Es cierto que tocar fondo a veces es bueno, ya que desde ahí podemos construir algo nuevo. Por eso entre más profundo el pozo más firme el cimiento.
Fracasar es recordar quien eres, romperse para ver la luz, palpar las raices para volver a empezar.
Pero cuidado, no todo lo que interpretamos como perdida lo es, ya que lo que se perdió es solo una de las tantas de posibilidad de realizar lo que queríamos.
Es error del ego creer que se pueden obtener y lograr cosas puntuales, aisladas y particulares. La naturaleza no funciona así. El ego es solo un bisturi, que bajo una ilusión corta el telar cuántico buscando obtener solo unos cuadrantes determinados o polos específicos.
Por otro lado, los vacíos o perdidas no solo se llenan con cosas nuevas, si no que tambien son banderillas metafóricas, indicadores y espacios en blanco que nos recuerdan que simplemente hay que resetearnos para poder voltear a otro lado -cambiando nuestra perspectiva-, para percatárnos que toda intencion y decreto lanzado por un ego unipuntual siempre siembra posibilidades alternas a lo decretado originalmente, cosecha invisible que yace ahí en nuestra consciencia para ser visualizada cuando estemos listo para ello.
Romperse es encontrarse, siempre y cuando no permitas que el enojo y la frustracion por lo que se fue te llene.
Mala suerte buena suerte quien sabe. A veces lo que nos espera es mejor que lo que esperabamos.
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