Thursday 9 July 2015

De renacimientos y codicias

‘El agua será más importante que el petróleo en este siglo’

Boutros Boutros-Ghali (1922-) exsecretario general de la ONU

Con un crecimiento promedio de más de 10%, Etiopía se está convirtiendo en una de las economías más promisorias del Cuerno de África, hecho que está llamando la atención de sus aletargados vecinos.

Durante mi reciente visita pude comprobar que es un pueblo en movimiento. Agradable sorpresa fue el toparme con una cultura abierta y tolerante, que agradece la presencia extranjera. La curiosidad es uno de los elementos que incentiva la comunicación, dado que el turismo es algo novedoso por aquellas tierras.

El estereotipo que cargaba desde los ochenta, gracias a la canción We Are The World, de Live Aid, fue roto completamente, ya que como me comentaban unos locales, apenas una pequeña región sufrió de la dichosa sequía y subsecuente hambruna que los medios presentaron como una tragedia de proporciones bíblicas.

Menos de la mitad de la geografía del país es desierto y, de hecho, el resto es verde y montañoso. Otro dato interesante es que el lago Tana es la fuente del Nilo Azul, de donde fluye el 85% del líquido vital, que junto con el Nilo Blanco (proveniente de Tanzania, Kenia, Burundi, Ruanda Uganda y Sudan del Sur) confluye en lo que conocemos como el río Nilo.

Una de las civilizaciones más antiguas y renombradas es la egipcia, la cual logró cristalizar debido a su proximidad y dependencia en el río Nilo, ‘arteria’ principal de la nación que ulteriormente desemboca en el mar Mediterráneo.

Dicho imperio dividía sus provincias con cataratas, fronteras naturales de agua y piedra escabrosa que dificultaban la navegación, y que por ende funcionaban como puntos estratégicos y políticos divisorios. Los faraones eventualmente lograron penetrar más allá de la segunda catarata, conquistando en su camino a la cultura Nubia que habitaba el territorio hoy conocido como el Sudán. 

Esto lo menciono porque en la actualidad están surgiendo disputas geopolíticas y estratégicas regionales por recursos como el agua, la cual, como expliqué en referencia al río Nilo, tiene como su principal fuente a Etiopía.

Las autoridades de Addis Ababa están liderando el resurgimiento de una nación que hasta hace poco no llamaba la atención de nadie. Este país se ha transformado en un polo agrícola y manufacturero, que ha atraído capitales y comercio de China, India y EUA. 
 
Es por estas y otras razones que se han atrevido a empezar la construcción de una de las represas más ambiciosas del mundo, con la cual técnicamente buscan generar la energía hidroeléctrica necesaria para catapultar a su sociedad todavía más alto.
Comoquiera que sea, dicha ‘política pública’ no ha sido bien recibida por Egipto y Sudán, áridas naciones vecinas que dependen en demasía del agua del Nilo para sobrevivir, y que encima de todo acusan a Etiopía de querer manipular el agua para su beneficio. 

Resulta que el Imperio británico creó de la nada un acuerdo para otorgarle el control casi absoluto a El Cairo y Jartum (ambas excolonias) de las aguas de este enigmático río. No obstante, este anquilosado acuerdo del Nilo de 1929 es visto por Addis Ababa y las capitales de donde emana el Nilo Blanco con oprobio, por lo cual han lanzado su propia iniciativa sutil para recuperar lo que consideran les pertenece. 

El acuerdo de la ‘Cuenca del Nilo’, que en teoría incluye a los renuentes Egipto y Sudán, es uno que busca el diálogo y la cooperación entre sus miembros, con miras a sacar el mejor provecho del agua que todos comparten geográficamente. 

Este conflicto que se desata en torno al agua poco a poco se convertirá en práctica común de nuestra civilización. No hay que olvidar que China absorbió al Tíbet por circunstancias similares, ya que es en esa empinada meseta de cultura budista en donde comienzan muchos de los ríos más importantes de Asia.

Esperemos que la codicia por las aguas del Nilo no desaten una guerra mayor en el Cuerno de África, ya que de ser así, seremos testigos de una tragedia de enormes repercusiones ambientales y humanas.

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