Thursday, 28 June 2012

La autenticidad y la jungla urbana



Área de juego delimitada y enrejada para 'entretener' a los niños mientras los padres trabajan y salen de compras. El concepto de guardería es común en Escandinavia, en donde los padres delegan el cuidado de sus hijos a instituciones especializadas.



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‘Da amor  donde quiera que vayas. No dejes que nadie que se te acerque se vaya sin irse mas feliz de lo que llego.’

                                                                             -Madre Teresa de Calcuta




La narrativa contemporánea esta llena de vida, pero también esta llena de individuos auto-controlados que han reprimido sus emociones para formar parte de  modernas sociedades urbanas. Creemos ingenuamente que somos libres y felices al seguir a otros que han encontrado consuelo en la sociedad del consumo, la cual  se ha vendido como idonea. Esta forma de vida busca estandarizarnos a todos en lo que a nuestras  patrones de conducta  compete, con la intención de simplificar el poder de los personas sobre sus propias decisiones.  


Por otra parte,  aunque habitamos sociedades que se presumen democráticas y que se rigen por el libre mercado, también es cierto que cargamos con concepciones de identidad muy antiguas en relación a raza, genero, etnia y  ciudadanía. Nuestros lideres siempre han sabido que quien controla las emociones de los individuos facilita la organización y el control social. Y para eso las identidades de todo tipo han hecho el trabajo. Cargamos con identidades múltiples que suelen esconder nuestra esencia. Y para lograrlo se comienza desde que somos niños, como lo muestra la fotografía de este articulo.

Esto quiere decir que en la practica el control se logra mediante la sublimación de los  impulsos y emociones, lo cual  es necesario (según Freud)  para lograr el orden civilizado que se nos ha indoctrinado a portar como lo más refinado de la especie. Esto ulteriormente se nos ha vendido como libertad, pero de corte colectivo. En este contexto la resistencia emocional pudiese ser una de las  maneras mas efectivas de desarrollo personal. También es una forma de buscar personalizarse a uno mismo, logrando hasta cierto punto el desfase de ese sistema. Y siguiendo esta lógica, esta pudiese ser, también, una excelente forma de comunicación con otros que viven y sufren  algo similar.

Como todo forastero puede narrar, es muy difícil el tratar de entender, metabolizar y  adaptar otras formas culturales, sustituyéndolas completamente por la nuestra. Es por eso que se antoja mucho más fácil el ser uno mismo,  ya que esta es una de las formas mas plausibles de ser aceptado sin necesariamente conocer a esas personas ni sus culturas.  En este sentido la autenticidad puede ser practicada con el afán también de entrar en contacto con nuestras propias emociones. Entonces al utilizar nuestros cuerpos en su totalidad – incluyendo un manejo adecuado de gestos, lenguaje corporal y proxemia – es una excelente estrategia para lograr expresar lo que somos en esencia. Siguiendo esta línea, la expresión emocional completa la figura fragmentada de lo que inicialmente éramos, pero que fue robado por el control social y la impersonalidad de la ciudad urbanizada en que vivimos.


Los seres insatisfechos proyectan la perfección en otros. Esto sucede porque es mucho más fácil proyectarle los enojos y frustraciones emocionales a los demas. La psicología individual es saneada de forma proyectiva, y entre más distinto a uno sea el otro, mejor reflejara lo  que  hemos reprimido. Pero por otro lado también es clave entender que el otro - que comúnmente es muy distinto en físico y en conducta - se convierte en la ‘comprobación’ de que lo que se nos enseño fue lo correcto. Las categorías con las que crecimos suelen hacer mas sentido con iguales, y cuando alguien diferente se aproxima, este puede convertirse en comprobación de que teníamos la razón de todo lo que se nos enseño. La gente no se compara consigo misma ni con su contexto, se comparan con otros,  ya que es mucho mas fácil criticar a ajenos que mirar hacia adentro. Esta búsqueda de seguridad ontológica – en donde nuestras ideas y conceptos hacen sentido en respuesta a  lo que percibimos - es lo que le da continuidad a las visiones que buscan homogeneizar y universalizar a las personas, siendo esta una  forma de colectivizar que tanto daño le han hecho a nuestra especie.


Es por eso que para lidiar con estas trampas psicológicas y sociológicas la clave es primero que nada hacer consciencia de ello. A continuación se volvería fundamental el tratar de deconstruir (por lo menos convencionalmente) lo que creemos que somos, y esto se hace al cuestionar esa certidumbre de identidad fija con el uso de las emociones - como ya se explico con anterioridad. Esto confrontara a los otros, incluyendo las expectativas que puedan tener de nosotros. Esta conducta contradictoria tiene el poder de lograr infundir un sentido temporal de incertidumbre que puede convertirse en una oportunidad  vital para que el otro cuestione, por lo menos convencionalmente, esa identidad que puede convertirse en algunos casos en bloqueo para la comunicación. Existe miedo detrás de la autenticidad y la expresividad emocional porque se asume como una amenaza al orden social racional que se presume como la más civilizada forma de organización colectiva.

La autenticidad es como una cuchilla que perfora la armadura de miedo emocional, que suele ser resultado de la vida urbana agitada en donde vivimos, lugar en el cual la impersonalidad esta a la orden del día. 

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