De mi pasado solo quedan memorias sedimentadas pero muy custodiadas. Se nos dice que somos lo que eramos y por eso la obsesión con lo que fue. Sin embargo buscar en mis memorias lo que soy es inutil ya que no equivalen a mis experiencias, si no a meros registros envueltos con juicios de valor que dibujan una falsa imagen en la que me convierto cuando les hago caso.
Mi afán por el recuerdo es un escape de lo que es inconsciente del ahora, por priorizar a la ansiosa mente sobre la percepción directa del mundo, apenas una de varias formas de vivir el presente.
La fijación por la referencia como mapa y coordenada para el futuro solo mueve a la ansiedad de un lugar a otro de la mente, juego de pelota que enfrenta a pasados y futuros inciertos. Tiempos que transcurren solo dentro, ya que afuera todo existe como ciclo y eterna presencia.
Quien soy está conmigo aqui y ahora hoy en un presente que incorpora todas mis experiencias vividas, esas que por miedosa duda busco entre mis memorias y rincones mentales.
Es desde el presente incorporado donde puedo ser más pleno para escribir el mañana desde el hoy y no desde el ayer - allá donde la falsa certeza hecha memoria retumba en mi cabeza como voz interior insaciable.
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