Thursday, 29 October 2015

De ciclos y recurrencias

‘‘Una idea es algo que tienes; una ideología es algo que te tiene’’

Morris Berman (1944-) historiador estadounidense

Hay una poesía que dice que todo sufrimiento es recurrente, como también una teoría que dice que todo fenómeno social es reincidente, esto porque no modificamos la cultura durante ni después de los colapsos sistémicos.

Invariablemente, esto nos lleva de regreso a lo de siempre, por la repetición incuestionada de los patrones colectivos que define lo que somos como sociedad.

De ser esto cierto pudiéramos entonces aseverar que la tendencia a centralizar el poder en pocas manos, con sus resultantes diferencias socioeconómicas, que suelen realzar los odios raciales y la guerra, serían producto de otra cosa, aparte de la obvia propensión hacia al monopolio del capitalismo. El otro factor sería la existencia y permanencia de una cultura de grandes ambiciones individualistas como la que contamina a muchos en México y EUA, misma que ahora nos enfrenta a unos con otros, de acuerdo a su ultra competitiva esencia.

Neoliberalismo, en ese contexto, sería mucho más que una simple y pseudojustificación científico-racionalista de los supuestos libres mercados.

Neoliberal, en cuanto al análisis de corte cultural que aquí propongo, aglomeraría y representaría una mentalidad de eterna competencia, la cual puede verse reflejada en varios frentes.

A nivel empresarial pudiéramos posicionar al TPP como la coronación de una visión que legitima capitalismo corporativo, ese que en nombre del individuo derriba barrera tras barrera legal para interceder en cada vez más latitudes, buscando las utilidades de que lubriquen el proceder de esa ambiciosa mentalidad.

A nivel social la contraparte es la cultura del consumo –con sus promesas de libertad y plenitud individual–, que además, e irónicamente, es la fuente de poder de esas mismas corporaciones. Es así que en nombre del individuo, y con la ayuda del legislativo, las trasnacionales arrasan con los derechos civiles, todo mientras llegan las supuestas vacas gordas del economismo y el perpetuo progresismo neoliberal.

A nivel ejecutivo cabrían los líderes tecnocráticos como CSG, Zedillo y Clinton, o los abiertamente empresariales, como Donald Trump, que con su brillar individual afilan la cima de la pirámide meritocrática en que supuestamente se ampara la movilidad social del discurso neoliberal.

Cualquier ideología se convierte en cultura. De alguna forma podemos decir que la ideología del individuo hecho cultura es un concepto anglo-americano, que venimos arrastrando desde el clímax británico del Siglo XVIII.

A donde trato de llegar con esta recurrencia ideológico-cultural es a la analogía entre la crisis del neoliberalismo actual, con sus injustos y violentos bemoles, y la crisis y subsecuente colapso del liberalismo clásico de la década de los 30, que vio en el surgimiento del fascismo el momentáneo fin de una larga etapa histórica.

Las similitudes son enormes. Prohibicionismo, deudas extraorbitanes, militarismo, chivos expiatorios, bolsas de valores en rojo y países en quiebra, conflicto transnacional, fundamentalismos, racismo y clasismo exacerbados, propaganda copiosa, y la oferta de liderazgos cuasimesiánicos para salvarnos a todos de nuestra propia cultura y forma de vida incuestionada.

El caso de la estructuración de la ‘plataforma de despegue’ de la potencia estadounidense es muy singular, ya que con todo y que Franklin Delano Roosevelt (FDR) fue electo para tratar de salvar al país de la debacle post-1929, es un hecho que existieron por ahí potenciales golpes de estado de orden fascista para derrocarlo, ya que esta ideología deslumbraba en la Alemania de la época.

Es cierto que Trump ya se movió hacia el centro, rebajando su retórica de odio, –de acuerdo a su alto puntaje en las encuestas de popularidad. Sin embargo, y politiquería y retórica a un lado, el señor representa la continuidad del statu quo de ambiciosos corporativismos empresariales, de donde él mismo emerge.

No quiero promover a nadie, pero si de alternativas reales y coherentes se tratase, considero que Bernie Sanders pudiera ser ese reformador que EUA y Norteamérica necesitan. Es hora de que alguien tome el timón del barco y vire su curso, ya que de lo contrario es factible que el iceberg del hielo de deuda y descontento irrumpa en el camino de esta enorme y descontrolada maquinaria.

Bernie Sanders tal vez sería el reformador a-la-FDR que la lógica económica y el obligado flujo ideológico-cultural requiere, para que la sociedad por lo menos acepte el difícil orden de cosas, y de ahí poder hacer algo nuevo.

Te invito a que escuches una entrevista esta tarde con Morris Berman en Global-es.

Hablaremos con él de estos temas.

Tuesday, 27 October 2015

La unarquía y la globalización descarrilada

'El 1% más rico tiene tanto patrimonio como todo el resto del mundo'
-Credit Suisse
La globalización comprobó ser no más que un mecanismo económico para someter a las mayorías a los designios de unos cuantos.
El hecho de que China sea el segundo lugar en las estadísticas de la desigualdad a escala global significa que el virus de neoliberalismo, con sus enormes diferencias culturales y socioeconómicas, ha contaminado al planeta entero.
Mucho nos dice la historia de una etapa supuestamente trascendida llamada la monarquía, en donde reyes y papas acumulaban casi todo lo disponible durante la Edad Media y algunos siglos posteriores.
En ese sentido es que se nos vendió la modernidad como la supuesta trascendencia de esa forma de organizarnos, ya que se suponía que la república y sus ciudadanos ahora sí serían representados dignamente. Y aunque sí podemos decir que hubo un buen periodo de relativa igualdad, hoy hemos llegado al fin de esa ilusión.
Es así que lo que tenemos es a la susodicha globalización, con sus grandes promesas de libre mercado, entregándonos lo que nos merecemos por ingenuos, desigualdades y abismos aberrantes, que nos han arrojado a todos al enojo y la violencia.
A mí ya no me cabe duda que muchos de los problemas que sufrimos en el México contemporáneo tienen que ver con estas diferencias, ya que todos estamos interconectados. Sólo aceptando que los que les pasa a otros nos pasa a nosotros, es que podremos finalmente quitarnos el velo de las falsas esperanzas, con que nos han cubierto los ojos ya por algunas décadas.
Lo que entendemos como capitalismo neoliberal ya ha sido puramente recibido en Oriente, ahí donde se están disparando unos índices de crecimiento económico muy por encima de los bajos porcentajes a los que nos hemos acostumbrado en México y Occidente.
Es fácil, si tú permites que unos cuantos se queden con todo, lo que haces es encarecer las cosas. La inflación real que vivimos es la mejor válvula de esto. No obstante, los ‘‘hechiceros del poder” juegan con estas cifras cual supuesta alquimia, para tratar de hacernos creer que la fantasía es real y duradera.
Unarquía quiere decir que el 1% se ha globalizado, y que por eso es que no cesan los conflictos, ya que el mundo entero se ha estancado a esta forma de suicidio colectivo.
El progresismo económico, ese que propone que el crecimiento es posible siempre, se ha topado con pared de este lado. Sin embargo, de aquel lado no lo han vivido en carne propia, por lo cual su inconsciencia de ello alguna día los despertará de su novatez.
Esto no quiere decir que podemos ya a estas alturas tratar de cambiarlos, ya que esta estrategia es la que nos tiene como estamos, discutiendo y peleando por quién tienen la razón, cuando mejor tendríamos que estar viendo qué hacer como especie.

Thursday, 22 October 2015

De la boca para fuera

‘‘El poder del discurso está en sus opresivas clasificaciones’’
Roland Barthes (1915-1980) semiólogo francés
Los estratagemas que los políticos utilizan para manipular a la opinión pública han sido los mismos a través de la historia.
Es así como podemos entender por qué un ‘‘Pacto por México’’ es realmente una alianza en su contra, y también cómo una promesa de campaña como la de la tenencia pierde su ímpetu una vez electo el candidato.
Asimismo, podemos aclarar cuál es la intención detrás de un supuesto ‘líder’ como Benjamin Netanyahu, que de la noche a la mañana exime a Hitler del genocidio contra los judíos –‘‘Hitler no quería exterminar a los judíos en aquella época’’–, para tratar de justificar sus atropellos contra los palestinos en el presente.
La más tradicional de todas las manipulaciones es centralizar el poder de la información y el discurso en pocas personas, para con ello ordenar y controlar a la sociedad de acuerdo a una visión específica y monotemática. El mejor ejemplo de esto es la propaganda actual del Estado mexicano, que utiliza a los medios de masa para difundir su superchería macroeconómica, que de acuerdo a lo que se vive en el mundo real, no es más que una repetición vacía y uniforme.
En ese sentido, Joseph Goebbels, el ministro de publicidad y propaganda Nazi, decía que para convencer a alguien había que llenarlo de mentiras.
Después está la modificación del significado de palabras como ‘terrorismo’, la cual gradualmente, y con la ayuda de los medios de masa, fue incrustándose en nuestras mentes asociada con barbas y turbantes musulmanes. El significado clásico de terrorismo se refiere a cualquier acto que cause terror. No obstante, nuestra dependencia de la TV nos ha hecho vulnerables a sus falsos contenidos.
Otra muy común es la utilización de palabras alternativas –eufemismos– para rebajar cualquier carga semántica que pudiere molestar al público. Es así como un aumento importante del impuesto predial es solo un ‘ajuste’, o como una ‘participación publico-privada’ implica la venta de un recurso, a la vez que las víctimas inocentes de un ataque fallido son apenas bajas ‘colaterales’.
Una de las tácticas más nefastas es la de reducir y estandarizar los contenidos mediáticos, buscando rebajar la calidad del debate público. Monterrey es experto en esto, ya que la pésima calidad de programas de TV limitan esas alternativas que pudieran ayudar a racionalizar la discusión.
‘‘Cada vez menos y menos palabras, y a su vez el rango de consciencia siempre más pequeño’’, declaró George Orwell en su novela 1984.
Y qué decir de las ‘condenas de la historia’ que aplicaron los sucesores a personajes de la talla de Akhenaton o John F. Kennedy. Lo que suelen hacer los poderosos que sustituyen a los grandes reformadores es tratar de borrar su memoria, ya sea criticándolos o interponiendo nuevos discursos para facilitar el olvido.
Una en que somos expertos los mexicanos es la de ‘cantinflear’ en la retórica y la demagogia, como lo constata esta frase reciente de Cuauhtémoc Cárdenas. “Hay muchas izquierdas. Algunos dicen que están en la izquierda, otros que no están. Hay las electorales, otras que no. Hay de todo. Como diría yo en las derechas. Hay muchas derechas de muy distinto tono, y es muy difícil decir qué califica si se está en el derecha o en la izquierda. No hay ningún juez que lo establezca”.
En vez de ser breves y directos, llenamos a los otros de palabras y frases rebuscadas para llamar la atención.
Una que definitivamente está de moda es mostrar actores en pantalla que aparecen como héroes salvadores, mismos que tarde o temprano demuestran lo que son, piezas e imágenes de un ajedrez sistémico ultraconservador. Las cosas no cambian tan fácilmente. Hay demasiados intereses creados como para permitir que algún carismático los modifique.
Por último, y no por eso menos importante, está la desinformación como la de los ‘peñabots’ que intentan disuadirnos de la realidad que yace frente a nuestras narices. De aquí también se desprende el concepto de ‘periodista a sueldo’ o mercenario de la verdad, que por unos cuantos pesos tergiversa el mensaje.
En resumen, las promesas de campaña, el control de medios, la centralización del discurso, y demás mentiras y enjuagues, han sido, nos guste o no, el hilo conductor de nuestra civilización.

Tuesday, 20 October 2015

Guerra eterna en Afganistán

'La heroína es un negocio multimillonario apoyado por poderosos intereses'
Michel Chossudovsky (1946- ) economista canadiense
La decisión de Obama de retener indefinidamente a 9,800 soldados en Afganistán responde a objetivos de carácter geoestratégico y mercantilista.
Primero que nada está la urgencia geoestratégica por contener a la resurgiente Rusia y la consolidada China, que han acelerado su paso desde su incursión en el conflicto sirio. Los planes de Moscú y Beijing de fusionar las zonas comerciales y militares que ambos lideran –en una gran unión eurasiática– aterran al Tío Sam, motivándolo a extender una ocupación que ya acumula 14 años.
Después están las corporaciones estadounidenses que se aprovechan de la destrucción y la reconstrucción de países ajenos, y que por ende requieren de cada vez más territorios para sacarle provecho a su nefasta interferencia. Aparte están las potenciales ganancias en minerales que presumiblemente yacen debajo de la accidentada geografía de Afganistán (como el litio que usan las baterías de nuestros dispositivos de alta tecnología). El petróleo y el gas natural no abundan por allá, sin embargo, los cuantiosos minerales prospectados son suficientes para seducir a las grandes empresas.
Por último y no por eso menos importante está el negocio ilícito del opio que es manejado por la CIA para estrechar sus tentáculos alrededor del planeta. Afganistán produce en la actualidad el 90% del opio del mundo, planta que después es procesada para obtener la heroína. De hecho, la producción de opio a partir de la ocupación de 2001 no ha hecho más que incrementarse, oficialmente rompiendo todos los récords históricos.
La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito declaró que en mayo de este año la cosecha de opio fue de 5,500 toneladas métricas, o sea, 49% más alta que el año pasado, y más que toda la producción del resto del mundo combinada. En pocas palabras, la ocupación militar de Afganistán es una excusa para controlar el negocio de la droga, similar a como sucede en México.
Nada de esto es novedad. La CIA simplemente repite el patrón que aplicó en Vietnam hace 40 años en aquella supuesta guerra contra el comunismo. Cambian los terrenos y los chivos expiatorios, pero el corrupto y malvado plan elitista del narcotráfico es el mismo.
Lo más increíble es que el Talibán –el gobierno de facto de Afganistán– no sólo había prohibido el opio antes de la invasión de 2001, sino que además se dedicó por un tiempo a destruir los plantíos. Hoy no sólo respeta al opio, sino que irónicamente lo ha hecho una fuente fundamental de ingresos.
Es así como el Talibán se ha convertido en un aliado clave de la CIA, que ha empoderado a estos 'mercenarios' al grado de tenerlos como un eslabón primario de la cadena productiva de la heroína, que después venden como droga en las calles de Occidente para financiarse.
Tan fuerte se ha hecho el Talibán que ahora controla la ciudad de Kunduz, ahí donde se localiza el hospital donde trabajaban los ‘médicos sin fronteras’ que recientemente fueron bombardeados por Washington.
Todo este espectáculo mediático, que nos presenta a las múltiples cabezas del dragón intervencionista peleando entre sí mismas, paradójicamente sirve a los intereses del complejo burocrático industrial y militar, que tiene al ‘divide y vencerás’ como su máximo mantra.
De todo esto está consciente Vladimir Putin, que apenas el día siguiente del anuncio de Obama sobre la permanencia estadounidense en Afganistán alertó a ocho de las repúblicas exsoviéticas, para que estén preparadas para responder a cualquier ataque proveniente del convulsionado país centro-asiático.
Ulteriormente, en Afganistán podemos ver la concentración de lo peor de la política exterior de Washington. Corporaciones, ejércitos extenuados, militares privados, fundamentalistas en el poder (el actual Talibán nació del Muhajideen que EUA financió contra la URSS), drones, propaganda humanitaria, muerte de inocentes, discurso democrático-liberal, y un largo etcétera.

Sunday, 18 October 2015

El club del crédito ilusorio

‘‘Los libres mercados han creado más fronteras’’
Vladimir Putin (1952- ) Presidente de Rusia

El Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) representa una afronta a la multilateralidad de la Organizacion Mundial de Comercio (OMC), y ciertamente un ataque a la soberanía de los potenciales miembros.
Esto porque las corporaciones estadounidenses tienen otras prioridades, que el respetar la institucionalidad comercial global vigente.

Lo primero es tratar de evitar la consolidación de China como nueva hegemonía mundial, ya que el dragón asiático no ha parado de crecer en lo comercial, lo económico, lo cultural y lo militar. Es en este sentido que Washington está reforzando su relación a todo nivel con países vecinos de Beijing. Tanto Brunei, como Singapore, Malasia y Vietnam comparten el mar de la China Meridional con el gigante de Oriente, mientras que Australia y Nueva Zelanda están localizadas relativamente cerca de estas contenciosas aguas.

Dicho de otra forma, todos estas naciones están dentro del eje del Pivote Asiático, la estrategia de la administración de Obama que busca contener a China. EUA no sólo busca incrementar el comercio, sino también convertir a sus invitados en aliados militares contra Beijing. En pocas palabras, el TPP será una versión rebajada de la OTAN, en donde un ataque a cualquier miembro equivale a un ataque contra todo el grupo, que en ambos casos son liderados y defendidos por Washington.

Lo segundo que Washington busca con el TPP es expandir el poder de sus corporaciones, las cuales tendrán rienda y legalidad suelta para hacer y deshacer dentro de dicha zona ‘comercial’. En columnas anteriores expliqué lo de los arbitrajes privados y lo de la privatización de la vida social. Ahora comento que otro de los bemoles de dicho acuerdo es controlar el flujo de información de Internet, como parte del plan de reducción de libertades civiles, que según sus creadores es necesario para someter a la opinión pública a sus designios corporativistas.

Ulteriormente, el TPP está siendo negociando en secreto sin consultar a la ciudadanía, por lo que la manipulación de la red será la coronación de ésta infamia impositiva.

Lo tercero que buscan los cerebros torcidos detrás del TPP es la extensión de los tentáculos crediticios, o sea, la profundización de la financialización de la sociedades adscritas al acuerdo. Los once miembros potenciales del TPP tienen una alta concentración de reservas internacionales en dólares, lo cual ya de por sí los ata al país de la moneda de reserva mundial.

Sin embargo, la Fed no está ya en condiciones de subir tasas de interés, pues de hacerlo, se colapsaría todo el castillo de naipes de crédito a interés nulo, del cual depende la corporación bancaria para hacer sus desmanes.
Por eso es que algunos de los ‘invitados’ al TPP, entre ellos México, están siendo seducidos por la idea de la eternidad del flujo crediticio desde la Fed, ya que sin él sus economías se caerían en pedazos. Por otro lado, la banca trasnacional requiere como mínimo de una docena de países para seguir propagando la usura con su casino capitalismo.

Es por eso que el TPP es mucho más que un arreglo comercial. Aparte de lo mercantil, se incluyen aspectos geoestratégicos, geopolíticos, financieros, informáticos y militares.

Las estrategias de dominación son ya conocidas. En el plano económico se obliga a los países, que tienen el ‘privilegio’ de formar parte de dichos clubes, a contraer altos préstamos, para que gradualmente vayan acumulando enormes deudas que los vuelvan inoperantes. Esto justifica subsecuentes intervenciones, las cuales eventualmente revocan la soberanía financiera de la víctima crediticia.

Por el lado político, la estrategia es convencer mediante la indoctrinación ideológica neoliberal a los miembros, para que ellos mismos instalen gobiernos afines al corazón imperial, facilitando la entrega de los recursos naturales y las políticas públicas.

Al final lo que se pierde es la soberanía en todo sentido, ya que te vas convenciendo de abrir cada vez más tu país a las ‘bondades’ de los poderosos. A través de los tiempos esto siempre ha resultado en desastre social, como hemos podido constatar en el México post-TLC.

En su última etapa, el sol y otras estrellas cubren con gases inertes a otros cuerpos celestes. Los imperios en debacle recurren a los banqueros y los militares para tratar de arrebatarle lo que se pueda a los demás. Irónicamente y sin excepción histórica, esto acaba acelerando el proceso de extinción de cualquier hegemonía, sea esta la romana, la otomana, la británica o la estadounidense.

Thursday, 15 October 2015

Global es / Nietzsche hoy

Oscurantismo neoliberal

‘‘30 años de neoliberalismo en México destruyeron la sociedad’’
Asa Cristina Laurell (1943-) investigadora mexicana
Aprobar el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) significará el colapso de la comunidad y su república.
Esto porque el hilo conductor del acuerdo es la profundización de la privatización neoliberal de la economía y la cultura, fenómeno que gira alrededor de varios ejes.
Primero que nada se encarece aún más la vida, ya que una mayor concentración del capital y los recursos naturales elimina la competencia y acentúa la escasez. A esto hay que sumarle la especulación financiera de la que se alimenta la banca que nos rige, que convierte dicha escasez en exclusividad, haciéndonos creer que somos especiales y privilegiados porque adquirimos algo limitado y finito.
Segundo, se aceleran los procesos y las prisas, ya que el neoliberalismo depende de la ultra competitividad y la alta velocidad para ser eficiente. Uno de los ejemplos más evidentes de esto es la ‘tramititis’ de la que cada vez somos más presas con los bancos, los cuales aparte de todo el poder que ya tienen, aumentan sus ganancias al complejizar sus operaciones en supuesta eficiencia. ¿Qué no se suponía que era el Estado socialista el sistema más burocrático?
Tercero, se prostituyen los créditos para el consumo, o sea, la base de la economía especulativa. Esto a su vez beneficia a la banca, que gana con la falta de capacidad de pago de una sociedad que ha sustituido el ingreso real por crédito.
Cuarto, se centraliza el poder y las decisiones económicas en un pequeño grupo de corporaciones, que manipulan los mercados y las personas como los regímenes socialistas que tanto critican.
Quinto, la extrema privatización de la sociedad nos arrebata la comunidad y estandariza el gusto, ya que nos 'seduce' para que sacrifiquemos los parques y las plazas por centros comerciales. En esta línea, la televisión y demás medios de masa apuntalan esta cultura, homologando los patrones de consumo y de comportamiento en torno a una forma de vida materialista predeterminada.
Sexto, privatizar sin regular es despojar, lo cual puede constatarse analizando las últimas dos décadas de ‘integración’ norteamericana. Esto aplica tanto para la tierra como las materias primas y la mano de obra organizada.
Básicamente, el neoliberalismo es una ideología de corte neorreligioso, ya que transforma el relieve de valores y prioridades socioculturales. Es así como gradualmente vamos aceptando las ‘cosas como son’ sin cuestionamiento, aunque esto equivalga a una pérdida de derechos humanos y civiles, más la rebaja constante de nuestra calidad de vida.
Cuidado, una cosa es estar a favor de la competencia y los libres mercados, y otra muy distinta es permitir que el corporativismo (fusión de poder público y privado) arrase con la civilidad y la comunidad. El TPP agravará esta ecuación fuera de toda proporción aceptable.
La propaganda de Estado nos ha dicho hasta el cansancio que la principal causa de la violencia es el narcotráfico. Sin embargo, hay otras razones que también se están exacerbando desde lo político-económico, hecho al que estamos respondiendo con la negación institucionalizada, realidad que se ve reflejada en la incrementada burocratización de nuestras vidas.
El dilema ya no es nacionalizar o privatizar más la banca, sino regular sus excesos desde alguna posición democrática. De no hacerlo, terminaremos sometidos completamente a un manojo de corporaciones financieras, que han subcontratado a las fuerzas armadas para perpetuar su mandato. Ulteriormente, seguir con esta tendencia –de financializar todo rubro social– nos conducirá al suicidio colectivo.
En resumidas cuentas, no se trata del autoritarismo de los operadores del ‘Pacto por México’. Se trata de una dictadura oligárquica neoliberal que se defiende con plomo rentado.

Tuesday, 13 October 2015

El nuevo rompecabezas de Medio Oriente


'La época de la dominación de Occidente ha quedado atrás y EUA ya no establece el orden mundial'
-Der Spiegel, periódico alemán
A Obama le está tocando pagar la cuenta de décadas de mal manejo geoestratégico estadounidense en Medio Oriente.
Es por eso que responsabilizar completamente al Presidente del desastroso proceder de la superpotencia en Siria es una forma muy cobarde de negar el comprometedor pasado.
A la historia me remito.
Comienzo mencionando el derrocamiento del primer ministro iraní Mohammad Mossadeq, quien nacionalizó el petróleo, y que por eso fue depuesto por la CIA y el MI6 inglés para facilitar el restablecimiento del poder dictatorial del Shah Reza Pavlavi.
¿Y qué decir del apoyo del Tío Sam para Irak en contra de Irán durante la guerra que estos países pelearon por una década?
¿Y qué tal la instauración del eje petrodólar entre Washington-Riad, que hoy está llegando a su límite debido a la álgida competencia del multipolarismo?
En cuanto al incondicional apoyo americano a Israel, simplemente me remito a decir que la bandera palestina fue finalmente izada en la ONU sólo un día después de que Putin marcara el cambio en la geoestrategia de Medio Oriente.
La ironía es que Benjamin el ‘Bibi’ Netanyahu respondió a esto con más ataques contra los palestinos, actitud que está encrespando a la comunidad judía europea. Muchos están exigiendo al establishment que sustituya al ‘Bibi’ por un líder más pacifista, ya que están conscientes de que seguir igual no hará más que agudizar el antisemitismo alrededor del mundo.
Alguien que está consciente, no nada mas del accionar del ‘Bibi’, sino también de los peligros del acercamiento con Irán es Henry Kissinger, el duro operador de la política exterior de Jimmy Carter. Kissinger, quien el año pasado defendió la postura rusa en Ucrania, en esta ocasión se ha proclamado en contra del acuerdo nuclear con Irán, ya que considera que profundizará el sectarismo y la animadversión entre Teherán y Riad, lo cual irónicamente ya está sucediendo.
En medio de todo este borlote tenemos el más reciente desenlace en la región con eso de la intervención rusa en Siria, la cual en apenas dos semanas ha logrado más contra el ISIS que los más de tres años del Tío Sam y su OTAN.
Dicho teatro me recuerda la película Wag the Dog (‘‘Escándalo en la Casa Blanca”) de 1998, en la que el presidente de EUA, interpretado por Dudley Moore, planeó una invasión mediática falsa de Albania para disuadir al público de otros asuntos.
Es así que la presencia rusa en Medio Oriente ha redirigido las fuerzas y las estrategias de algunas naciones. Israel está teniendo que negociar con Moscú a regañadientes, ya que por un lado todavía mantiene la relación con EUA, mientras que por otro lado, ‘Bibi’ está furioso con Obama por haber perdonado a Irán.
Otra pieza clave es Arabia Saudita, la cual está en graves problemas. La reciente competencia con Washington por el control de los precios del petróleo ha dejado a la monarquía quebrada, ya que el crudo apenas rebasa la barrera de los $50 dólares.
A esto hay que sumarle la gradual destrucción de su ejercito mercenario ISIS por parte de Rusia, potencia que de aquí a tres meses habrá exterminado la oposición al presidente sirio Bashar Al-Assad.
La única oposición real será EUA, que por ningún motivo permitirá que Rusia se quede con el tablero entero de Medio Oriente. Sin embargo, Washington tendrá que negociar con Moscú, ya que buena parte del mundo se está convenciendo de la veracidad y la certeza de Putin en contra del ISIS.
Al final, esta nueva versión de la Guerra Fría obligará a EUA y Rusia a dividir el poder en la región, lo cual en si ya representa una derrota para el hegemón neoliberal, que a como de lugar busca evitar que se agujere más la bañera que contiene su ímpetu dominador.
Sugiero observar con cautela lo que acontece en Turquía, ya que estos últimos atentados contra los kurdos, sumados al apoyo de Ankara a Washington, pudieren complicar aún más la situación de este aliado clave de la OTAN. El Ejército turco no permitirá que Erdogan incite una guerra civil, como tampoco alentarán el que se agreda abiertamente a Putin. Por eso me atrevo a aseverar que este presidente de grandilocuencia neo-otomana ha empezado a caminar por la cuerda floja.

De apariencias y distractores

‘‘Existe una fuerte convergencia de miradas sobre el alcance y la naturaleza de los problemas de derechos humanos en México’’
Zeid Ra’ad Al Hussein (1964-) Alto comisionado de la ONU para los derechos humanos
La ONU le está recomendando a México que retire a la fuerza militar de las funciones de seguridad pública, ya que el Estado es señalado por participar de los abusos de derechos humanos que se han hecho costumbre en el país.
Esta dura realidad no ha sido cuestionada por el gobierno del cambio de NL, que se ha ceñido al plan del gobierno federal, mediante la reciente fusión de los poderes y la centralización de los deberes de la Marina y el Ejército, en lo que tiene que ver con la seguridad del estado. Todo esto sigue la tendencia belicista y represora del Estado mexicano, que en los últimos años ha venido incrementando el gasto en militarismo fuera de toda proporción republicana.
En casi 10 años de guerra contra el narco hemos aprendido que responder de la misma manera a la violencia, la cual era menor antes que el Ejercito ocupara las calles, empeora eso que buscamos erradicar. Este cruel proceso de ‘pacificación’ (según el discurso imperante) nos ha demostrado como una política pública puede acabar transformar a la autoridad en agresor, como dice la ONU.
Existen otras causas de la violencia en nuestro país, además de la prohibición de las drogas que alimentan al narcotráfico, pero no podremos aceptarlas y superarlas si nos mantenemos aferrados a la mentalidad vengativa de la propaganda mediática que legitima la violencia para erradicar la violencia. Ésta simplemente es una estrategia que debe pararse, ya que de lo contrario nos conducirá al enojo y la locura colectiva.
La lista de causas del descontento social incluye también a la corrupción endémica, la excesiva burocratización, la falta de representación popular, la privatización de la vida social y el despojo de cada vez más bienes públicos, la mala distribución de la riqueza, las rampantes deudas, el racismo y el clasismo institucionalizado, y obviamente la prohibición de las drogas, la cual ha permitido que unos pocos se enriquezcan legalmente (banca) mientras otros sufren y mueren.
A mí me gustaría que se generara un debate público sobre el tema de las fuerzas armadas en las calles, ya que por lo visto muchos están convencidos de que es la única forma de arreglar las cosas. Me encantaría saber por qué el gobierno del cambio refrenda esta forma de proceder. Entonces, en vez de dejarnos seducir por las frecuentes apariciones de estos ‘‘héroes’’ en televisión, mejor habría que sentarse con ellos para indagar en estos temas.
Por otro lado, está la enorme deuda pública y el juicio pendiente al exgobernador Medina, temas que lo por lo visto están siendo relegados, olvidados debido a nuestro fuerte convencimiento y ferviente admiración por las hazañas de las nuevas figuras mediáticas.
En apenas unos días la sociedad civil pasó de querer crucificar a Medina al teatro de la democracia directa, con eso del ‘‘referéndum’’ sobre la tenencia. De la noche a la mañana ese electorado que no era tomado en cuenta, ahora se ha convertido en el supuesto eje de la ‘‘renovada’’ gobernabilidad.
Sería bueno tener en mente que no puede haber gobernabilidad con las estratosféricas deudas como las del estado de NL, como tampoco habrá civilidad y republicanismo con el Ejército en las calles. Y qué decir de la casi nula impartición de justicia, realidad que nos ha explotado en la cara debido al dramático repunte en las violaciones a los derechos humanos que reclama la ONU.
Esto de llevar lo de la tenencia a voto es similar a la exagerada fijación con lo de Monterrey VI, señuelos y distractores de los asuntos fundamentales de la comunidad, como son la desigualdad social, la extraorbitante deuda pública y la militarización de la cultura. ¿Si eliminar la tenencia fue una de las promesas de campaña electoral, entonces por qué no la eliminan una vez electos? ¿Por qué manipulan a la opinión pública para hacerse ver muy democráticos?
Debemos hacer consciencia que con o sin tenencia, el Estado comoquiera subirá impuestos y contraerá más deudas, ya que el empecinamiento con el ataque frontal contra ‘los malitos’ cuesta muy caro. Encima de todo, dicha cruzada es negocio para algunos, a la vez que otros se aprovechan para proyectarlo como telenovela que pueda mantenernos anestesiados de la realidad. En pocas palabras, te dan uno pero te quitan dos.
Es por eso que el sistema se sirve de actores mediáticos. Éstos siempre serán más populares que las incomodas causas del descontento social.
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El TPP y la soberanía corporativa

"Jamas permitiré que cortes privadas pagadas por empresas multinacionales dicten la política de estados soberanos’’
Matthias Fekl (1977-) ministro francés de comercio exterior
Siguiendo una estrategia desesperada, la Casa Blanca ha convencido a 11 países, entre ellos México, para que eliminen toda restricción legal al poder de las corporaciones trasnacionales.
Es por eso que puede decirse que la autorización (falta la aprobación del Congreso americano) del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), significará la transición al ultra liberalismo. Este será el último manotazo de un imperio en extinción, estrella que se ha quedado sin combustible debido a sus constantes flamazos imperiales.
Ultra liberalismo porque en nombre del individuo y sus libertades los gobiernos ceden cada vez más poder político a las corporaciones, que seducen al ciudadano para convertirlo en consumidor, acaparando su poder público de forma privada. En otras palabras, estamos intercambiado la comunidad, los espacios públicos y el medio ambiente por decisiones comerciales privadas, que son defendidas por algunos como la única forma de progreso y civilización.
La estrategia es desesperada por dos factores principales. El primero es que dicho TPP se está forzando (no se consultó al pueblo) en respuesta a las recientes declaraciones de Putin en la ONU, quien aprovechó para resaltar la urgencia de resucitar a la Organización Mundial del Comercio (OMC), con el fin de trascender el proteccionismo y la anarquía por el que atraviesan los mercados internacionales.
El neo-zar ruso propuso la Union Eurasiática y la nueva Ruta de Seda China para darle vida a la OMC. Esto aterra a los que hace mucho dejaron de respetar la reglamentación y la ética típicas de este tipo de instituciones multilaterales.
Aquí perfectamente caben la banca, las petroleras y las farmacéuticas, todas corporaciones privadas que han venido incrementando sus ganancias debido al vacío en normas, reglas y leyes que han generando con sus excesos.
El otro factor es la negativa, específicamente de París y Berlín, de firmar la contraparte europea del TPP, la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP). El rechazo de estas potencias tiene que ver con varias razones, siendo una determinante la cláusula de arbitraje corporativo privado estipulada como la 'piedra angular' del TTIP.
Tanto el TTIP como el TPP proponen arbitrajes privados y extrajudiciales, o sea reglas propias para beneficio de una clase corporativa. La diferencia fundamental de este tipo de arbitraje elitista, a la normatividad colectiva que ya existía con la OMC, es que ésta última es de esencia pública, donde los árbitros son escogidos y enviados por los mismos gobiernos para representar sus intereses nacionales.
La otra razón es geoestratégica, y se debe al bache de la relación Europea con EUA por su política exterior conjunta en Medio Oriente y Ucrania. Las sanciones contra Rusia le costaron mercados al viejo continente, a la vez que apoyar las ‘‘aventuras al estilo neocruzada’’ en Medio Oriente resultó en la llegada a sus costas de masas de migrantes indeseados. Ulteriormente, Europa sale perdiendo con cada fiasco intervencionista.
Es obvio que el surgimiento multipolar debilita al corporativismo estadounidense y su constelación de potenciales víctimas nacionales del TPP. Es por esto que las corporaciones tienen prisa por eliminar toda restricción a su accionar, ya que tendrán que competir contra 5,000 (6,000 si se suma África) millones de euroasiáticos.
Las corporaciones manipulan a la clase política que financian a través de los cabilderos. El TPP no es un tratado de libre comercio, es un golpe de Estado en cámara lenta a favor de la ya de por sí empoderada empresa trasnacional. En pocas palabras, el Estado ya no defiende la soberanía popular consagrada en la Constitución, sino que ahora legitima soberanía sin límites para las corporaciones.
Cuidado, una cosa es permitir la iniciativa privada, y otra muy distinta es eliminar toda regla para que tengan rienda suelta sobre la comunidad y el medio ambiente, responsabilidad que en teoría recae en los gobiernos.

Tuesday, 6 October 2015

La era de las consecuencias

''Putin se quedará sin reservas de divisas internacionales''
David Petraeus (1952- ) militar estadounidense
La prolongación de la nueva Guerra Fría pudiere desfondar no sólo a Rusia, sino también a EUA.
La carrera armamentista entre Washington y Moscú durante la primera etapa Guerra Fría (1945-1991) tuvo como ganador a EUA, ya que su economía era mucho más poderosa que la de Rusia.
Sin embargo, su reciente confrontación en Medio Oriente, que pudiere detonar en una conflagración mucho más grave, es distinta al bipolarismo clásico por varios factores.
Primero que nada Washington no se arriesgó a externalizar su producción industrial hacia China hasta que no cayera la URSS, y por eso se mantuvo como líder de la manufactura global hasta finalizar el milenio. Hoy EUA ha sido superado en industria, exportaciones, poder adquisitivo y comercio por China.
Segundo, la sociedad americana no dependía tanto del crédito como ahora, donde circulan más tarjetas de crédito que efectivo (circulante estimado en $250,000 millones de dólares). El día de hoy la ‘obesidad crediticia’ se infla mucho más que el ingreso, lo que en términos prácticos equivale a que la deuda, y las expectativas que alrededor de ella se crean, han sustituido al crecimiento de la economía real. Increíblemente su deuda soberana actual rebasa los $18 millones de millones de dólares.
Tercero, el apoyo al capitalismo estadounidense era más marcado durante su expansión económica que en la etapa de contracción actual, donde los extremos neoliberales –reflejados en la financialización de la sociedad y las relaciones internacionales– le han restado legitimidad y poder real a su hegemonía.
Cuarto, el enfrentamiento en Siria dista de ser uno ideológico entre capitalismo y comunismo. Hoy tenemos a Rusia, Irán y China capitalistas y alineadas para defender sus intereses en la región, como parte de una estrategia Eurasiática mucho mayor. Dicho de otra forma, lo que vemos en Medio Oriente y otras regiones altamente contestadas del mundo, es una lucha entre el decadente dominio financiero occidental y el emergente orden multipolar.
Encima de todo Rusia no enfrenta solo a EUA. Es cierto que Moscú no tiene suficiente dinero para mantener una postura bélica por mucho tiempo. No obstante, también es cierto que Putin actúa como la punta de lanza para el gobierno chino (principal aliado), que cuenta con el dinero necesario para perpetuar el conflicto, especialmente porque del otro lado tiene a su principal deudor financiero, Washington.
Es así que mientras el Tío Sam se desvive por salvar su dominación global, sus enemigos lo orillan a gastar más dinero del que tiene, en afán de mantener su imagen de 'policía del mundo'.
El establishment estadounidense podrá presumir que ganará la guerra, pero lo que no aclaran es que para lograrlo tendrán que imprimir muchísimo más dinero del que ya han impreso. Irónicamente, esto haría estallar la burbuja que sostiene a su petrodólar.
Las guerras sólo convienen cuando hay ganancia, pero en esta ocasión EUA combate para mantener el statu quo. Es por esto que perder la batalla en Medio Oriente significaría el fin de su hegemonía como la conocemos.

Thursday, 1 October 2015

De misiles y maquinas

‘‘Hay que crear una coalición contra el ISIS similar a la que se formó contra Hitler’’

Vladimir Putin (1952-) Presidente de Rusia

El discurso de Vladimir Putin frente a la ONU fue una contundente reprobación del unilateralismo de los Estados Unidos y la OTAN.

En ese sentido, las palabras del hombre fuerte de Rusia retumbaron dentro del templo del supuesto multilateralismo del planeta, institución que definitivamente ha sido cooptada por la fuerza.

Seamos realistas, los cambios que seguramente seguirán a dicho discurso dibujan una secuencia lógica, si tomamos en cuenta los numerosos fiascos de la política exterior de Occidente durante los últimos años.

La crítica más dura de Putin fue contra la mentalidad de Guerra Fría de su contrincante (EUA), cuyo nombre omitió deliberadamente para elevar la expectativa del público. Dijo que la OTAN se había dedicado a expandirse desde la caída de la URSS, actitud que en Siria llegó a su fin de acuerdo a la novedosa alianza rusa con China.

Además, Putin aprovechó para promocionar su Unión Eurasiática y la de la Ruta de Seda China. El neozar usó parte de su tiempo para promocionar e invitar a Europa a formar parte de ambas uniones, las cuales tienen el potencial de fusionar a más de 5,000 millones de personas en una zona comercial y de dialogo intercultural.

Por otro lado, Putin se presentó como el defensor de los pueblos islámicos, ya que dijo que sobre ellos pesaba el estigma del terrorismo, el cual como sabemos, tienen activado desde 2001 como el chivo expiatorio contemporáneo de Occidente. 

Es importante decir que la actitud de Putin sólo es posible por el simple hecho de que está al frente de un país que cuenta con armas nucleares. Si a esto le sumamos el hecho de que China, otro poder nuclear, ‘rompió el himen’ de la virginidad del imperio estadounidense –al atravesar sus buques por el Canal de Suez, símbolo de 200 años de imperialismo angloamericano– tenemos suficiente evidencia de la transformación geoestratégica que ocurre frente a nuestros ojos.

Esto quiere decir que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (FRA, RU, EUA, CHI, RUS) tienen armas nucleares, por lo cual la nueva dirección y relevancia que tomará la ONU, ahora dependerá de las nuevas alianzas que cada poder teja con el resto del mundo.

Confieso que admiro el carácter y la tenacidad de Putin, pero tampoco espero mucho de un futuro dominado por él y el liderazgo chino. Sin embargo, considero que debemos darles una oportunidad de cumplir lo que están prometiendo, ya que lo que tenemos en el momento es un desastre de relaciones internacionales.

¿Imagine usted lo que sería una futura alianza, sin contrapesos, entre Donald Trump y Benjamin Netanyahu? La entrada de Rusia y China no sólo detendrá la guerra en Medio Oriente, sino que también es muy factible que le ponga un alto al expansionismo israelí en la región.

El mundo de la actualidad carece de liderazgo en cuanto a lo político y lo ideológico, y por eso es que Putin y otros intentan ocupar el lugar que alguna vez tuvo el representante de Washington.

Eso sí, cualquier liderazgo que emerja, sólo se mantendrá al frente si cuenta con los misiles nucleares y la maquinaria industrial y la riqueza suficiente para corroborarlo. Con esta cruda realidad se topa mi idealismo por una mejor civilización.