Saturday, 23 March 2019

Explicando la ultra derecha de Occidente

Después de la Segunda Guerra Mundial se aceleró la migración africana, caribeña y asiática hacia Europa y Estados Unidos, ya que eso que llamamos Occidente buscaba consolidarse industrialmente. Para ello había que traer gente que trabajase por menos, compitiendo con la clase trabajadora blanca que había movido la maquina hasta la llegada del migrante, competencia que logró reducir los costos laborales e incrementó las utilidades. 
La intención era que Occidente transitara hacia la era de servicios que hoy lo caracteriza. Pero la transición no necesariamente incluiría a los migrantes, los cuales a lo mucho formaron parte de las sociedades multiculurales que el Estado promovió para integrarlos en afán de evitar violencia racial e inter-étnica.
El esquema funcionó relativamente bien hasta que la Iniciativa privada aprovechó la globalización y la masa laboral en los países sede de los migrantes. Los avances tecnológicos y la flexibilidad del Estado permitieron que la planta productiva industrial se moviere hacia la fuente, ahí donde habitan esos millones que lograron abaratar el costo de la mano de obra todavía más, muy por debajo de lo que los industriales pagaban en casa, a esos mismos migrantes que se fueron volviendo 'incomodos' para el sistema.
Las empresas movieron la producción hacia donde la masa global les seducía, pero en casa dejaron a una sociedad de servicios que requiere poca mano de obra pesada e industriosa.
Irónicamente la dichosa era de servicios privilegia a un segmento de raza blanca con alto grado educativo, sumada a la robótica y la automatización de los procesos, donde el migrante multicolor se vuelve un curioso y exótico accesorio. 
Entonces, el surgimiento de la supremacía blanca y la ultra derecha en Occidente responde a la crisis de oportunidades laborales de la clase trabajadora, que es aprovechada por algunos gobiernos nacionalistas (supuestamente anti globalistas) para ganar capital político sin necesidad de ahondar en la crisis estructural socio-económica que ellos mismos propiciaron. 
Lo más paradójico es que, como vemos en el mapa de importaciones, esta idea de ahorrar en mano de obra empoderó a China como nunca se había visto en toda su historia Dinástica, convierténdola en la amenaza global que hoy asusta a líderes demagogos por igual.



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