Monday, 23 July 2012

La corrupción de los grandes capitales y la 'guerra vs. el narco'







Las últimas semanas han sido reveladoras en cuanto a la forma en que los grandes  capitales mueven al mundo. El caso HSBC horrorizó a México, pero por su parte  bien es sabido que el sistema bancario y financiero internacional no respeta leyes ni moralidad en cuanto a sus ganancias conviene. Lo sucedido recientemente en Inglaterra  en relación al fraude LIBOR - donde se alteraban cifras de tasas de interés que determinan el precio en que los bancos adquieren y prestan dinero - fue evidencia clara de que a la aristocracia financiera no le interesa la honestidad ni la ética.    El caso HSBC y el de LIBOR no estarán directamente conectados, pero comoquiera que sea son representativos del excesivo poder e influencia que este tipo de instituciones tienen sobre la clase política mundial. La corrupción en ambos solo es  sintomática de una forma de ser.

Con eso en mente quisiera enfatizar los siguientes  puntos:
1) Los enormes capitales e intereses financieros están truncando la funcionalidad de países como México.
En Abril del 2011 - http://www.guardian.co.uk/world/2011/apr/03/us-bank-mexico-drug-gangs  - salió a la luz publica  que el Wachovia Bank of New York había lavado $378 billones de dólares del narco mexicano. Esto se puede sumar a lo de HSBC y a lo de LIBOR, pero también  a lo de la crisis financiera del 2008 y la corrupción endémica de bancos como Goldman Sachs y JP Morgan.  La banca mexicana es mayoritariamente privatizada por instituciones extranjeras de este tipo, y eso nos incluye en ese sistema financiero neoliberal sin escrúpulos. Este sistema  obviamente no permite la injerencia en sus asuntos por  los gobiernos de los países en donde hace negocios como el nuestro. ¡Esto quiere decir que la principal razón por la que no puede hacerse nada en contra del lavado de dinero es porque no podemos!

2) Algunas agencias estadounidenses están influyendo en México.

En México se sabe que agencias estadounidenses están involucradas indirectamente con el trafico de droga (CIA y DEA) y directamente con el de armas (ATF). http://www.latimes.com/news/nationworld/nation/atf-fast-furious-sg,0,3828090.storygallery  Esto es evidencia de que el participar ilegalmente de esta forma los mantiene con relevancia en nuestra región. La existencia de armas y drogas apuntalan su  injerencia en nuestro país, a la que vez que los justifica como agencias con relevancia en su propio país. ¡Ellos mismos están arrojando el paquete que después les da poder para perseguir! En este sentido, cualquier serie de normas y tratados que existen entre naciones por el simple hecho de ser vecinos están sufriendo las consecuencias. Es por eso que la relación bilateral México-EUA ha venido batallando últimamente.

El problema del narcotráfico se exacerba dado que la  interferencia extraoficial de agencias comos las ya mencionadas  truncan los acuerdos legales que buscan sostenerse ante la adversidad normal de cualquier relación. Pero sumémosle a eso  la participación del Estado de EUA que ha privatizado y extrenalizado la guerra a un Estado mexicano que se la ha ‘comprado’.  La ‘guerra contra el narco’ ha traído derramas económicas para los sectores que se encargan de brindar seguridad, siendo las fuerzas armadas el primordialmente beneficiado. Pero la gobernabilidad en México ha sido la victima más notoria.

La decisión de consumir ciertas sustancias debiese  ser monopolio de las propias personas, mientras que los resultados sociales adversos (en el caso que existan) le corresponderían al Estado. Un problema de salud publica no puede estarnos poniendo de rodillas como lo hace hoy el narcotráfico.  Es momento de aceptar que es imposible detener a los individuos en su afán de hacer sus propias vidas. Pero fundamental por otro lado es también tomar en cuenta que existen estructuras políticas, económicas y financieras que están haciendo pedazos nuestra forma de organización socio-cultural.

Legalizar no significa el promover algo especifico. Legalizar es organizar las conductas sociales de manera racional. Legalizar significa poner en orden la comunión entre el Estado y la ciudadanía de una vez por todas, buscando con esto reconfigurar la relación, buscando mantener el pacto social lubricado por mucho tiempo. Legalizar significa sacar de la jugada a  los actores domésticos que han inflado  a esos grandes acumuladores de capital. Legalizar es resistir racionalmente a los actores externos que impunemente hacen de nuestra población un negocio con alcances globales  y que están influyendo en nuestras vidas con los efectos que ya todos conocemos.

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