Thursday, 29 January 2015

Carambola incómoda

`Los estudiantes están muertos, fueron calcinados´

-Jesús Murillo Karam (1947- ) Procurador General de la República de México 

  
Mientras aumenta la crítica de la prensa internacional hacia los regímenes que callan ante la descomposición moral del gobierno mexicano, en nuestro país finalmente sale la verdad sobre los asesinatos de Ayotzinapa.
Hace unos días preguntaba un editorialista del periódico inglés The Guardian a la opinión pública que cómo era posible que el liderazgo británico no cuestionase la visita de un presidente extranjero que estaba al frente de un régimen que mataba a su gente y que a sus espaldas hace negocios corporativistas de gran envergadura.

A la luz de estos acontecimientos, la revista The Economist dice que la corrupción del gobierno mexicano está haciendo cada vez más popular a la izquierda, eufemismo cómodo para no decir que están perdiendo el control de la nación. En estas mismas aguas de oprobio es donde navegan las declaraciones de empresarios mexicanos de peso como Servitje de Bimbo, quien aprovecha la oportunidad para señalar que Peña Nieto está en su peor momento.

Y por debajo de todo, continua la perdidísima guerra contra ya no sabemos qué, la cual lleva cerca de 200,000 muertos y cuyo hedor, obviamente, ya dio la vuelta al mundo un par de veces, estimulando el intelecto de periodistas de todo el orbe.

Yo no recuerdo que las drogas hayan sido tanto problema durante la década de los 80 y 90. Es cierto que sabíamos de su existencia y su uso, pero yo, por lo menos, nunca imaginé que pudiesen convertirse en el epicentro de la política entera de cualquier país, mucho menos del que yo vivía.

Llevamos ya casi 10 años persiguiendo algo que por prohibido y perseguido llama mucho más la atención que antes, incongruencia moralista que en su terrorífico proceso ha devastado a la sociedad y los dineros que la sostenían.

Es así que el tecnócrata de hoy ya no propone soluciones racionales a nuestros problemas, sino que simplemente aplica remedios autoritarios –la tecnología en contra de la gente– en afán de contener la avalancha que se acumula.

La verdad es que ya superamos los abusos que se vivieron en el Chile de los 80, país que fungió como rata de laboratorio para una ideología naciente llamada neoliberalismo. Nosotros somos la secuela neoliberal fallida del momento de un dogma que ya comprobó no traer más que desigualdad, elitismo y la desaparición de lo público a favor de lo privado.

Vivimos en un sistema inequitativo, el cual dificulta que con una sola receta se marque la diferencia. No obstante, es fundamental que aceptemos que las cosas no pueden seguir como hasta ahora, ya que no hemos avanzado ni un ápice en cuanto a la concordia y la paz como comunidad.

Detener la guerra ahora es parar al sangrado que no hace más que incrementarse a escala imparable. Más violencia significa menos de todo lo que nos merecemos como personas. Necesitamos recuperar nuestra humanidad, ya que sin ella no habrá política ni ideología que nos ayudara para la autotrascendencia como sociedad.

Tuesday, 27 January 2015

Los límites de lo posible

`Los tecnócratas son dictadores que usan la tecnología para controlar a las personas´ 
  
-Alex Jones (1974- ) crítico estadounidense 

  
La fricción por la que atraviesa México, y en especial Monterrey, es el resultado de haber estirado al sistema más allá de sus límites.
Con sistema me refiero primero que nada a nuestra forma de organizarnos alrededor de dos variables. La primera es la distribución de recursos de forma económica y la segunda es la aplicación de poder para técnicamente arbitrar las relaciones económicas en la sociedad.

Fundamental para cualquier colectividad es la producción de la cantidad de alimentos, bienes y servicios para mantener el equilibrio entre trabajo y calidad de vida material. Para ello, antes que nada, se debe echar mano de la gente y los recursos nacionales y, ya después de haber cubierto eso, exportar el excedente e importar lo que se necesite para cubrir lo que falte.

El México de hoy es un país que consume mucho más de lo que produce, ya que la `lógica´ económica neoliberal les dicta a sus fundamentalistas seguidores que lo primordial es reducir los costos que sean –incluyendo lo social– a favor de las utilidades. Un ejemplo es la importación de alimentos de hasta un 42%, la cual descobija al agricultor y al campo, que son vistos como `ineficientes´ por los estudiados teóricos de la economía.

Por otro lado está el ingenuo manejo del petróleo, la base de una industrialización perdida, que poco a poco hemos olvidado gracias a las bondades de la globalización. Se nos vendió la idea de que subir a PEMEX al carrito de los mercados era lo mejor posible, y hoy los incesantes aumentos en la gasolina nos demuestran la intrínseca mentira de un negocio privado ofertado como público. Increíble, pero cierto. Actualmente compramos el 50% de la gasolina, lo que significa que los tan prometidos descuentos acabaron en los jugosos bolsillos de los numerosos intermediarios.

No sólo nos hemos desindustrializado por competencia y por la desaceleración económica global. Confiamos ciegamente en el `liderazgo´ del país, por lo que ahora exportamos cada vez más materias primas para después utilizar el dinero ganado para comprar eso productos fabricados que algún vez hacíamos. En pocas palabras, tenemos lo opuesto de la sustitución de importaciones que un día detonó el desarrollo de la nación.

Y mientras todo esto sucedió, se conformó a nuestras espaldas un sistema corporativista –que teje intereses públicos y privados a gran escala– que ha acaparado lo poco que queda para un reducido grupo de personas.

En la práctica, el escenario se ve así. Vivimos en ciudades sobrepobladas que en el pasado abrieron oportunidades a millones para emigrar hacia la urbe en búsqueda de las cuantiosas ofertas de trabajo que existían. Esos mismos millones hoy batallan para conseguir qué hacer, ya que se ha centralizado y privatizado todo en afán de salvaguardarlo. Como ejemplo está la especulación en construcción, evidencia de que nuestra transición hacia la era de servicios ha sido insensible y desordenada. Además están los recortes y la automatización de procesos industriales, que han hecho de la redundancia laboral el plumón que colorea la creciente informalidad laboral.

El incesante alza de los precios, aunado a salarios bajos, trae como efecto una pauperización de muchos, que quedan fuera de la jugada en un país que no puede ayudarles. Hemos privatizado, o simplemente dejado sin dinero, a la red de instituciones sociales que podrían ayudar a la gente a pararse y motivarse de nuevo.

Es por eso que se dificulta cada vez más el que se respete la ley. Por un lado está el pésimo ejemplo de la clepotocracia que nos gobierna. Por el otro está una sociedad individualista, que en su afán de ver por sí misma ignora las normas y regulaciones que toda colectividad requiere para mantenerse íntegra. Si no respetamos lo mínimo, ¿cómo podemos creer que algún día viviremos en un Estado de Derecho?

Después de la ley generalmente viene el chicotazo, y eso es exactamente lo que ya hemos reforzado como cultura a escala nacional. Lo más triste es que no nos queremos dar cuenta que el chicote sale de nuestros bolsillos, y que aparte de todo pagamos con intereses a esa clase parasitaria que en el proceso se beneficia con el entrecruce de intereses privados y públicos.

La tecnocracia alguna vez utilizó su conocimiento técnico-económico para tratar de sacar las cosas adelante. Hoy se ha convertido en una clica autoritaria que siembra miedo, propaga mentiras, coloca cámaras, persigue a la ciudadanía y espía a todos mientras se enriquece.

Sunday, 25 January 2015

De agresión y desconfianza


'La Unión Europea necesita girar en dirección hacia el este, hacia Rusia'

Jean Marie Le Pen (1928-) fundador del Frente Nacional francés

El divide y vencerás está siendo aplicado por Washington en Europa y Medio Oriente para tratar de evitar la fusión geoestratégica de la masa continental Euroasiática.

En ese sentido la crisis ucraniana y la israelí-palestina son el mejor ejemplo de guerras subsidiaras (proxy), donde el financiamiento y el envío de armas alimentan el conflicto de forma permanente. A Israel no sólo se le defiende por ser la cuna del patriarcado judío cristiano occidental, sino que además su existencia garantiza la base de operaciones para afrontar a la cultura árabe e islámica que es vista como una amenaza, y que encima de todo es dueña de la mayor riqueza de recursos fósiles del mundo.

Cabe recordar que tanto Washington como Tel-Aviv han preferido lidiar con regímenes religiosos que nacionalistas, ya que estos últimos por lo general suelen tener mucho más apoyo popular, lo que los realza como opción política en la región.

De hecho hoy podemos ver ya los efectos de esta forma de operar en Medio Oriente, ya que el desgaste del sectarismo religioso paradójicamente ha acercado a algunas monarquías del golfo y a Irán con los rusos y los chinos. La intención era separar a los sunitas y chiíes para debilitar cualquier consolidación pan-arábiga y musulmana, pero el resultado ha sido desastroso en cuanto a vidas humanas, geopolítica y el exorbitante gasto público destinado para la guerra.

Es ahí donde cabe la manipulación del mercado petrolero saudí y su OPEP. No sólo es fundamental para los barones corporativos de la energía y las finanzas el perpetuar su petrodólar a toda costa, sino también lo es asegurar la alianza con los saudíes, los cuales ya han coqueteado con el eje Beijing- Moscú en un par de ocasiones. Ulteriormente, el fenómeno ISIS le ha funcionado muy bien a todos los involucrados en el petrodólar, ya que estos fundamentalistas de financiamiento múltiple han extendido la violencia en detrimento de la homologación de políticas regionales, que pudieran servir a los locales para oponer resistencia a los embates de los invasores. ISIS ha exacerbado el sectarismo y la islamofobia como ninguna otra ´marca´ de terrorismo manufacturado en los últimos tiempos.

Por el otro lado está Ucrania como puente energético y cultural entre Europa y Rusia. EUA es el más interesado en enfrentar a Moscú con la UE por dos razones.
La primera es geopolítica.  Ahora que la popularidad de Putin está a la alza en Oriente, es cuando se acelera el entrometimiento en su esfera de influencia. El objetivo es frenar a Rusia, y por eso Washington ha subido la presión en varios ejes, desde lo económico y lo comercial  hasta lo energético y lo militar.


De ello están conscientes cada vez más líderes europeos, los cuales aparte de estar bajando su tono en relación a Israel, y aminorando su participación en el conflicto ucraniano, al mismo tiempo han subido su voz en contra de las sanciones para Moscú, las cuales están resultando contraproducentes para sus países. Dicho de otra forma, no todos los europeos están cayendo en la trampa de la rusofobia que impera en EUA.

Washington le ha asegurado a Europa en repetidas ocasiones que no tiene por que preocuparse en cuanto a la energía y el libre comercio, y es en este sentido que se le está invitando a Bruselas para fortalecer los lazos comerciales con EUA, a través de la Asociación Trasatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP por sus siglas en inglés). Dicho tratado es mucho más que un plan para la profundización de los lazos comerciales entre Europa y EUA. Washington sabe que Europa ya ha sido invitada a formar parte de la Unión Euroasiática, por lo cual se vuelve imperativo mantener al viejo continente dentro del eje Occidental.

Difícil se ve el panorama para el eje Occidental, ya que la marea de la desconfianza está subiendo. Cada vez son más países europeos que le exigen sus reservas de oro a EUA, lo cual, aunado a la actitud de los suizos, quienes acaban de firmar un acuerdo con Beijing para la próxima inauguración de la primera sucursal de un banco chino en Zurich, nos demuestra que la incertidumbre es lo que delinea las relaciones de poder en Occidente. En pocas palabras, Zurich desconfía tanto de Berlín y su euro como Berlín duda de Washington y su petrodólar.

Thursday, 22 January 2015

De naciones y súper Estados


`Los franceses y toda la Unión Europea deben despertar y luchar para proteger nuestra civilización común´
 
Benjamín Netanyahu (1949- ) Primer ministro de Israel 
 
La ultraderecha europea e israelí está presentando la islamofobia como una lucha de civilizaciones con el objeto de consolidar Estados-nación étnicamente homogéneos en el Siglo XXI.

Increíble es que Netanyahu crea que es posible consolidar un Estado-nación judío a expensas de la población palestina de origen árabe, la cual reside en estas tierras desde antaño. Es en sentido que este político asistió, en flagrante hipocresía, a la marcha ‘Ejecutiva’ a favor de la libertad de expresión en Paris. El ‘Bibi’ aprovechó su visita para decirle a la población judía que vive ahí en Francia que el único lugar seguro para ellos es Israel. Esto es parte de una estrategia a largo plazo que contempla el regreso de las poblaciones judías europeas a Israel, en algo llamado ‘‘sionismo”.

Lo que une a políticos como Netanyahu y Marine Le Pen en Francia es su disgusto por la inmigración de otras etnias, que son vistas como una amenaza a la ‘pureza’ de sus naciones. Ambos se han enfocado en los migrantes y las poblaciones establecidas de musulmanes, ya que sobre ellos cuelga la etiqueta del ‘terrorismo’ que los medios de masa han venido construyendo como discurso desde la década pasada. Para enfatizar sus posiciones están capitalizando los últimos atentados contra Charlie Hebdo como supuesta evidencia de que los musulmanes quieren acabar con Europa.

Querer aparejar la situación social de Israel con la de este continente es anatema. En el caso europeo, las migración de árabes, caribeños, norafricanos, indios, y demás asiáticos comenzó una vez terminada la etapa colonial, cuando se requirió de mano de obra abundante para echar a andar la industrialización. Es así que, para finales de la década de los 70, Europa ya había duplicado el PIB que tuvo antes de la Segunda Guerra Mundial, lo que no hubiera sido posible sin la ayuda de los millones de inmigrantes que participaron en la reactivación económica.

Es cierto que el porcentaje de la población no europea ha aumentado desde los 70, pero también lo es que sin ellos se hubiere dificultado la transición hacia la era de servicios que hoy caracteriza al viejo continente. Vale la pena considerar que, a través de la historia, toda gran idea de imperio (Romano, Otomano, Británico), de gran federación (EUA, Canadá) o de súper Estado –al que curiosamente aspira la Unión Europa (UE)–, por lo general han incluido todo tipo de razas, etnias, creencias y culturas.

Ahora que el capitalismo de casino especulador ha privatizado Europa, algunos ‘líderes’ buscan explotar la situación demográfica para frenar la migración. Para que esto suceda primero se tiene que desmantelar la UE, y al parecer esto es exactamente lo que quieren gente como Jean Marie Le Pen y su hija Marine.

No obstante, las dificultades económicas y financieras han probado ser mucho más complejas que las de corte sociocultural, por lo cual se vuelve mucho más fácil centrarse en los puntos débiles migratorios que en las duras realidades de poder. La ultraderecha francesa todavía no digiere el dominio germano de la UE (euro) y el poderío militar de la OTAN de los EUA, ya que ambos contradicen el espíritu libertario de la nación Gala.

La tendencia que viene marcando la UE es a favor de una mayor integración y multiculturalismo, o sea, a favor de la convivencia de distintas formas de ser. En esa línea, el voto de la UE en pro del establecimiento de un Estado palestino es un reflejo de los avances humanitarios que esperaríamos de un ente como la UE, pero la verdad es que también tiene que ver con el gradual desfasamiento de países individuales como Francia, Reino Unido, España, Irlanda y Suecia de todo lo relacionado con Israel. Ulteriormente, ya ni siquiera EUA, como nación, mantiene el mismo interés por Tel Aviv como sucedía durante la Guerra Fría. Es apenas AIPAC y un puñado de banqueros y vendedores de armas los que siguen aferrados en mantener el patriarcado expansionista israelí y la era del hidrocarburo a toda costa, aunque en el proceso debiliten cada más al petrodólar y las estructuras que lo perpetúan.

Es por conveniencia que tanto la ultraderecha europea, la israelí y la corporativa occidental juega con conceptos arcaicos de luchas de civilizaciones tribales. Simplemente, la idea de una patria, un pueblo, una bandera y una religión ya no tiene cabida en este mundo global y posmoderno. Esta neocruzada contra el Islam es una vil excusa para avanzar los intereses de algunos poderosos sobre los desposeídos y los incomprendidos, que por aras del destino habitan tierras rebosantes de materias primas.

Tuesday, 20 January 2015

Europa se tambalea

`Grecia es la bomba de Hiroshima del cuarto Reich´

-Juan Carlos Monedero Fernández-Gala (1963- ) político del partido PODEMOS 

€330,000 millones de euros es el tamaño de la deuda soberana griega, cifra que ha desatado las fuerzas democráticas en el país que vio nacer a Occidente.

La elección de este domingo 25 de enero determinará el futuro de la relación griega con todo el andamiaje europeo, ya que SYRIZA, la opción de izquierda antiausteridad neoliberal, ha cuestionado al sistema que tiene de rodillas al país. Lo interesante es que este novedoso partido lleva la delantera en intención de voto.

Dicho esto, es fundamental entender el fenómeno griego no sólo como el fracaso de una pieza única de la eurozona, sino como la fractura estructural de una supuesta política pública convertida en ganancia privada. Para entender esto hay que considerar las bajas tasas de interés generalizadas alrededor del continente, las cuales, como sabemos, son determinadas por el Banco Central Europeo (BCE), en coordinación con el FMI y la Comisión Europea en algo conocido como la TROIKA.

Las bajas tasas de interés se mantienen como parte de una estrategia para asegurar que la banca sea la institución predominante, ya que subir dichas tasas es reventarla, a la vez que se encarece el movimiento del dinero a través del sistema. Lo malo es que las bajas tasas logran un efecto desalentador para las inversiones en pro del crecimiento, lo cual, aunado a la baja producción industrial, al fuerte desempleo y el bajo poder de compra, ha paralizado a la economía europea.

Entonces, la respuesta del BCE al estancamiento es la misma que han seguido la Reserva Federal de los EUA y el Banco Central de Japón. Básicamente lo que los poderosos en Europa tienen bajo la manga es un `estimulo fiscal´ (entiéndase: impresión de dinero), con la intención de resucitar la economía.

Dicha política keynesiana difícilmente resolverá las cosas, ya que, como sucedió en el caso de EUA, las bajas tasas de interés permitirán que los mismos bancos acaparen en un mediano plazo las mayores tajadas de los recién creados euros.

Es por eso que el Banco Nacional Suizo decidió romper con la paridad que existía entre el tipo de cambio del franco y el euro desde septiembre de 2011. Esto se explica por dos razones. Primero que nada están las grandes cantidades de reservas en euros y en bonos que el Banco tenia acumulados, los cuales crecían sin limites. Después esta la desconfianza que los suizos venían desarrollando para con el euro y, en sí, con el proyecto europeo de integración. Hoy el euro ha perdido valor frente al dólar, y esa idea de imprimir más euros para resarcir la parálisis económica no cayó bien en las esferas de poder helvéticas.

Es por eso que Suiza quiere recuperar su oro que está fuera del país. Alemania por sí sola repatrió 140 toneladas en 2014, y hoy hay otros países –entre ellos Bélgica y Países Bajos– que están siguiendo el ejemplo. La única diferencia es, que para incurrir en una política de esta envergadura, el país helvético primero necesita organizar un referendo. Como sabemos, ésta es una de las pocas naciones en el mundo que realmente considera la opinión de la ciudadanía. Por eso es posible que éstos últimos acontecimientos, que incluyen la apreciación inmediata de casi un 30% del valor del franco suizo frente al euro, motiven a muchas personas hacia un mayor proteccionismo de metales en un sentido mercantilista.

La desconfianza de uno de los principales socios (no miembro) de la Unión Europea (UE) no augura buenas cosas para el viejo continente. Es obvio que lo de Suiza afecta mucho más la imagen de la UE que la factible salida de Grecia, ya que ésta última representa apenas el 2% del total del poderío económico continental. Como quiera que sea lo que suceda en Atenas, será un parteaguas para lo que viene.

Habrá que estar pendientes del resultado de la elección del domingo, ya que aunque Alemania no lo acepte, el resultado griego pudiere influenciar a sus vecinos mediterráneos, los cuales también forman parte de la periferia olvidada del concierto de naciones.

Sunday, 18 January 2015

La tragedia kakistokratika


"La mejor defensa contra el entretenimiento como propaganda es sumergirse en los grandes libros del pasado"

Steve Bonta (1960-) escritor estadounidense

La pésima condición de las calles es el mejor reflejo de la ingobernabilidad por la que atraviesa Monterrey, por lo que no hay que sorprenderse del poco profesionalismo de los candidatos que los partidos políticos han lanzado para la próxima contienda electoral.

Los políticos de la Grecia clásica tenían antes que nada la responsabilidad de convencer al público, pero esto no equivalía a un concurso de popularidad ni al  sometimiento a la fanfarria, como la que hoy caracteriza a nuestra política local. Los potenciales líderes de la democracia antigua eran ´bombardeados´ de preguntas por un público curioso, que tenía que aplicarse para no ser manipulados por kakistócratas, o sea, por los menos aptos para gobernar.

La política del México actual se ha convertido en una telecracia, que hace de sus principales figuras públicas actores, que muestran entre sus cualidades discursos populistas y fuertes dosis de telegenia, que los presentan como vendibles en un sentido puramente mercadotécnico. No tenemos que voltear  tan lejos para comprobar que la congruencia, la preparación y los conocimientos se han agotado como opción política, ya que la misma presidencia nos fue vendida como telenovela.

Las política populista de pan y circo ha permeado a toda la sociedad. Es así que regalar televisores a los más pobres es considerado una ´política pública´, al puro estilo romano.

Dicho todo esto, es bueno tener en mente que nada de lo que sucede es coincidencia. Este tipo de populismo ha sido una estrategia muy común a través de la historia, ya que siempre se ha utilizado para cubrir las carencias económicas y las fallas burocráticas de cualquier sociedad. Ulteriormente, la estructura fundamental de nuestra cultura política se ha modificado de acuerdo a las deficiencias económicas y democráticas que experimentamos.

La ironía de nuestra kakistocracia –el gobierno de los peores– es que encima de todo no tiene poder de maniobra, ya que las deudas públicas federales y estatales han superado los límites de lo creíble. La guerra que luchamos desde hace diez años ha vaciado las arcas públicas, y es por ello que hemos tenido que recurrir cada vez más a créditos privados para seguir haciendo política. Por eso habrá que estar muy alertas, ya que a estas alturas es casi imposible que los nuevos candidatos vayan a poder cumplir todo lo que están prometiendo. Simplemente no hay dinero con que hacerlo.

Asimismo, el Estado ha tenido que recurrir también a la iniciativa privada para financiar la seguridad, por lo cual ya no podemos aseverar que nuestros gobiernos sean enteramente públicos. Hemos privatizado todo en afán de resarcir los daños de la parálisis económica, pero en el camino hemos  abandonado lo público a favor del interés privado. En esa línea, la relación entre política y medios de comunicación de masa, que convierte a nuestra representación en un espectáculo, es la síntesis de todo.

Es así como se vive la vida en el Monterrey de ahora. Por un lado se nos tapiza el presente y el futuro con deudas astronómicas impagables, a la par que se profundiza nuestra dependencia en créditos privados. Esto acontece mientras que el discurso de la seguridad legitima al Estado policiaco que descobija la representación pública mas básica, siendo la mejor evidencia de ello el olvido y el deterioro de las calles.

Tristemente, ni los mejores payasos del entretenimiento podrán disuadirnos de esta represora realidad.

Me temo decirle, estimado lector, que ya no importa quién gane la elección a la gubernatura del estado. Estamos tan endeudados y somatizados por tanta simulación que lo más conveniente es construir una comunidad desde abajo, en aras de tejer algo completamente nuevo como sociedad.

Thursday, 15 January 2015

Global-es / Asesinatos en Paris

Repetición es propaganda

`El liderazgo de la economía mundial es una experiencia de poder que puede cegar al vencedor de la marcha de la historia´
  
-Fernand Braudel (1902-1985) historiador francés 

  
¿De qué nos estarán tratando de disuadir los medios de masa occidentales? El crimen acontecido en París es una cosa, pero su repetición como simulacro en forma de propaganda es otra completamente distinta.
La televisión es uno de los mejores instrumentos de manejo de percepción que haya existido, ya que es capaz de construir, mediante el bombardeo de imágenes, eso que damos por un hecho en nuestras vidas. Sé que es difícil viajar a la totalidad de los lugares del planeta para poder interactuar personalmente con las culturas disponibles, pero me parece mucho más grave el depender de un aparato intencionado para informarnos de lo que son los demás más allá de nuestro contexto.

Es así que la TV manufactura nuestro consentimiento. Entonces, cuando los medios agarran cualquier noticia, repitiéndola sin cesar, acaban realzando nuestras emociones en relación a lo que sea que haya sucedido y que por tanta aparición logra que concentremos nuestra atención sobre el evento o la crisis reportada. Nuestra mente solo puede enfocarse en algún asunto cuando se desenfoca de otros, y ahí es donde yace el mayor poder de la TV.

El mejor ejemplo de esto es el atentado en París, noticia que ha llenado los espacios de la mayoría de los medios de masa occidentales. Lo que han logrado con ello es concentrarnos en la muerte de una docena de personas y, en el camino, han conseguido que nos olvidemos de las millones de víctimas que han perecido desde que inició la cacería contra el terrorismo en 2001.

Estos chicotazos mediáticos, como los del dichoso avión desaparecido de Malaysia Airlines, no solo nos disuaden de fenómenos de mediano plazo como los de la consigna terrorista occidental –ese cómodo chivo expiatorio al que recurren cada que lo necesitan. También sirven para mantenernos alejados de otras realidades geopolíticas que apenas hace unas semanas inundaban todo espacio televisivo. Me refiero a la situación de enfrentamiento entre Occidente y el emergente mundo multipolar Euroasiático y el BRICS, que llevan algunos años ya pujando por la supremacía del planeta.

No hay que olvidar que China ya salvó a su brazo armado ruso de la debacle financiera, ya que Moscú es de alguna forma el escudo y espada que Pekín subcontrata para resguardar su incremental despunte hegemónico. Como sabemos, Rusia se ha convertido en una piedra en el camino para los EUA, los cuales están tratando de seducir aún más a Europa para que rompa en definitiva con el milenario oso ruso. Las críticas europeas contra las sanciones han subido de tono y, en esta línea, hasta hoy se han sumado políticos austriacos, húngaros, checos, italianos, letones, franceses –con el mismo François Hollande–, y el vicecanciller y ministro de Economía y Energía alemán, Sigmar Gabriel.

La noticia más relevante que los medios de masa omitieron previo a lo de Charlie Hebdo fue que Putin ya invitó a Europa a profundizar sus lazos comerciales con la Unión Euroasiática, los cuales solo pueden fortalecerse en detrimento del potencial acuerdo comercial (TTIP) con Washington y, en sí, de esa relación que llamamos Occidente.

No solo está en juego algún bloque geopolítico o militar. Lo que está en peligro es todo el andamiaje cultural e ideológico llamado liberalismo, que tiene en existencia desde el Siglo XVII, periodo de larga duración que según Fernand Braudel define lo que somos en Occidente. Antonio Gramsci se referiría a los 400 años de liberalismo como un bloque histórico donde se contienen las prácticas sociales que, a su vez, crean los valores y las teorías que usamos para racionalizar y justificar nuestra cultura.

Lo que trato de decir es que la cosa es mucho más compleja que la guerra de civilizaciones entre judío-cristianismo e Islam, que los medios están usando para esconder los abusos de una clase política depredadora e incongruente. Occidente se está defendiendo de la muerte de su hegemonía socioeconómica, obviamente, pero también trata de prevenir que surja una nueva cosmovisión e idiosincrasia que se atreva a modificar el eurocentrismo que lleva con nosotros muchos siglos.

Estamos siendo testigos de una lucha civilizatoria en la que Occidente intenta evitar el tener que pasarle la estafeta –obligatoria por lógica histórica– a Oriente. Dicho esto, es importante que no echemos las campanas al vuelo, ya que será tomada por otras culturas que seguirán con el mismo sistema patriarcal insustentable, pero desde otra visión. La nueva era, tristemente, será más de los mismo, solo que nos tendremos que conformar, de este lado del mundo, con el asiento trasero.

Tuesday, 13 January 2015

Jacobinismo civilizador

`Yo creo que esta es una lucha por la libertad´

Tony Blair (1953-) exprimer ministro del Reino Unido 

Occidente se ha puesto en riesgo a sí mismo gracias a que practica la ingeniería social de las culturas ajenas. No hay que olvidar que el patriarca contrasta nuestras identidades para enfrentarlas perpetuamente.

Algunos de los líderes más represores del mundo protestaron hace unos días en París, donde corearon valores como la libertad de expresión y la paz en una marcha exclusiva separada de los 13.7 ciudadanos que también lo hicieron. Lo irónico es que muchos de los funcionarios de Estado, quienes representan naciones a lo ancho del orbe, reprimen derechos civiles de todo tipo en favor de ciertas libertades que consideran como mejores que las que en teoría ya existen. En pocas palabras, libertades como las de expresión se nos han limitado debido a la contingencia de seguridad en que nos han envuelto durante los últimos tiempos.

El lenguaje ha cambiado para justificar agresiones en latitudes lejanas que son vistas con desprecio por practicar formas de vida distintas a la nuestra. Es así que conceptos como ‘‘cambio de régimen”, ‘‘principio de la precaución”, ‘‘ataques preventivos” y ‘‘el fin justifica los medios” se han impreso en nuestras consciencias. Y mientras neguemos que estas formas de ser incitan la violencia, sucumbiremos ante aquellos que las usan para lubricar sus excesos de jacobinismo político global.

El jacobinismo es una ideología que emana de las revoluciones liberales del Siglo XVIII, en las que países como Francia y EUA se liberaron de la tiranía del antiguo régimen a través de las armas. Esa forma de actuar permea ahora la política exterior de los poderosos de Occidente, que se esconden detrás del poder blando (soft power) para buscar lograr cosas `positivas´ en el mundo a través de la fuerza, como lo es exportar democracia e implantar libertades propias en tierras extranjeras.

¿Qué se puede decir de gobiernos que con una mano agitan la bandera de la libertad de expresión mientras que con la otra aplauden el espionaje y la tortura? Aquí incluyo a todos los gobiernos, pero, eso sí, los que más ruido hacen son los que se jactan de su excepcional superioridad.

Y mientras la limpieza étnica se lleva acabo como preparación para la inyección del remedio liberal, en casa se nos regentea de forma patriotera para que ciegamente obedezcamos a los designios del sistema patriarcal tribal y etnocéntrico, que diluye las libertades domésticas en el proceso de construcción de su monopolio de los `justos´.

Esta forma irracional de hacer política tiene tintes hegelianos, los que las cosas y los eventos que experimentamos gozan de un significado ideal, y que por ello merecen la pena ser llevados hasta su última y utópica consecuencia. Es curioso, pero este tipo de dogma también permea nuestro depredador sistema económico de mercados, ya que los mismos son permanentemente manipulados por los que tienen el poder de hacerlo.

Debemos comprender que el individualismo egoico y ultracompetitivo que técnicamente nos caracteriza en Occidente está justificado en pseudociencia. En esa línea, es crucial el analizar a otras culturas para tener una visión más global de las cosas. Al hacerlo nos daremos cuenta que sociedades como la musulmanas o cualquier otra del Lejano Oriente son colectivistas antes que individualistas. Entonces, el creer que otros que se determinan por su contexto particular deben sujetarse a nuestra forma de entender la libertad y los derechos civiles –que coronan al individuo sobre todas las cosas– es demasiado simplista y comodino.

Mucho de lo que se realiza en contra de ellos se hace con un grado de inconsciencia e ignorancia monumental, como lo es el tratar de cambiarlos en acorde a nuestros cánones. Esta forma de jugar a Dios termina volteando en nuestra contra a esos que juramos ayudar, ya que no solo son sus representantes nacionales los que responden a los ataques, si no también las mayorías mismas que sufren la incremental presión por el robo de los recursos que les dan vida.

Los que se aferran a su identidad se arriesgan a la persecución. Aquí postulo dos tipos de aferramientos. El primero es el del grupo poderoso, que convierte a sus emblemas y etiquetas en excusas para revestir a su rebaño de exclusividad. El otro es el defensivo que usan los débiles para protegerse (también con nacionalismos y patriotismos) de los embates de los gigantes identitarios.

La verdad es que si supiéramos agradecer haríamos civilización, no tendríamos que robarla. Es por eso que tratar de convertir al otro en lo que no es conlleva un mayor sufrimiento para todas las partes incluidas, con todo y valores `refinados´ que restregamos como supuesto pegamento libertario.

Sunday, 11 January 2015

Sé congruente y luego exige

´La libertad de expresión no te protege de las consecuencias de decir estupideces´

Jim C. Hines (1974-) Escritor estadounidense

Apoyarse en el concepto de libertad de expresión para justificar ataques culturales y consignas personales es la mejor forma de destruir la universalidad de una idea.

Nuestro mundo ha batallado mucho con las ideas de relevancia universal, ya que para muchos pueblos estas han sido impuestas por potencias coloniales ancladas en el eurocentrismo. Un buen ejemplo es la Declaración Universal de los Derechos del Hombre de la ONU (1948), la cual fue una actualización de la original Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano de la Francia revolucionaria del 
siglo XVIII.
Técnicamente la ONU se estableció como una organización encargada de institucionalizar y alinear a los distintos pueblos del mundo alrededor de ideas universales. No obstante, la realidad de las cosas es que muchos países africanos, musulmanes y orientales se han adherido a regañadientes, por la simple razón de que sus sistemas de valores difieren en la esencia de lo que es el hombre y su lugar en el mundo.

La libertad de expresión significa cosas distintas para cada cultura, por lo cual se hace muy difícil el coordinar sus alcances para todos. Las libertades que tiene un francés para criticar lo que sea no son compartidas por millones de personas alrededor del orbe, por ello me parece ingenuo enjuiciar a otros por que no se sujetan enteramente a nuestra forma de ver las cosas. Además, es irrisorio tratar de justificar la libertad de expresión cuando esta se usa como arma racista, para burlarse de lo más sagrado de otras culturas y religiones, como lo es el Profeta Mahoma para los musulmanes. Ulteriormente quiero resaltar la poca legitimidad con la que cuenta Naciones Unidas en los últimos tiempos, ya que como sabemos, esta organización ha hecho caso omiso, y en algunos hasta ha apoyado indirectamente, el exterminio de poblaciones enteras en Medio Oriente.

No apruebo los ataques en contra de los periodistas parisinos, pero me parece fundamental el que analicemos su participación en ese discurso islamofóbico y del terrorismo que ha englobado a Europa y América. El enemigo más temeroso de Occidente desde la caída de la URSS ha sido el musulmán, ya que casualmente en sus tierras yacen muchos de los recursos fósiles que mueven al mundo. Es así que se ha ‘legitimado’ una carnicería en su contra, con ejemplos en Siria, Libia, Irak, Irán, Afganistán, Yemen, Sudan, Nigeria, etc., amparada en que no son amantes de las ´libertades´ occidentales. 

El musulmán es el chivo expiatorio contemporáneo, el blanco perfecto para tapar los abusos propios. Dicho de otra forma, las libertades civiles de todo tipo se han limitado en Occidente debido al estancamiento económico, y por eso es que se incrementa la presión en contra de esas poblaciones que migraron para cubrir los trabajos de bajo costo y preparación, que muchos ya no quieren hacer. Dejaron entrar a la gente con menos educación y mayor identificación religiosa, y ahora se quejan porque no se adaptaron a una sociedad europea ya de por sí racista y clasista.

Por otro lado están los excesos de los gobiernos como el de Obama, el cual aprobó la película que puso en el ojo del huracán a Sony Entertainment. El notorio filme narra un complot para matar al líder actual de Corea del Norte, algo que obviamente fue interpretado como un insulto y una amenaza por las autoridades del país asiático. Obama enfatizó que el supuesto hackeo coreano (no se ha comprobado) es una amenaza en contra de la forma de vida estadounidense. Me pregunto ¿cuál sería su reacción si los coreanos hicieran lo mismo, proyectando una película con la muerte del Presidente de EUA, a escala nacional y en forma de propaganda?

Hay que tener mucho cuidado con los valores que queremos para los demás. Si no somos congruentes con ellos, será imposible el que alguien más los respete. La clave está en el ejemplo, y no en la incongruente imposición de valores que solo respetamos cuando nos conviene para justificar los medios para lograr ciertos fines.

Thursday, 8 January 2015

Global-es / De chapulinazos y regresos inesperados

Buró privatizador de la información

`El caos político está conectado con la decadencia del lenguaje´
  
-George Orwell (1903-1950) filósofo británico 

Entre más crisis relacionadas con el Internet se susciten, más se irá dificultando su navegación.

Crisis como la de Sony Entertainment versus Corea del Norte suelen ser excusas para un mayor control informativo, todo anclado en el miedo. Para efectuar dicho control, el Estado se aprovecha de su contubernio con las corporaciones, que como quiera que sea ya se venían apropiando de la red, justificadas en que las libertades de mercado les permiten infiltrarla como cualquier otro negocio. Dicho de otra forma, el control del Internet viene escondido como privatización, ya que hoy somos testigos de cómo una tecnología desarrollada inicialmente por el Estado ha sido cooptada por los grandes intereses privados.

Similar a como la Iglesia católica lanzó su contrarreforma en el Siglo XVI en contra del flujo informativo que la imprenta desató, ahora el Estado está tratando de ponerle un freno al Internet, tecnología que ha abierto canales informativos que han democratizado la opinión como nunca.

Fundamental en este gradual proceso de control es la ideología neoliberal que impera, la cual se ha convertido en la excusa para vender ese canal de opinión abierta en afán de limitarlo. En pocas palabras, la gente está leyendo demasiado, informándose de asuntos que le empoderan como sociedad civil. Esto no es del agrado de los poderosos, los cuales han declarado la guerra contra la libertad informativa.

Aquí entra la iniciativa privada de cobrar por servicios premium en la red, lo cual, con todo y que pudiere sonar atractivo para algunos, por otro lado significará un obstáculo para millones de usuarios que no desean adaptarse o que, de plano, no podrán pagar los incrementales cobros. Es así como el Estado se escuda de las acusaciones que lo implican directamente en el control de la red. Solo tiene que citar las libertades del capitalismo para disculparse de esta nueva injerencia privada en el flujo informativo del Internet.

No falta mucho que para la web se segmente entre el 1% que pueda pagar lo premium y el 99% restante, que tendrá que acostumbrarse a velocidades y contenidos relegados. Esto no será casualidad, ya que las corporaciones de dogma neoliberal le harán lo mismo al Internet que lo que le hicieron a la sociedad: dividirla entre megaricos y el resto de los mortales.

El asunto contra Corea del Norte, cuya culpabilidad en el hackeo de Sony no ha sido comprobada, se convierte en la perfecta excusa para meterle más mano a la red. Obama dijo que el hackeo representa un ataque contra la forma de vida americana, algo que seguramente será usado para tratar de aplicar más trabas legislativas. Además citó a Sony Entertainment, corporación líder en el ramo tecnológico, que finalmente se vio beneficiada con tanta publicidad, lo que ya se reflejó en las ventas de la susodicha película tan criticada por los coreanos.

El péndulo girará todavía más hacia el control corporativo de la red, acelerando la estandarización de sus contenidos. Esto apunta a una mayor simplificación del discurso, en términos orwellianos.

Ulteriormente, así como el ejemplo de la Iglesia medieval y su contrarreforma informativa luchó contra las múltiples interpretaciones de dios que la imprenta abrió para muchos, actualmente tenemos a una asociación neofeudal de corporaciones haciendo algo similar. Internet se creó para defender a la población del posible ataque soviético, pero hoy se ha transformado en una herramienta peligrosa para las autoridades, las cuales no han vacilado en encargarle a sus barones corporativos que interfieran para evitar la llamarada de bits democratizadores.

Ciertamente, la Edad Media y el mundo contemporáneo son épocas diferentes basadas en tecnologías distintas, pero lo que no ha cambiado nada es el afán de prevenir que la gente se entere. La manzana del conocimiento sigue siendo incómoda para los que detentan del poder.

Tuesday, 6 January 2015

Pasa la voz - La crisis entre Corea del Norte y EUA

Monterrey, ciudad Gótica

`No dejaré la alcaldía para competir por otro puesto de elección popular´

-Margarita Arellanes (1976- ) exalcaldesa de Monterrey, México 

  
Las generaciones del futuro conocerán nuestra historia, esa que escribimos día a día y que se reporta en los periódicos. Para ellos será fácil concluir que lo que nos hizo batallar tanto fue esa misma incongruencia que afectaba a toda la sociedad.
Los pueblos tienen lo que se merecen. Hasta cierto punto esto es cierto, ya que es la sociedad la que al final se acostumbra o no a formas de gobierno positivas o contraproducentes. Dicho esto, también debemos de incluir a los actores políticos –en sí, a la burocracia–, que en sistemas como los nuestros son los líderes de ese barco que llamamos comunidad.

Los lectores del futuro, como los de cualquier otra época de la historia, podrán decir que fue el desequilibrio social y de poder de eso que denominamos ‘‘la comunidad” lo que complicó las cosas hasta el desgaste, como sucede ahora en Monterrey.

Lo que trato de decir es que, simple y sencillamente, debemos observar la evidencia que se nos muestra para darnos cuenta de las causas que nos tienen divididos como comunidad: una ciudadanía cada vez más desconfiada de los políticos y los mismos políticos que se presentan en público como lo más deshonesto e incongruente posible. Esto es algo que se da a nivel nacional, pero en Monterrey ha alcanzado niveles alarmantes.

¿Quién defiende a una ciudadanía descobijada por una autoridad empecinada en el poder y el dinero?

¿Quién defiende a los pocos espacios verdes que quedan en la ciudad?

¿Quién le pone un alto a la mentalidad que hace de los estacionamientos privados la excusa para hacer negocio con los bienes naturales y públicos?

¿Quién hace algo para que ya no se mueva tanto dinero en unas campañas electorales ya de por sí inundadas de dinero de todo tipo?

¿Quién le pone un fin a los chapulinazos?

¿Quién le dice al poderoso que lo que necesitamos son calles en buen estado y no tantos policías?

¿Quién le pone un dedo a la deuda, aparte de los políticos que ya lo están haciendo?

¿Quién le dice al de arriba que la educación es más importante que los globos y conciertos musicales con fines electorales?

¿Quién limpia la calle para defenderla de los `oportunos´ representantes de Dios?

Sabemos que, si se los permitimos, estos políticos nos llevan el baile. La cosa es que no podemos jugar su juego, ya que al hacerlo los enfrentamos directamente en lo que mejor saben. Ya marchamos pacíficamente, pero tampoco se logró reacción de los políticos, que están con mucha prisa con lo de su próximas campañas electorales.

Entonces, ¿qué es lo que puede hacer cualquier comunidad ante una realidad que nos demuestra que no existe voluntad de cambiar la forma en la que operan? Que en este caso equivale a, por lo menos, mostrar ganas de querer frenar esas luchas de poder, que hasta dan asco.

Estoy contento con las candidaturas independientes, me parecen un logro. Dicho esto, no quisiera pensar que tendremos simplemente más manos metidas ahí en la política, enredando las cosas. Me encantaría saber qué tienen pensado de propuestas específicas, como, por ejemplo, qué harán con los espacios naturales y públicos ante el evidente ecocidio y asfixia urbana.

De no hacerlo, nadie sacará el tema para no ser visto como invotable, y así nos perderemos en las batallas que estos héroes librarán contra los partidos tradicionales, los cuales aprovecharan su poder de partido para evitar tener que luchar para cambiar algo. En pocas palabras, prefiero que los independientes se enfoquen en lo suyo antes de meterse al box con los pugilistas ideológicos de siempre.

El honesto no tiene por qué preocuparse por tener que dar explicaciones. Entonces, ¿por qué vemos a tanto político defendiéndose de tanto, últimamente?

Si creen que la ciudad va a crecer económicamente, permitiendo tanta especulación y construcción ilegal –en cuanto a la violación de los límites legales a su iniciativa–, pues que sean todos conscientes de que alargaremos la agonía de no poder nunca.

Si uno estira demasiado una cobija de un lado, el otro se descobija, y es así como está la relación entre comunidad y gobernantes en el Monterrey y el México de ahora.

Lo dejo con una pregunta, estimado lector. Si fuera posible cuantificar qué tanto la mentira afecta cómo estamos, ¿qué número le pondría?

Esto que te hizo reaccionar es la propuesta, ahora te toca a ti transformar tu voto ciudadano en voz humana para expresar lo evidente.


Correo: juanguerra@hotmail.com

JUAN CARLOS GUERRA: Licenciado en Estudios Internacionales por la UDEM, con Maestría en Sociología por la Universidad de Essex, Reino Unido. Especialista en Teoría Social y Política. Actualmente locutor y analista del programa d radio Global-es, en la Universidad de Monterrey.


Sunday, 4 January 2015

Año nuevo, juguete nuevo


“La única razón para que el tiempo exista es para que no ocurra todo a la vez”
Albert Einstein (1879-1955) filósofo alemán

No discutiré el concepto del tiempo desde un punto de vista físico-matemático, sino desde lo psicológico-social, es decir, como algo que organiza nuestras vidas en la sociedad.

Alrededor de este torrente simbólico de días, horas y segundos se construye la cultura, la política y la religión, formas de vida que se encargan de temporalizar nuestra biografía. Naciste en un país con miles de años de historia, que es gobernado por un grupo de gente en lapsos temporales, que a su vez fueron definidos por una religión obsesionada con el control de la vida y la muerte. Asimismo, se te dice que llegarás a la adultez cuando hayas cumplido cierta edad, mientras que por otro lado, las deudas, los créditos y demás compromisos sociales te recuerdan que habitas un mundo que lleva prisa. Es en este sentido que el tiempo puede considerarse la primera institución, ya que es en relación a este que localizamos la narrativa de nuestra existencia.

Nuestras vidas solo hacen sentido civilizatorio cuando realizamos que vivimos un presente que antecede a un futuro, sucesos mentales que se postran sobre un supuesto pasado ya registrado y almacenado. Y aunque toda vuelta de año puede verse como el inicio de un ciclo desde lo astronómico y lo natural, la idea predominante en nuestra especie es que el tiempo es en esencia lineal, dándonos a entender que enero de 2015 es ´lógicamente´ distinto al enero de 2014.

El sol sale de manera parecida en cada estación, pero la humanidad ha reprimido la obviedad de lo ordinario en pro de sus cálculos ´objetivos´. Es así como se entiende a este mundo institucional, sobre el cual depositamos nuestras esperanzas de que ahora sí modificaremos esas conductas negativas que hasta ahora no nos han servido. En pocas palabras, es la novedad la que motiva al humano a intentar cosas nuevas, aunque en realidad no haya cambiado nada más que su propia mente anclada en el tiempo.

Nuestra sociedad esta programada para empezar y cerrar fases, que se venden como necesarias para cristalizar esas etapas de la vida que desde el comienzo se nos dieron como obligatorias. Esta ascendencia en lo temporal nos invita a desarrollar perpetuas aspiraciones y novedosas soluciones, cuando en verdad lo que teníamos ayer era más que suficiente para corregir eso que preferimos delegarle al  futuro.

Por su lado, el patriarcado se legitima con la planeación de nuestras vidas y las de la sociedad, organizándolas en unidades, bloques y rutinas temporales, y es allí donde yace el dominio más sublime. Sabemos perfectamente lo que la burocracia tiene que hacer para arreglar los problemas de siempre, pero gracias a que habrá un mañana es que nos mantienen con la expectativa de que se corregirán después, justificados en eterna autoreferencia.

Si no resolvemos lo que ya traemos con las maneras que ya conocemos, de nada nos servirán los propósitos para hacer cosas distintas en paraísos venideros de fantasía. Nos convertimos en víctimas del ego cuando proyectamos esa perfección en el futuro, y al hacerlo, sacrificamos nuestra presencia en el aquí y el ahora, instante en donde las experiencias y resoluciones significativas se suscitan.

Aferrarnos al pasar del tiempo es alejarnos de los vaivenes de una naturaleza que nos incluye, ya que una línea recta no es un círculo. Liberar nuestros apegos a los tiempos artificiales equivale a reducir la ansiedad generada por vivir aprisionados en ellos.

Se puede cohabitar con el tiempo de forma convencional, pero no debemos dejar que este nos limite, ni mucho menos que se robe nuestra presencia de este preciso momento. 

No hagamos del tiempo la excusa para posponer decisiones que ya cumplieron su ciclo, creyendo que porque tenemos ´tiempo´ podemos postergarlas para siempre. Tampoco dejemos nuestra indecisión a las autoridades, ya que siempre nos llenarán de todo menos de lo que necesitamos para nuestra plenitud. Cuidado con pensar que las instituciones y el mundo social son antídotos a la soledad y la miseria psicológica que se acumula cuando no actuamos. Ulteriormente, el tiempo sirve para aplazar decisiones, cierto, pero la actitud es atemporal.

Cambiemos nuestros propósitos futuros por actos presentes y conscientes.

Thursday, 1 January 2015

Global-es / Balance es autonomía

Global-es / Corresponsal en Uruguay

Dominó democrático griego

“Con la ayuda del pueblo griego las políticas de austeridad serán historia”

Alexis Tspiras (1974-) líder de Syriza, coalición de izquierda griega

En algo que realmente parecería un referendo a favor o en contra de la política de austeridad impuesta por Alemania, el pueblo griego próximamente irá a las urnas para formar un nuevo Parlamento.

Esto porque el actual se tendrá que disolver, debido a que su popularidad se ha venido abajo dada la quiebra generalizada de la nación, por lo que ni siquiera han podido nombrar un nuevo presidente. El griego común cree que ya no se le representa, y en este país con desempleos de hasta el 50%, las cosas se están poniendo muy difíciles.

Es así que las encuestas para la próxima elección favorecen a la novedosa opción de izquierda anti austeridad llamada Syriza, la cual se ha convertido en una sensación exprés en los últimos años. 

Hay que recordar que la austeridad implica reducir el tamaño del Estado para poder solventar las deudas adquiridas en el pasado, lo que en Europa ha  significado el desmantelamiento de lo poco que quedaba del Estado benefactor, algo que ciertamente incluye a Grecia. No olvidemos que Grecia representa la base histórica de Europa en valores como la república y la democracia. Lo triste es que hoy Atenas se ha convertido en un basurero ideológico. 

En esta ocasión hay nuevos jugadores como Syriza, que desean aprovechar los mecanismos democráticos que están abiertos para los partidos tradicionales. Falta ver si los culpables de la crisis –una combinación de bancos privados llamada la Troika, más el Estado griego–  están por fin dispuestos a trascender ese dogma de recortes públicos permanentes para salvar las deudas privadas llamado austeridad, que fue establecida por unos cuantos poderosos que relegaron el interés público. 

Se la pongo así, estimado lector, la cosa pinta muy bien para partidos con ideología de izquierda en el sur europeo en España, Grecia e Italia. Por eso es que Alemania ya amenazó al Estado griego de no buscar alternativas a su dogmatismo de austeridad, ya que Atenas pudiere convertirse en ese primer dominó que cambie todo el orden de cosas de forma revolucionaria. 

Existe una lucha interna en Alemania entre pueblo y burocracia por el reconocimiento del poder absoluto de su nación sobre Europa. Y aunque para ellos la autocrítica sea tal vez algo difícil de aceptar, para otros europeos es  evidente que Berlín se ha convertido en la capital de un nuevo Reino (Reich). Esto puede verse en lo político, lo  económico y lo financiero, por lo menos en un sentido moderno de competencia entre naciones.

En esa línea, el ministro alemán de Finanzas afirmó que el futuro gobierno griego deberá respetar los compromisos que se tienen –entiéndase pagar las deudas adquiridas por el gobierno anterior y mantenerse en la zona euro. El ministro Schäuble dijo: si Grecia se decanta por “otro camino”, será “difícil” mantener nuestra ayuda económica. Ulteriormente lo que tenemos es a uno de los principales apologistas de la austeridad y el euro amenazando, con el  apoyo de la Troika, a uno de los países más débiles de la Unión Europea. 

Alemania está aterrada, ya que Syriza está conectada con Podemos en España, ese partido político con demandas antiausteridad similares, el cual ha surgido como rayo en la política española, y que ha dejado atrás en intención de voto a los tradicionales PP de derecha y PSOE de centro izquierda.

Partidos como Syriza y Podemos han sido criticados y hasta demonizados. Los enemigos de esta susodicha ‘nueva anarquía revolucionaria’ los han aparejado con el ultraradicalismo marxista y el terrorismo contemporáneo, pero muy inteligentemente, los jóvenes líderes de estas alternativas políticas no han caído en provocaciones.

Imagine usted que pasaría si Syriza arrasa en las próximas elecciones. De ser así, es posible que la inercia reformista en esta parte sureña de Europa agarre más vuelo, poniendo en entredicho a todo el euro y al proyecto de unificación continental.

Hay que recordar que Alemania no solo quiere mantener al euro para solidificar su control sobre los mercados europeos. Berlín está obligado a perpetuarlo si quiere seguir siendo un poder en el mundo, especialmente en su competencia con potencias como China, Rusia y EUA.  

Termino esta nota aclarando que las raíces ideológicas de tanto Syriza como Podemos yacen en el marxismo clásico. Dicho esto, es mucho más importante enfatizar que los mensajes de ambas opciones se sintetizan de forma sutil sin confrontaciones y radicalismos. Estos partidos concuerdan en que las diferencias abismales de riqueza destruyen a las sociedades, independientemente de la posición que estas ocupen en la línea  del tiempo.