Sunday 30 November 2014

La revolución es informativa


“La ilustración es la libertad de hacer uso público de la razón en todo momento”
Immanuel Kant (1724-1804) filósofo prusiano

En vez de perder más tiempo en protestas y consignas personales, ¿por qué no mejor enfocarnos en profundizar en el tejido de las redes informativas que determinarán la comunidad que seremos de aquí en delante?

La revolución contemporánea es informativa, no violenta. Esta revolución  empezó hace mucho, y se llama Internet, la mejor herramienta de comunicación horizontal que ha existido desde la imprenta de Gutenberg.

De hecho, las similitudes históricas entre tecnologías son sorprendentes. La imprenta de ayer ayudó a novedosos grupos sociales a contestar la pesada   influencia de organizaciones anquilosadas en el dogma. El Internet y las redes sociales sirven para desnudar los abusos de los poderosos de ahora, esos que se han deslegitimado por su propia cuenta, al igual que todos los necios de la historia.

En ambos casos, lo que empodera a los usuarios de las tecnologías de comunicación disponibles es el sentimiento de estar conectados. La ganancia está en el acceso a los instrumentos que nos conectan, pero la verdadera trascendencia está en utilizarlas para lograr despertar como sociedad civil, convirtiendo a esto en una dinámica de costumbres con las cuales nos revestimos.

Es por eso que ahora no habrá que golpear a nadie para que caiga, ya que estos caerán solos como troncos viejos, carcomidos por dentro por tanta corrupción y mentira. Mientras esto sucede, hay que ir construyendo esa red ciudadana informativa, para poder amortiguar la caída de ese hueco tronco.

Se lo pongo así, estimado lector. Lo que tenemos ahora es exactamente lo opuesto de la revolución informativa que necesitamos. Con esto me refiero a la opacidad, el infantilismo y  la propaganda, que a través de la TV se nos receta a diario. Entonces, para romper con lo que tenemos hay que activar palancas alternativas que estén a nuestro alcance, en el camino a esa revolución informativa que hoy engloba al planeta. En pocas palabras, la información es la fuente de la verdadera globalización y el despertar de consciencia a la que aspiramos desde que construimos civilización.

La información no solo servirá para acortar las distancias entre burocracia y ciudadanía, también nos ayudará a modificar todo el concepto –el esqueleto– de lo que entendemos como política. Ser político, a partir de ahora, es prescindir de la idea de que hay que ser ‘representante oficial’ para estar en el poder.

El verdadero poder está en cada uno de nosotros, pero este no se cristalizará hasta que lo hayamos compartido con otros que busquen lo mismo en el espacio público, esa arena que hay que recuperar con participación para volver a lo básico, lo indispensable. Propongo cambiar los tumultos hombro a hombro por ‘trincheras cibernéticas’, que nos unan en intención en un espacio simbólico compartido, para de ahí poder abrir una nueva línea de comunicación con las autoridades.

Por eso conviene hacer de la información el lubricante de nuestras ideas, para catapultarnos hacia esa ilustración que por fin siente las bases de la modernización de nuestra cultura. Modernizar aquí significa refinar nuestras mentes y sus motivaciones, no urbanizar a lo loco en búsqueda de ese progreso perdido, extraviado entre tanta prisa por dejar de ser descalzos.

Las largas carreteras y los grandes puentes no son substitutos a los caudales informativos que deben emanar de nuestras fauces para lograr activarnos. No hemos realizado lo esencial como sociedad. Caminamos con los pies en el fango y con la cabeza tapada por la incomprensión de lo que nos une. Por eso, la mejor forma de hacer que la democracia participativa funcione es dándonos una voz, que haga del reclamo justo y la crítica constructiva sus armas más efectivas.

Realicemos por fin el sueño moderno de la ilustración. Tenemos lo que requerimos, solo hay que hacer uso de la tecnología para la conveniencia de todos. Ya hemos visto como el mundo poco a poco se une a este son comunicativo e informativo. Las redes sociales son lo mejor que hay en este momento para informarse y auto representarse.

La adultez deviene al que madura en su capacidad para defender sus argumentos de forma racional e informada. Simplemente no existe patriarca sin un niño que se lo permite.

La verdad no es la contraparte de la mentira. Decir la verdad es alumbrar las mentiras para que pierdan su lustre, identificándolas como falsas.  Ulteriormente, si tú no sacas todo tu potencial, nos quedamos con solo una parte de ti, esa identidad que te fue otorgada por la autoridad para controlar tus deseos y fantasías innatas, el combustible del que estás provisto para tu autotransformación y la de todos.

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