Las últimas semanas han sido
reveladoras en cuanto a la forma en que los grandes capitales mueven al mundo. El caso HSBC horrorizó a México,
pero por su parte bien es sabido
que el sistema bancario y financiero internacional no respeta leyes ni
moralidad en cuanto a sus ganancias conviene. Lo sucedido recientemente en
Inglaterra en relación al fraude
LIBOR - donde se alteraban cifras de tasas de interés que determinan el precio
en que los bancos adquieren y prestan dinero - fue evidencia clara de que a la aristocracia
financiera no le interesa la honestidad ni la ética. El caso HSBC y el de LIBOR no estarán
directamente conectados, pero comoquiera que sea son representativos del
excesivo poder e influencia que este tipo de instituciones tienen sobre la clase
política mundial. La corrupción en ambos solo es sintomática de una forma de ser.
Con eso en mente quisiera
enfatizar los siguientes puntos:
1) Los enormes capitales e
intereses financieros están truncando la funcionalidad de países como México.
En Abril del 2011 - http://www.guardian.co.uk/world/2011/apr/03/us-bank-mexico-drug-gangs - salió a la luz publica que el Wachovia Bank of New York había
lavado $378 billones de dólares del narco mexicano. Esto se puede sumar a lo de HSBC y a lo de LIBOR, pero
también a lo de la crisis
financiera del 2008 y la corrupción endémica de bancos como Goldman Sachs y JP
Morgan. La banca mexicana es
mayoritariamente privatizada por instituciones extranjeras de este tipo, y eso
nos incluye en ese sistema financiero neoliberal sin escrúpulos. Este
sistema obviamente no permite la
injerencia en sus asuntos por los
gobiernos de los países en donde hace negocios como el nuestro. ¡Esto quiere decir
que la principal razón por la que no puede hacerse nada en contra del lavado de
dinero es porque no podemos!
2) Algunas agencias
estadounidenses están influyendo en México.
En México se sabe que agencias
estadounidenses están involucradas indirectamente con el trafico de droga (CIA
y DEA) y directamente con el de armas (ATF). http://www.latimes.com/news/nationworld/nation/atf-fast-furious-sg,0,3828090.storygallery
Esto es evidencia de que el
participar ilegalmente de esta forma los mantiene con relevancia en nuestra
región. La existencia de armas y drogas apuntalan su injerencia en nuestro país, a la que vez que los justifica
como agencias con relevancia en su propio país. ¡Ellos mismos están arrojando el
paquete que después les da poder para perseguir! En este sentido, cualquier
serie de normas y tratados que existen entre naciones por el simple hecho de
ser vecinos están sufriendo las consecuencias. Es por eso que la relación
bilateral México-EUA ha venido batallando últimamente.
El problema del narcotráfico se
exacerba dado que la interferencia
extraoficial de agencias comos las ya mencionadas truncan los acuerdos legales que buscan sostenerse ante la
adversidad normal de cualquier relación. Pero sumémosle a eso la participación del Estado de EUA que
ha privatizado y extrenalizado la guerra a un Estado mexicano que se la ha
‘comprado’. La ‘guerra contra el
narco’ ha traído derramas económicas para los sectores que se encargan de
brindar seguridad, siendo las fuerzas armadas el primordialmente beneficiado.
Pero la gobernabilidad en México ha sido la victima más notoria.
La decisión de consumir ciertas
sustancias debiese ser monopolio
de las propias personas, mientras que los resultados sociales
adversos (en el caso que existan) le corresponderían al Estado. Un problema de
salud publica no puede estarnos poniendo de rodillas como lo hace hoy el
narcotráfico. Es momento de
aceptar que es imposible detener a los individuos en su afán de hacer sus
propias vidas. Pero fundamental por otro lado es también tomar en cuenta que
existen estructuras políticas, económicas y financieras que están haciendo
pedazos nuestra forma de organización socio-cultural.
Legalizar no significa el
promover algo especifico. Legalizar es organizar las conductas sociales de manera
racional. Legalizar significa poner en orden la comunión entre el Estado y la
ciudadanía de una vez por todas, buscando con esto reconfigurar la relación, buscando mantener el pacto social lubricado por mucho tiempo. Legalizar significa sacar
de la jugada a los actores domésticos
que han inflado a esos grandes acumuladores
de capital. Legalizar es resistir racionalmente a los actores externos que
impunemente hacen de nuestra población un negocio con alcances globales y que están influyendo en nuestras vidas
con los efectos que ya todos conocemos.
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