Siempre
han existido personas que se han caracterizado por ser diferentes a los demás,
al común denominador de la gente. Pero en un mundo antiguo o arcaico carente de
identidades colectivas y nacionales, hubiese sido casi imposible el ser uno
mismo completamente. Es por eso que el
concepto de la individualidad personal debe surgir y entenderse desde un
contexto en donde las colectividades y grandes grupos son ya una realidad social.
Esto quiere decir que somos seres sociales, nos guste o no, y que la
individualidad que tanto anhelamos debe conseguirse generalmente a
contraposición de aquellos otros que practican
cosas similares como parte de patrones grupales y culturales compartidos.
En ese
sentido podemos colocar a las grandes civilizaciones como la base de la
organización social, las cuales bajo el hombro del patriarca hicieron de las
individualidades aisladas un anacronismo. Ya no tenia sentido el estar separado
ni en la teoría ni en la practica del orden y la estabilidad compleja que los
nuevos lideres cuasi-divinos habían impuesto para nosotros. Y por eso fue que
se inventaron los artífices llamados Estados y las religiones organizadas. Había
que darle identidades colectivas a la gente para controlarlos en un nuevo afán
de administración social.
Los místicos
orientales de la India denominados Rishis (videntes) se organizaron como una
casta - Brahmán - para la época en que
occidente, liderado por Grecia, había logrado llevar a sus sociedades a un
grado de refinamiento que se convertiría en la cuna de la civilización
occidental. Pero la gran diferencia
entre los Brahmanes y las clases políticas de filósofos griegos es que los
primeros consideraban que la liberación de los individuos, y por ende de las comunidades, se obtenían de
forma espiritual y no mediante la instauración de regímenes políticos de ningún
tipo. Pero por su propio lado filósofos de la talla de Platón y Aristóteles
concluían que solo a través de la sociedad política (polis) le seria posible al
hombre desarrollar su máximo nivel de desarrollo. De aquí surge en concepto de
que el hombre es un ‘animal político’, y que solo mediante la sociedad política
le seria posible superarse.
El mejor
ejemplo de una sociedad oriental que todavía hoy combina conceptos espirituales
con los sociales es la India. Pero comoquiera que sea al final surgieron grupos – como la casta guerrera
Ksatrya - que creían que la política podría ser una herramienta para la
evolución social. Esto llevó a una cohabitación entre visiones místicas y
políticas, y fue así que la casta Brahmán mantuvo su fuerte influencia sobre
los haberes de la sociedad en aquella parte del mundo. Ellos enfatizaban la
liberación (moksha) como algo individual, aunque ulteriormente todos formásemos
parte de un organismo colectivo que ellos entendían como una emanación
del Uno (Braman). El alma individual (atman) forma parte del todo (Braman), y
por eso se torna en fútil el buscar individualidad material y convencional en
esta tierra. Es obvio que el día de hoy la India se ha modernizado enormemente,
importando ideas de progreso material e individualismo occidentales. Pero
también es cierto que el componente espiritual permea a esta sociedad como a ninguna otra. Siempre
han existido sramanas, ascetas, ermitaños y habitantes de los bosques que se
han abstraído de la sociedad y sus complejidades.
Por su
lado la Grecia clásica tenia de todo, y no nada más visiones de que el
individuo podría ser únicamente refinado
mediante la polis e identidades
políticas. Pero el fin de esta civilización terminó con posiblemente uno de los
pocos experimentos humanos a pequeña escala. A partir de aquella experiencia
social se estableció el control de grandes grupos humanos por lideres fuertes
que hicieron del Imperio el común denominador civilizatorio. Pero hay que
agregar a esta mezcla al elemento religioso, que para los primeros siglos de
nuestra era ya se había fusionado con el Estado, transformado a las antiguas creencias animistas y politeístas en cultos
imperiales y de dioses antropomórficos, los cuales facilitaban enormemente el cauce de
la sociedad y de su futura indoctrinación.
La
historia occidental habla de la caída del Imperio Romano, el cual fue
sustituido por una especie de imperio religioso oscurantista autónomo. Este a su vez fue poco a poco cediendo su lugar (y poder) al surgimiento
nuevamente de instituciones políticas - lideradas por hombres fuertes, y en
algunos casos ‘divinos’- los cuales
mantuvieron la colectivización de las masas como
la base de su dominio. Con esto quiero
decir que la individualidad a gran escala no existió durante cientos y miles de años, ya que no
solo no era de conveniencia para los patriarcas, si no que socio-culturalmente
tampoco habían grandes posibilidades ni actividades en formas efectivas que abriera la posibilidad real para el desarrollo de narrativas individuales.
No fue
realmente hasta la Ilustración y la Industrialización (XVIII) que se abren
caminos de libertad individual a gran escala Siempre habían existido posibilidades de que algunos individuos no perteneciesen a grandes rasgos de las actividades que el común denominador de sus seguía sin mayor cuestionamiento Pero fueron los avances económicos y sociales de las clases medias lo que por fin emancipo a muchas nuevas personas en esta nueva Era de avances sociales de la modernidad.
La Ilustración justificaba el fin del antiguo régimen monárquico, abriéndole el paso al individuo a emanciparse mediante el uso de la razón, la cual era universal e intrínseca al ser humano. Por su lado la Industrialización cristalizaba estas ideas de corte filosófico-moral en lo económico, ya que el capitalismo como sistema se complementaba con realidades de corte material que aseveraban que la movilidad social, y la subsecuente individualización, podrían ser realidades tangibles para todos. A este nuevo esquema se tuvo que someter el nuevo tipo de liderazgo representativo que todavía hoy entendemos como ‘moderno’.
La Ilustración justificaba el fin del antiguo régimen monárquico, abriéndole el paso al individuo a emanciparse mediante el uso de la razón, la cual era universal e intrínseca al ser humano. Por su lado la Industrialización cristalizaba estas ideas de corte filosófico-moral en lo económico, ya que el capitalismo como sistema se complementaba con realidades de corte material que aseveraban que la movilidad social, y la subsecuente individualización, podrían ser realidades tangibles para todos. A este nuevo esquema se tuvo que someter el nuevo tipo de liderazgo representativo que todavía hoy entendemos como ‘moderno’.
Pero en
la practica seguía siendo muy difícil obtener esa libertad individual tan
añorada por algunos, ya que las nuevas sociedades solo habían cambiado las maneras
y los medios para su obtención. En ese sentido lo que no se cuestiono fue el modelo colectivo en si, que supuestamente seguía siendo la mejor
plataforma para obtenerlo. Es por eso que el sistema logro mantenerse como
forma de control, ya que solo en la teoría se abrían espacios de representación
para la individualidad.
Es en
ese sentido que la sociedad en masa transito a una sociedad del consumo. Los
lideres buscaban caminos que prometían la emancipación individual, aunque en realidad
no creyesen, ni mucho menos les conviniere.
¿Que función tendría la burocracia en un mar de individualidades sin ninguna
meta colectiva? La intermediación de cualquier tipo se justifica mediante el
control de variables que solo tienen sentido en colectividad. Es por eso que la
búsqueda eterna de la burocracia es evitar el ser redundante. Y no fue hasta la modernidad, por lo menos en
occidente, que abiertamente se hablo de la individualidad como una posibilidad
social, pero generalmente de corte materialista. O sea, a nadie le convenía que
los individuos huyeran de la sociedad como alguna vez hicieron los antiguos
escépticos y epicúreos en el antiguo mundo helenístico. No, el individuo moderno solo se cristalizaría
como tal mediante los mecanismos
colectivos determinados para el, y fue así como se mantuvo el control y ‘progreso’
de las sociedades occidentales.
Este
esquema obviamente se mantuvo hasta la época
en que surgió la famosa ideología llamada el Neoliberalismo (1980), la cual
supuestamente ofrecía ahora si por fin los caminos sociopolíticos y económicos
para lograr la competa libertad individual. Estos en la practica incluían la
disminución de la participación del Estado en la economía y de la injerencia de
cualquier otra variable social en la misma, en esa búsqueda de las personas que
ahora se postulaban como racionales y utilitarias, en lo que a necesidades individuales refería.
La
modernidad había sido un fenómeno principalmente europeo, el cual no solo incluía
reformas sociales que permitieron la representación política, si no que también
se desarrollaron sistemas legales, tecnológicos, de salud, transporte y demás tipos
de comunicación que permitieron el nacimiento del mismo Estados Unidos como concepto.
Pero lo interesante de la nación de las barras y las estrellas es que no solo
tomo la batuta de la modernización del mundo en el siglo XX, si no que este
país se juro como la supuesta nueva forma de obtener esa individualidad tan
añorada, la cual según ellos, Europa había obstaculizado por la permanencia de
estructuras anquilosadas de poder.
Es por
eso que USA se avocó a cementar a la
movilidad social meritocratica como la base y lubricante de su colectividad.
Esto quiso decir en la practica que muchos lograron salir de la pobreza por si
mismos, y esto creo un espíritu empresarial y competitivo como nunca antes. Pero esto no evitó las concentraciones de poder que siempre han
sido la piedra en el zapato de nuestra especie, y el sistema fracaso a
principios del siglo XX con la Gran Depresión del 29.
El haber
experimentando con el socialismo fue un retroceso en ese afán de individualidad
tan añorada por muchos, y fue por eso que el estado socialista benefactor se
desmanteló con la implantación del neoliberalismo. Para 1990 el discurso social se había transformado,
ya no solo en el sueño americano de estatus y competitividad de los grupos, si
no que se desplazó hacia el individuo y sus deseos y fantasías. Filosofías como
las de Ayn Rand legitimaban el egoísmo radical. Es por eso que el
establecimiento del individualismo radical como
discurso socio-político, cultural y económico se volvió la obsesión de muchos.
El final
del milenio pasado observó el inicio del afán concertado de EUA de buscar la
individualidad para toda la especie, pero esta vez seria obtenida mediante la
difusión a gran escala de las bondades que la cultura del consumo ‘ofrecía’.
Esto quiere decir que en la practica el control se volvía más sutil. Y en este
caso, ya no era tanto el Estado, si no la iniciativa privada y la nueva
oligarquía financiera y mediática la que estaría al frente para hacer de este sueño y fantasía material
la base de la globalización, la cual tenia como ingrediente principal la
exportación de la ‘democracia liberal’ como fundamento de la política exterior
y de expansión del imperio. Un mundo cada vez más interconectado fue uno en que
las ideas occidentales de libertad individual y consumista se hicieron la base
de lo que hoy entendemos como la occidentalización de la cultura global.
Lo que
subyace a todo esto es que la modernidad se transformó en una imposición de una
forma de vida, que en el caso de EUA se había simplificado a la liberación de
otros de sus antiguos regímenes, para de ahí buscar lograr imponerles una cotidianeidad
de consumo y de crédito. Todo esto se vendió, y se vende, en el supuesto interés de la libertad
individual la cual era supuestamente buscada por todos, aunque se tratase de
culturas muy lejanas y diametralmente distintas, incluyendo el hecho de que
estas por milenios han sido fundamentalmente
colectivistas.
Y es
aquí en donde para mi recae el choque principal de las civilizaciones
contemporáneas. El antiguo sueño de libertad de la Grecia clásica era el de
refinar a la sociedad, pero no de buscar invadir su mundo privado en búsqueda
de su supuesta emancipación. ¡Y es por esto que paradójicamente no solo el Estado
creció en el mundo contemporáneo, si no que las necesidades de dar esta libertad
a otros le permitió a los poderosos reforzar
más aun su mando sobre la colectividad en su afán de liberarla!
La
crisis de paradigmas en occidente se resume en el hecho de que muchos otros en
distintas latitudes les han comprado la modernidad a medias, excluyendo al
individualismo radical de la ecuación. Es innegable que la ciencia, la
tecnología y demás avances culturales de
occidente son muy buenos. Pero también es cierto que no a todo mundo le
interesan todas las practicas culturales de occidente. Y mucho menos les
interesa el que se les trasplante una cultura individualista radical en lugar
de lo que ellos han sostenido por milenios.