Algunos pueblos antiguos correteaban a un diablito en las calles. El sacerdote les ofrecía una figura 'maligna' (chivo expiatorio) en donde depositar sus enojos, con lo cual se lograba la unidad del grupo alrededor del culpable en una especie de magia colectiva.
Dicho ritual en la era de masas televidentes tiene un efecto propagandístico, ya que la TV mueve a mucho más gente que un simple cura. El malo de la película es Donald Trump. Los constantes ataques mediáticos en su contra, que ahora suman la novedosa aparición en las calles de una obesa, desnuda, y ciertamente burlesca estatua, irónicamente hacen que veamos a su contrincante como menos peor, o hasta mucho mejor.
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