Friday, 12 April 2013

La crisis chipriota y el descredito europeo





‘…La conspiración se llama el sistema político. No es nada más que una excusa para robar, engañar y subyugar a la población.         
                                                                                    - Jeffrey Tucker


Ninguna relación puede fructificar cuando una de sus partes depende del subsidio perpetuo de la otra. Esta es la situación actual de la Unión Europea, la cual de hecho esta dividida entre un norte rico y germanizado, y un sur improductivo y mediterráneo. Es por eso que lo estamos viendo el día de hoy es a este proyecto convertirse en  una unión de transferencias de capital, más  que en aquel sueño integrador que posicionaba a las naciones cooperando de una forma mucho más equitativa.

La algarabía que alguna vez caracterizaba a los lideres  europeos ha desembocado en una vergonzosa lucha para centralizar el poder y perpetuar la moneda común, mecanismo que mantiene la certidumbre de la economía continental y su competitividad frente a otros bloques regionales de mundo. Por eso se ha vuelto imperativo para Alemania el tratar de salvar a las naciones que pudieren colapsar, buscando con esto evitar un efecto domino el cual teóricamente arrastraría a las demás, y con ello toda la supervivencia  del sueño europeo.


Para ejemplificar esta crisis que mejor que Chipre, país miembro que utiliza el euro y que se encontraba en una posición de insolvencia pública muy similar a las de Grecia, España, Irlanda, Islandia, Italia, y Portugal. En estos casos los gobiernos se han endeudado mucho más allá de su posibilidades de solventar dichas deudas, ya que su productividad ha venido dependiendo cada vez más de créditos privados – al estilo neoliberal - para capitalizarse y mantenerse a flote.

Los arquitectos del  reciente rescate de Chipre fueron el  Banco Central Europeo (basado en Alemania y que imprime los euros), institución que en conjunto con el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea organizan la política y la economía de la unión monetaria  en algo conocido como la Troika.

Dicha Troika ha sido muy criticada por la forma en que operó, dado que para torcerle el brazo al gobierno Chipriota propuso originalmente forzarlo a que implementara nuevos impuestos para los cuentahabientes comunes, los menos responsables de todo el asunto.  Se rumora que la Troika buscaba reestructurar todo el sistema financiero chipriota, ya que este había funcionado hasta ayer como un paraíso fiscal para dinero de ilegitima procedencia, siendo este mayoritariamente ruso. Pero lo más grave es haberlo propuesto, ya que de haberse llevado a cabo hubiese violado la legalidad que  cualquier Estado moderno  tienen para con su población, de estar  obligado a garantizarle  su dinero en la forma de depósitos bancarios. 

El gobierno chipriota estaba dividido, ya que por un lado su presidente buscaba defender a esos grandes capitales extranjeros que formaban la mayor parte de la  estructura financiera del país. Pero por el otro lado el parlamento votaba 36-0 en contra de aplicar nuevos impuestos al ciudadano común. Fue por ello que la Troika decidió intervenir directamente con el llamado ‘Bail-in’, mecanismo que le permitió inmiscuirse  directamente para   imponer un segundo plan emergente, circumventando al Estado  de esta la más  pequeña economía de la Unión.

Este plan  consistió en eliminar al Banco Laiki, uno de los dos más grandes del país junto con el Banco de Chipre. Los activos tóxicos del difunto Laiki - mejor entendidos como bonos chatarra del tesoro griegos - fueron traspasados al Banco de Chipre, el ahora ‘Banco bueno’ del país. A los cuentahabientes con depósitos menores a cien mil euros no se les afectó, pero los capitales superiores a esa cifra – incluyendo los más grandes  de origen ruso - sufrirán impuestos de hasta un 40%. Otro resultado de la operación fue la aplicación de controles de capital mientras la situación se ‘estabiliza’. Esto  significa haber puesto a la integridad monetaria de la Unión Europea en riesgo, gracias a la limitación de las leyes de mercado mas básicas, que permiten el libre flujo de capitales financieros.


Esta situación es evidencia de cómo la Unión Europea se pone en jaque a si misma, al comportarse de forma  anti-democrática con gobiernos como el Chipriota, pero también con el griego y el italiano, al haberles impuesto de forma vertical a lideres y soluciones tecnocráticas para arreglar sus economías, medidas que obviamente carecen de representación popular.  

Ulteriormente, este intento de parchar a los miembros más debilitados para salvar la credibilidad del Euro nos demuestra dos cosas,  por un lado se abre la posibilidad de que esto se replique en otras naciones, las cuales de golpe perderían  su soberanía financiera, en ese afán Bruselas y Alemania de re-centralizar el poder político. Pero por otro lado esta el peor ejemplo de todos, el haber sido testigos de que tan fácil se ha vuelto el responsabilizar al público de los abusos de la banca privada, corroborando que esta es la que manda sobre la ciudadanía.





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