Tuesday 26 June 2012

El consecuencialismo y el abuso de la razón utilitaria








‘Los ataques fueron preventivos para proteger a la población indígena noruega. Se tienen que cometer  pequeños actos de  barbarismo para prevenir  barbarismos mucho mayores.’

                                                                                                       - Anders Behring Breivik


Con estas palabras, el asesino confeso que horrorizo a Noruega justificaba los múltiples asesinatos del 22 de julio del 2011, a la vez que el jurado lo declaraba sano y mentalmente apto  para enfrentar el juicio legal que busca encarcelarle. La  justificación del jurado se baso en la supuesta ideología extremista islamofobica que llevo a este a cometer los crímenes, misma cual ha influenciado a muchas otras personas y grupos radicales alrededor del mundo. En este sentido, y según los jueces, el acusado no esta enfermo y solo es victima de estructuras  que lo rebasan.

El consecuencialismo se refiere a los actos  morales en donde el fin justifica los medios. En ese sentido el futuro se vuelve mas importante que el presente. Lo que se obtendrá después amerita lo que se hace ahora. Obvio se vuelve, en este contexto, el resaltar el hecho de que la moralidad contemporánea - que justifica nuestros sistemas de organización social - siguen basados en justificaciones utilitarias racionales, las cuales  según sus defensores nos mantienen en la ‘civilización’.

Ejemplos como este abundan. Hoy somos testigos de cómo una lógica del bienestar futuro mantiene a Europa al filo de la navaja en el afán de hacerse mas competitiva. Las medidas de austeridad son el resultado de una realidad improductiva de la región, pero sus lideres las fuerzan sobre la población como supuesta medida temporal en pro de una mejor vida. Por otro lado tenemos a los Estados Unidos de América, en donde la lógica de los grandes capitales financieros y la banca privada triunfan sobre la ciudadanía misma, al haber conseguido subsidios millonarios del dinero público como premio  por haber colapsado el sistema financiero mundial.

Y que decir de México, en donde la lógica de las consecuencias utilitarias nos tienen enfrascados en una guerra librada por un gobierno autoritario que nos priva de la paz y de nuestras libertades civiles en el presente, desde donde se nos promete paz social  futura.


Mi conclusión en que seguimos atorados en ese triangulo temporal que nos arroja ansiosa y perennemente  a un futuro promisorio, pero que lo hace en base al olvido del pasado y el atropello del presente. El discurso triunfa sobre las realidades materiales de las mayorías, todo  legitimado en la razón, la supuestamente mas refinada de nuestras características humanas. Anders Behring Breivik se salvo de ser acusado de ser un esquizofrénico paranoide. ¿Me pregunto si nuestra especie pudiese defenderse, a estas alturas,  de similar acusación?

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