Thursday 19 February 2015

Caos en Libia

“La guerra santa ha empezado”
-Bill O´ Reilly (1949- ) presentador estadounidense de TV

La supuesta intervención humanitaria en Libia de 2011, que concluyó con la eliminación del jefe de Estado Muamar El Gadafi, resultó contraproducente, ya que el vacío de poder está siendo llenado por varios grupos fundamentalistas.

Irak, Afganistán, Yemen, Pakistán, Siria y Libia son algunas de las naciones que han sufrido intervenciones occidentales, más específicamente de EUA. Ya sabíamos que la cosa no había mejorado para Libia, que era uno de los países más estables de África antes de ser “salvado por los fundamentalistas demócrata-liberales.

Lo que existe ahora en Libia es una abierta guerra civil, entre grupos de poder que luchan por el control del país, que cuenta con las mayores reservas de petróleo de todo el continente africano. Mientras esto acontece, la vida cotidiana del libio promedio es barnizada de perpetuo miedo, ya que corre el riesgo de morir baleado entre tanta milicia y demás facciones violentas. En esa línea, la devastación económica, producto de la inestabilidad que genera la falta de un liderazgo funcional, ha convertido a esta sociedad en un desastre.

Cortes de electricidad constantes, racionamiento de gasolina y agua, inexistencia de leyes, y en sí la posibilidad de un presente y futuro decentes son las “novedades” con las que la este pueblo tiene que acostumbrarse y aceptar como parte de su cultura.

Y si no esto no era suficiente, la llegada de ISIS está poniendo en entredicho aun más a la comunidad. Hace algunos días este grupo terrorista multi-financiado decapitó a 21 cristianos cópticos egipcios. Esto enardeció al presidente Abdel Fatah Al-Sisi en El Cairo, quien inmediatamente ordenó un ataque aéreo sobre la región oriental de Libia.

Al parecer Egipto fue apoyado por el gobierno paralelo libio en Tobruk (al este de Libia) el cual surgió como alternativa radical al gobierno central de Trípoli, esto una vez que el país se partió en tres pedazos debido al Estado fallido.

Al-Sisi está solicitando la autorización de la ONU para continuar con su ofensiva, llamado al que han acudido, por su propia cuenta, Francia e Italia. El primer ministro italiano Matteo Renzi ha reforzado la seguridad del país, ya que la distancia que los separa de Libia es muy corta.

La intención de Al-Sisi de buscar el apoyo occidental tiene dos vertientes. La primera tiene que ver con el interés de limpiar su imagen, ya que su llegada dictatorial al poder se logró a través la violenta remoción del antiguo gobierno –financiada por Arabia Saudita– de la Hermandad Musulmana, la cual como recordaremos fue democráticamente electa años atrás. Después está el reciente acercamiento con Rusia, el cual fue visto con malos ojos por Occidente. Imagino que Al-Sisi quiere hacerle ver a sus antiguos amos que todavía hay intereses en común, como el discurso del terrorismo.

En EUA, Obama ha solicitado al legislativo que le extienda los poderes que se otorgan al Ejecutivo de forma extraordinaria bajo la Autorización para el uso de Fuerza Militar. Dicha autorización le fue otorgada a Bush bajo su mandato, ya que fue en 2001 cuando comenzó la “cacería de brujas” llamada guerra contra el terrorismo. Lo irónico es que Obama esté solicitando dicha autorización ahora, ya que comoquiera que sea, su país ya bombardea y arma a mercenarios locales para contrarrestar al ISIS.

En este sentido, algunos analistas creen que lo que la Casa Blanca desea es en sí los poderes cuasi dictatoriales que dicha autorización otorga, para con ello poder mantener sin escrutinio el aparato de espionaje institucionalizado (NSA), al de tortura global y a la plataforma de los drones, estrategias de las que ha dependido la presidencia para avanzar sin restricciones su agenda antiterrorista.

Como podemos ver no hay ninguna guerra santa: lo que tenemos enfrente es a un país que se dedica a vender armas, y que por ello requiere de la guerra perpetua para publicitar su negocio.

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