Friday, 19 December 2014

De amenazas y estratagemas

“La primera panacea para un país mal administrado es la inflación de la moneda, la segunda es la guerra”

Ernest Hemingway (1899-1961) Escritor estadounidense

Con una votación del 100% y 98% respectivamente, el Senado y el Congreso estadounidense autorizaron el envío de armas letales a Ucrania, lo que representa una amenaza directa para Rusia.

Lo increíble es que el gobierno estadounidense actuara en contra de la opinión pública, la cual en Abril de este año –según la encuestadora PEW– se oponía en por lo menos un 67% a armar a Ucrania. Definitivamente esto no tiene nada de democrático. Encima de eso, las armas le serán regaladas a Kiev, ya que el país esta quebrado y no tiene con qué cubrir la factura.

Imagino la reacción del público si se diera cuenta de la verdadera razón detrás de esta agresión; tal vez responderían distinto. Como nos hemos dado cuenta, estimado elector, EUA está peleando a muerte la preponderancia de su dichoso petrodólar, esa moneda de reserva mundial que se sostiene sobre los mercados energéticos y financieros globales.  

La amenaza de guerra ´legislativa´ contra Rusia se suma a las declaraciones de Obama, quien dijo que los drones serían una buena opción para ´vigilar´ a dicho país. Por otro lado están las guerras financiera y energética que ya tienen rato en contra de los pivotes euroasiáticos. Ahí está la manipulación del mercado petrolero, que como sabemos nos esta costando carísimo a los mexicanos, pero también a los rusos, ya que su rublo está a punto de desintegrarse en completa devaluación debido a la baja del precio del petróleo.

En la columna pasada aclaré que la moneda rusa depende de los mercados internacionales para su tipo de cambio. No obstante, es factible que esta crisis obligue a la aristocracia rusa a profundizar las conexiones económicas y financieras con otros poderes emergentes. De ser así, la intención estadounidense de fortalecer a su moneda se vendría abajo antes de lo esperado. De hecho, la súbita revaluación del dólar tiene que ver con su estatus de moneda de reserva, la cual paradójicamente es la única fuente de confianza cuando los mercados se vuelven inseguros, como ahora. Comoquiera que sea, esa fortaleza del dólar es ilusoria, ya que cada vez EUA   necesitan  manipular  más los mercados para hacerlo brillar.

Es momento de hacernos para atrás, a fin de ver el mapa geopolítico y estratégico del mundo en su máxima extensión. Nos puede gustar o no la consolidación asiática, pero hay que estar conscientes que Washington está retando a Moscú en su propia esfera de influencia. La analogía histórica más cercana, en cuanto a este envío de armas, fue la Crisis de los Misiles de 1963 en Cuba, cuando la extinta Unión Soviética retó al poderío estadounidense en su propio patio trasero, algo que fue interpretado como una amenaza directa de guerra, como sucede ahora con lo de Ucrania.

Todavía no sabemos si Kiev recibirá armas nucleares para defenderse de Rusia, pero por lo pronto se le surtirá armamento con el potencial para iniciar una guerra convencional contra el ´enemigo´. Este manotazo va dirigido como advertencia a los poderosos del mundo multipolar como Rusia, ´invitándolos´ a que sometan sus políticas exteriores a las del imperio.

Entonces, lo que tenemos en la práctica no solo es la urgencia de detener la emergencia de nuevos jugadores mediante la manipulación de mercados de todo tipo para desestabilizarlos. Aparte está la manía de mantener esa visión unilateral liberal-demócrata capitalista, de la cual ya quedan pocos bemoles.  La Guerra Fría se peleó para reforzar al capitalismo como sistema frente al socialismo/comunismo. La diferencia con el hoy es que la confrontación occidental se hace para salvar una forma de vida que se ha desfondado por completo.

La política exterior y doméstica estadounidense ha sido secuestrada por corporaciones y grupos de cabildeo neoconservadores, que han despedazado la democracia y a la misma república en el afán de perpetuar su visión del mundo. Hay cada vez mas población doméstica consciente de esto, el problema es que se dificulta hacer algo frente a la maquinaria de guerra más asombrosa de todos los tiempos. Las fuerzas del capital se han aliado con el militarismo más extremo, y ambos han puesto en entredicho la gobernabilidad de la nación.

Ulteriormente, la regulación en el capitalismo fue igual de ilusoria que la igualdad en el comunismo. Ambos sistemas se vinieron abajo por la concentración del poder y la jerarquización de la sociedad, que terminó desprestigiándolos. Cuidado: no digo que el capitalismo ya no exista, lo que digo es que el cascarón Estado-nación, que en teoría lo contiene y le pone un freno, ha sido rebasado por la fáctica fuerza de un desenfrenado capital trasnacional.

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