Thursday, 30 April 2020

Crisis Corona




La economía es más que dinero. Impone rutínas, define roles, marca los tiempos, determina nuestras identidades.
Cuando la economía fracasa nos enfrentamos al ser esencial que entregamos al método, a la técnica - al deber ser. Algunos se incomodan por la falta de aquello que daba continuidad a su identidad social.
Su vida pierde sentido, porque ya no están bajo la presión del trabajo y las prisas de los quehaceres. Son personas que necesitan de constantes planes, de horas y minutos contabilizados para sentirse productivos.
Cuando hay crisis como la actual muchos de ellos buscan culpables específicos para proyectar su enojo: Directores Técnicos, Jefes de Empresa, Presidentes. Aseguran que la solución es cambiar drástica e inmediatamente de capitán, aunque el barco y su tripulación puedan hundirse por tan abrupta decisión.
Hay otro tipo de personas que aprovechan la ausencia de rutinas para encariñarse con un reloj roto y sin arena. Saben que eso les permite relajarse y echarse un clavado en su propia profundidad, para revisar su proposito y el significado de su existencia. Y con un poco de suerte, de esa reflexión surge algo nuevo. Una idea, una intención, una pieza de arte, un ser más amoroso o un largo y colorido et cetera.
Ellos saben que es virtualmente imposible que una sola persona, sea cual sea el puesto y su responsabilidad, pueda tener la zaña y el poder absoluto para destruirlo todo, particularmente a aquellos que le odian y que pagarían lo que fuera por verlo desaparecer.
Te pido nos hagas un favor a todos y seas como éstas segundas personas, que pasarán su cuarentena un poco más relajados, y que por eso no molestarán tanto como aquellos que ciertamente abusarán de estas redes sociales esperando que les hagamos caso.

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