Wednesday 30 September 2015

El Papa en la ONU

'El dinero debe servir, no gobernar'
_Papa Francisco

El papa Francisco resaltó frente a la ONU los excesos de un sistema que causa extrema pobreza y genera millones de refugiados.
El Papa utilizó frases que incluyen términos como el capitalismo, la corporación y el sistema financiero, entre otras, postura que apenas hace unos años era tachada de antisistema, lenguaje que, según sus críticos, es característico de gente inconforme, radical y de izquierda.
El mismo patriarca de la Iglesia ha sido víctima de dichas acusaciones en repetidas ocasiones. Sin embargo, este último discurso corroboró lo que muchos en el poder prefieren ocultar. Dicho de otra forma, el mundo reconoce cada vez más las causas de nuestra miseria como especie, y en este sentido el Papa, como figura pública de peso, simplemente asumió el rol que le corresponde.
Evidenciar la crisis sistémica ha sido el pan de cada día en esta columna. Pero qué mejor que presentar lo más reciente para constatarlo.
Tomemos la inconformidad popular en una veintena de países, entre ellos México, cuya población apenas hace unos días se arrojó a las calles en masa para recordar a los 43. Sumémosle a esto años de protesta por la falta de representación política y la represión imperante. Asimismo, reconozcamos a los cientos de miles de desplazados internos, que ya sea por robo de tierra, víctimas del narco o refugiados del calentamiento global, son removidos de sus lugares de origen, para formar parte de la masa desposeída.
Ahora volteemos hacia otras latitudes, y comprobemos que la gente allá también está alborotada.
Finalmente, recurramos a la antigua teoría científica del mecanicismo, que explica los fenómenos naturales, y algunos sociales, por medio de las leyes mecánicas del movimiento.
Todo esto nos servirá para comprender que existen causas y responsables en lo que nos sucede, y que aunque todos somos parte del sistema, hay algunos que se benefician mucho más que otros. Es a ellos que se dirigió el papa Francisco.
Es un hecho que este papa ‘posmoderno’ –más apegado al Cristo que al templo conservador que representa– retomó la tradición franciscana del cuidado del pobre y el desvalido para hacer relevante el discurso católico en el Siglo XXI. Esto es irónico, ya que la Iglesia misma es un engrane de ese mismo sistema que el Papa critica. Esto porque El Vaticano es un ente rector –esencial– de las relaciones de poder internacionales e interinstitucionales de este mundo.
Al parecer es más fácil criticar a los de arriba para llamar la atención de los medios, que invitar a los fieles a que se autotransformen como personas. ¿Por qué no mejor promover la autenticidad y la autonomía a nivel personal? ¿Por qué no educar a la gente para que desarrolle sus propias herramientas en contra del consumismo, perpetuo combustible del sistema capitalista que el jerarca religioso reprocha?
Me encantaría ver que la Iglesia pasara de la retórica a la acción directa, convirtiéndose en un centro educativo a tono con la problemática que enfrentamos como civilización.
En resumidas cuentas, considero que la óptima educación debiese ser la autodidacta, y que para ese fin tendríamos que concentrarnos en el ser como actor mismo que experimenta su propia narrativa.
Es momento de dejar atrás el clientelismo y el aferramiento con las membresías a clubes de estructuras ideológicas anquilosadas, para mejor enfocarnos en cada uno de nosotros, como células de un todo que corre peligro por negligencia institucional.
Los de arriba no van a cambiar si nosotros no cambiamos primero.

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