Las cifras van desde los $300 hasta los $600,000 euros, dependiendo de la gravedad del asunto. Las sanciones más altas se aplicarán a las organizaciones que lleven a cabo cualquier evento público de inconformidad para el que no se haya solicitado permiso –irónicamente– para ello.

Este malestar popular no es ninguna casualidad. De hecho, según la encuestadora Metroscopía, la cual llevó a cabo un sondeo para la ONG Avaaz.org, el 82% de los españoles piden la modificación o la retirada de la Ley Mordaza, ya que la consideran una flagrante violación a los derechos civiles y la democracia. En esta línea también están otras ONG, la Unión Europea, y la misma ONU, las cuales  ya dirigieron críticas contra la norma.

Por otro lado, y según las encuestas de organismos públicos, la inseguridad ciudadana ocupa el duodécimo puesto respecto a las preocupaciones de los españoles, por detrás de la sanidad, la educación, el paro, la situación económica o la corrupción.

De acuerdo con varios activistas, el objetivo central de la nueva legislación es apagar la protesta social desatada desde las acciones del movimiento 15-M. Y aunque concuerdo con ello, para mí esto es algo que se está haciendo  común alrededor de Europa desde que se agudizó la crisis económica y de representación en Bruselas.

La burocracia está cada vez más fuera de sintonía con la ciudadanía, ya que por un lado se centraliza progresivamente el poder con la troika bancaria de Berlín, Bruselas y el FMI. Es por eso que la gente siente el poder cada vez más duro y alejado de las realidades que aquejan a las mayorías, que sufren de altos desempleos y la pérdida de poder adquisitivo.

La gente demuestra que tiene con qué mandar esos mensajes democráticos, que por razones de mala representación, tienen al Estado recurriendo a las estrategias de siempre para reprimir. La tecnología de punta suele pertenecerle al gobierno y la iniciativa privada, pero en esta ocasión los manifestantes sacaron provecho de los hologramas para hacer ‘‘presencia’’.

El control del cuerpo y sus movimientos por parte de las autoridades es tan viejo como la civilización misma. Desde que nos pusimos la ropa para esconder nuestra animalidad, existen normas y regulaciones para la sociedad. No obstante, es hasta la modernidad urbana donde se delinean y trazan ciudades que facilitan la observación del sujeto que las habita.

Se presume libre, pero al final la relación con el Estado es una de poder y control simbólico. Paralizando la actividad, moralizando, limando las diferencias; es así como el conservadurismo estandariza las conductas en afán de control y orden.

La marcha de los hologramas fue un mensaje muy claro para los dirigentes. El pueblo está un paso adelante del gobierno, y siempre hará lo necesario para demostrarlo.

Sunday 12 April 2015

Crisis de los pilares que sostienen a Occidente

‘‘Damos la libertad por un hecho, y por eso no entendemos su increíble vulnerabilidad’’

Nial Ferguson (1964- ) historiador británico 

Los valores centrales de Occidente están en crisis. Por un lado está el ‘‘capitalismo liberal’’, el cual podemos posicionar como el fundamento de la filosofía social de la población. Eso quiere decir que los derechos a la propiedad, el trabajo y las inversiones se ejercen bajo la tutela de un Estado que permite las condiciones para que esto se de. Lo que se busca  es  evitar los abusos de poder del gobierno y de los grandes capitales. El valor que se resalta aquí es el de la meritocracia, con el cual, el que logra las mejores cosas, es el más preparado para ello.

La crisis del capitalismo liberal se precipitó por la falta de regulación sobre actores económicos. En la práctica, esto quiere decir que los monopolios domésticos se han transformado en corporaciones transnacionales, las cuales, bajo un sistema neoliberal, han rebasado a las autoridades en muchas instancias. 

La ‘‘corporatización’’ de lo social y la subsecuente privatización del espacio público ponen en evidencia la tácita y a veces obvia relación que existe entre Estado y empresa, lo cual seria más fielmente un representativo de relaciones de lealtad y fidelidad feudales, que de autonomía y separación de las esferas políticas. 

Por otro lado está el ‘‘libre mercado’’, filosofía económica contemporánea que técnicamente equipara el tablero de competencia de los actores que participan en la economía. Aquí la clave es que el gobierno no intervenga directamente en la planeación de variables económicas, para que las leyes de la oferta y la demanda distribuyan justamente lo que a cada quien le corresponde, como resultado de lo que se trabajó e intercambió. El valor que se resalta con esto es el de la competencia sana y abierta.

La crisis de los libres mercados se pone en evidencia por el desarrollo del Estado. Este actor político, que debiese estar fungiendo como árbitro, ha crecido no sólo en tamaño, sino en atribuciones de todo tipo, lo que ha hecho del concepto y la práctica del libre mercado un mero adorno.

Por último, está la ‘‘democracia republicana’’, filosofía política que institucionaliza caminos reales de participación ciudadana organizada para un pueblo  soberano. En este caso, la representación debe velar por los intereses del pueblo. El valor determinante para este sistema es el de la colaboración social en las decisiones oficiales. 

Tristemente, cada vez es más fácil darse cuenta de que se vota, pero no siempre se logra una resonancia con lo que se exige. Asimismo, el nivel del discurso público se reduce gracias a los medios de masa y su estandarización de contenidos, lo que debilita la calidad de las resoluciones y, por ende, afecta a la democracia.

Es por todo esto que Occidente está fracasando en su afán de liberar a sus colectividades. Las autoridades participan en las economías con la excusa de salvarlas de sí mismas. La competencia y la meritocracia del capitalismo se estancan por la injerencia de grupos con mucho capital que tuercen las leyes a su favor, evidenciando aún más la paradoja de un gobierno grande que no ha hecho más que someterse a sus demandas. ¿Y qué decir de la República en sí misma? Concepto que determina la soberanía de la ciudadanía y el respeto del espacio común.

Creo que el fracaso de la democracia como forma efectiva de representación es, en este contexto, algo secundario, si tomamos en cuenta que lo público como tal está desapareciendo por debajo del poder avasallador del capital y demás intereses privados. 

Por eso digo que la democracia se ha convertido en propaganda de relaciones públicas y consentimiento sociopsicológico. En algunos casos, el autoritarismo ha sido el remedio, arrojándonos de facto siglos atrás en cuestiones de organización social efectiva.

Thursday 9 April 2015

Global-es / De identidad y descontento

Empatía y muticulturalismo


´Debajo de la armadura de la piel, los huesos  y  la mente casi todos nuestros colores son asombrosamente  los mismos´

-Aberjhani ( 1957-) poeta estadounidense

Más que ser producto de la ignorancia, el racismo y el clasismo surgen de la falta de empatía que tenemos hacia los demás. Nuestras emociones son sublimadas como parte del proceso que nos lleva a formar grupos.

Pero las emociones son aún más limitadas y reprimidas para las necesidades ordenadas de la sociedad (según Sigmund Freud), ya que la modernidad y el orden racional se montan sobre esa base emocional arrebatada. Teóricamente para que funcione dicha civilización colectiva, no es necesario que individualmente expresemos nuestras emociones en el espacio público.

El otro como espejo, refleja los límites de una visión cultural cerrada, que nos es vendida como indispensable para la civilización y la patria. Y en vez de vernos, preferimos evitar cuestionarnos en nuestra intención de mantener esa identidad sólida y certera que se nos provee desde fuera. Optamos por  atacar al que representa algo diferente a lo que se nos enseñó a seguir.

Resaltamos las características del otro, esas  que lo hacen distinto. En vez de tratar de emplear la empatía para buscar comprender y aceptar al otro  desde su presencia única, señalamos lo que según nosotros es lo más sobresaliente, lo contradictorio. Ulteriormente, las características raciales específicas no son atacadas en si, pero estas en si facilitan la construcción de una defensa más efectiva, ya que eso que vemos como diferente es inversamente proporcional a lo que aseguramos ser, eso que nuestra cultura constantemente nos refuerza.

Las emociones que tuvimos que sublimar para "formar parte" de algo mayor a nosotros – como lo es una sociedad con una cultura específica y diferenciada  de otras – dificultan  el desarrollo de esa empatía que nos permite   ponernos en los zapatos de otros.

Es así, que el multiculturalismo –esa política pública que busca que los diferentes grupos étnicos y culturales convivan en espacios compartidos –fracasa básicamente por el hecho de que se busca que la  inclusión de las diferencias suceda a nivel social y político, y no en un sentido interpersonal y comunitario. O sea, que la solución que se propone desde arriba va en función de  como se han hecho las cosas siempre, planteando la aceptación del otro como algo colectivista/racional, más que algo personal/emocional.

El problema radica en que muchas veces este tipo de políticas buscan que la gente de la cultura sede logre integrarse con otras, pero lo hace meramente de manera discursiva. Lo ambicioso de este visión recae en las esperanzas de que la ciudadanía aprenda fragmentos o totalidades culturales ajenas, y es aquí donde muestra su debilidad. 

Lograr que alguien se  interese por la cultura de otros es difícil, ya que  se nos mantiene en la perpetua ilusión de que la  nuestra es la base fundamental para el funcionamiento de la comunidad, nación y patria. Entonces, la persona tiene que reflexionar sobre el hecho de que él o ella es propietario de una identidad cultural, que se le presumió como única, a la vez que supuestamente se le invita a que prescinda convencionalmente de ella para lograr ver, aceptar, y hasta cierto punto integrar la de otros.

Lo positivo de una cultura única y distinta es que logra conformar grupos complejos bajo fines similares. Pero su lado negativo es que nos dificulta el desarrollo personal, ya que el formar parte de algo mayor a nosotros se logra gracias al control de nuestras emociones fundamentales, la herramienta básica  para  sentir empatía hacia otros.

Para que el multiculturalismo funcione, no se debe forzar, indoctrinar o convencer a la gente a que se interesen por otros y sus culturas de forma práctica y pragmática.

El permitir que los individuos despierten -en detrimento de su cultura única limitante- suele ser contradictorio para el patriarca representativo que ha invertido muchísimo en ella. Por eso depende de nosotros, pues, el cuestionar estereotipos y estigmas   en búsqueda de la comunidad inclusiva y diversa que nos merecemos.

Tuesday 7 April 2015

Privatización es neomercantilismo


‘‘Los recursos naturales le están siendo arrebatados a los indígenas mexicanos’’

José Raúl Vera López (1945- ) obispo mexicano

El neomercantilismo es la estrategia mediante la cual corporaciones de todo tipo despojan a las poblaciones domésticas de su tierra y sus recursos, sin necesidad de ocuparlas políticamente.

O sea, que no es necesario colonizar el territorio ajeno para dominar a sus habitantes como en el pasado. Ahora sólo requieres de las promesas ideológicas privatizadoras para envolver a la gente. Básicamente, les  mueves el foco de atención del presente —en el que se disfruta de una calidad de vida real con lo que ya se tiene— hacia el futuro, ese paraíso mental que esta tan lleno de ‘‘bendiciones’’ como el mismísimo cielo cristiano.

Se le promete a la gente que ganará más trabajando esa misma tierra y recurso que ya le pertenecía, en manos de alguien más ‘‘eficiente’’ que asegura que les irá mejor a todos.  Este sistema de derrame de riqueza de arriba hacia abajo tiene muchas décadas operando en el mundo en desarrollo pero, por lo visto, sus caudales de progreso se secan cada vez más.

Comoquiera, no sólo son las poblaciones autóctonas e indígenas las que sufren el despojo, también son las urbanas y ‘‘civilizadas’’ con toda su gama de clases sociales las que experimentan progresivamente los efectos de la privatización de todo. En la columna anterior expliqué que todos somos responsables de tener una forma de vida cada vez más privatizada debido a la cultura del consumismo que hemos priorizado.

Dicho esto, es necesario considerar que existe un sistema financiero que utiliza al dinero como forma de control, en el que simplemente se nos llena de papel dinero a cambio de esos bienes que, en teoría, ya nos pertenecían bajo ese régimen republicano que se lubrica en perpetuidad con nuestros impuestos.

Un ejemplo muy concreto es la ciudad en la que habitamos. Es evidente que casi toda interacción en la que participamos debe ser mediada por dinero, en los casos en que todavía se nos invita a participar. Por otro lado, están las calles, el agua, la gasolina y otros energéticos, parques hechos estacionamiento, centros comerciales, etcétera. Ulteriormente todo le pertenece a alguien en específico, lo que en la práctica equivale a un abandono de lo comunitario en pro de lo privado.

Podemos ver más evidencia de los estragos que la privatización causa en lo social y lo cultural en toda la gama de trabajos de bajo costo que se van generando con cada nueva compra de espacios públicos. Es obvio que el sector privado es el mejor posicionado para crear los empleos que en la modernidad crean las derramas económicas. Muy distinto es el crear dependientes informales —intermediarios de todo tipo— como efecto secundario de la privatización. 

Sacas a la gente de un espacio para después seducirlos a regresar, pero ya sobre una estructura mercantil que les encarece la vida. ‘‘Gentrificas’’ el espacio y, por ende, obligas a los que no pueden pagar los altos precios a refugiarse en las cada vez más alejadas periferias de la ciudad.

Esta especie de conservadurismo de clase estandariza la cultura, ya que las diferencias son sacrificadas a favor de una visión monocultural de consumo importada. Intercambias el multiculturalismo por símbolos de movilidad social y de estatus de clase, canales que tristemente sólo están disponibles para esos pocos que representan y aparentan aquello que ofreces.

Todo esto también aplica a escala mundial a través de la globalización, la cual, bajo su vertiente privatizadora, homogeneiza a la gente mientras les quitan sus bosques y hábitats para facilitar la introducción de los susodichos mercados y sus libertades neoliberales.

Sunday 5 April 2015

Derritiendo el hielo

El acuerdo para prevenir que Irán desarrolle armas nucleares trastoca elementos que van más allá de lo militar.

El arreglo logrado hace un par de días en Lausana, Suiza, forzó al país árabe a ofrecer más concesiones que el mismo grupo negociador internacional que lo propuso. Teherán ha aceptado reducir sus centrífugas instaladas en dos terceras partes, y tampoco podrá enriquecer uranio arriba del 3.67% por lo siguientes 15 años. Ulteriormente, la robusta inspección de la cadena de suministro de combustible nuclear iraní durará 25 años.

La promesa para Irán de subscribirse a este convenio verbal, el cual será finalmente firmado el 30 de junio de este año, es que las sanciones que penden en su contra eventualmente serán liberadas. No obstante, los EUA se reservarán el derecho de usar la fuerza militar para prevenir que la República Islámica desarrolle una bomba nuclear, esto según el secretario de Defensa, Ashton Carter.

El acuerdo es posiblemente el mejor logro diplomático de Barack Obama, quien tenia mucho tiempo tratando de conseguir un triunfo para equilibrar su desastroso récord en política exterior. Comoquiera que sea, este acercamiento con la nación oriental responde a otras necesidades.

Primero esta la urgencia de establecer algún marco legal que pueda balancear la beligerancia de Washington en Medio Oriente, esa que se viene exacerbando desde la caída de las torres gemelas el 11 de septiembre del 2001. La imagen de los EUA ha sufrido considerablemente alrededor del mundo, siendo una de las principales razones su desastrosa participación en esta región durante los últimos años.

Después esta el balance de poder que puede darse entre Irán, Israel y Arabia Saudita, ya que estos tres países están luchando por la supremacía de la región. Washington apoya abiertamente a Riad y a Tel Aviv, pero su alianza con Teherán logrará convencer a algunos de que sus intereses van más allá de echarle fuego al profundo sectarismo que hoy aqueja a esas tierras. Asimismo, lo logrado con Irán es una llamada de atención a Israel y su política expansionista.

Otro razón importante es el tratar de frenar la amistad iraní con el bloque euroasiático liderado por China y Rusia. Dicha relación no ha hecho más que fortalecerse bajo el régimen de sanciones económicas contra Teherán y Moscú. Si a esto le sumamos las incesantes injerencias de Occidente en la región, entenderemos porque ha aumentado la oposición a esa parte del mundo en cada vez más países del cercano y el lejano Oriente.

Además, están las motivaciones económicas que para las corporaciones transnacionales representan los diversos mercados iraníes, que van desde el petróleo y las inversiones, hasta la explotación de los múltiples minerales que yacen en esas zonas.

Por último, y no por eso menos importante, está la intención de Obama y su administración de actuar acorde al clamor popular. Según una encuesta del Washington Post realizada unos días antes del trato, la mayoría de la gente —desde los liberales (70%) e independientes (60%), hasta los moderados (59%)— apoyaban el acuerdo con Irán.

El presidente estadounidense le acaba de demostrar a el ala ideológica más recalcitrante de su país que la diplomacia todavía es una buena herramienta política. Sólo falta ver si al legislativo dominado por los republicanos no se le ocurre torpedear esta histórica resolución.

Thursday 2 April 2015

De privatizaciones y tributos


“Mientras nuestros lideres pregonan la democracia, la cada vez más privada arquitectura de nuestras ciudades revela una historia más honesta” 

Anna Minton (1970- ) Periodista británica

La privatización del espacio público es la lógica coronación de una cultura definida por el dinero y la adquisición. Tres son los indicadores de que nuestra era es distinta a las que le anteceden.

Primero está la ideología neoliberal imperante, cuyo política del monetarismo –mejor entendido como el control del flujo monetario y los créditos– establece un poder financiero central para las decisiones fundamentales de la sociedad. Segundo está la transición occidental de una economía industrial hacia una basada en servicios financieros, entretenimiento y consumo. Tercero está la acelerada desregulación de cada vez más sectores públicos, significando la entrega del poder político a los grandes capitales privados.

La creación del dinero por una sola entidad central es el mejor símbolo de que nuestra cultura ha convertido al dinero en un dios, sin el cual se imposibilita la participación en el sistema de deuda/consumo que hoy nos rige. Similar a como sucedió en el pasado con la creación de iconos religiosos, la impresión del dinero en el monetarismo contemporáneo nos aclara quien detenta el poder en la sociedad.

Lo paradójico es que dichos creadores del dinero naveguen con bandera nacionalista, cuando en realidad sabemos que trabajan para la gran finanza. La Banca Central, que en teoría se vende como institución pública, está infiltrada por la banca privada, misma que hace grandes negocios con tasas de interés a modo, multiplicando los prestamos a partir de una sola fracción del dinero que realmente tienen.

Este clero neo-religioso es tan poderoso que se ha convertido en el pináculo del neo feudalismo anti democrático que hoy nos describe como sociedad. Tan fuerte es dicho arreglo corporativista que financia guerras y destruye países enteros para perpetuarse.

Por otro lado, el consumo y el entretenimiento, y en si la era de servicios en la que cada vez nos adentramos más, es el mejor ejemplo de que las actividades de la sociedad giran alrededor de la adquisición de cosas y experiencias. Así como en la antigüedad dependimos de la religión y sus directrices para colectivizarnos, hoy nuestra sociedad ha hecho del consumismo la base de su gozo y su organización.

La era industrial (XVIII – XX) fue de alguna forma el parte aguas del despegue del trabajo formal remunerado, que diferenció a la sociedad de la imposición medieval religiosa y la etapa monárquica. No obstante, el Estado técnicamente se mantuvo como entidad republicana, responsable de velar y arbitrar el interés público y comunitario frente a los embates de la creciente burguesía y sus hipnotizadas clases medias.

Fue así como el sistema de gobierno representativo obligó al Estado a imponerse todo tipo de normas y regulaciones. Había que mantenerse relevante ante el despegue económico industrial, ya que este podía poner en entredicho a esa colectividad que rellenaba esas naciones gobernadas por leyes que salvaguardaban lo público.

Desafortunadamente, el imperativo ideológico monetarista-financierista, aunado a una sociedad móvil con mayor poder adquisitivo y acceso a alta tecnología, obligaron al Estado a someterse –desregulándolo todo– a favor de los creadores del dinero y los lideres del entretenimiento y la especulación.

Era lógico que tarde o temprano tomaría el poder quien se encarga de crear el discurso mediático y los incentivos para esa cultura del consumo, para la cual nos adoctrinan desde la niñez para tener prisa en pro de sus ultra competitivas  ´libertades´ de mercado.

En suma, la privatización de todo no sólo responde al desmantelamiento de un Estado quebrado por tanta corrupción y gasto superlativo. También somos nosotros los que hemos priorizado la ansiedad de tener sobre el ser y el compartir en comunidad. Es por eso que el sistema que tenemos es simplemente un reflejo de lo que nos hemos permitido como sociedad y que ahora refrendamos como cultura.

Lo malo es que entre tanta parafernalia y mercachifle olvidamos que la privatización, en el sentido de tener que pagar por algo que en teoría ya era nuestro bajo la república –como el agua, el petróleo o las calles– es otra forma de imposición. Al parecer no hay escapatoria de esta sociedad del doble tributo.