El hecho que Donald Trump sea político y al mismo tiempo empresario ciertamente representa un conflicto de interés para la sociedad que representa.
Pero la participacion política del empresario estratégico mas rico del mundo -Elon Musk- es un conflicto de interés mucho mayor, ya que a diferencia de Trump, Musk dedica la mayoría de su tiempo a sus negocios, los cuales encima de todo están siendo beneficiados por su investidura.
Y no me refiero al hecho que corporaciones estratégicas como la suya han contado desde la antigüedad con el apoyo y financiamiento directo del Estado.
Me refiero mas que nada el hecho, que antes de formar parte del gabinete actual, Musk ya había hecho dupla con Trump para dar el golpe de Estado a Evo Morales en Bolivia en 2019, país que cuenta, junto con Argentina, con una de las principales reservas de litio del mundo. Al ser cuestionado por los medios en torno al golpe, Musk declaró abiertamente que "darían un golpe de Estado a cualquier gobierno que se negara a entregar sus recursos naturales".
Es en esa misma línea que la dupla Musk/Trump se reactivó el año pasado para brindar apoyo mediático directo -con la entrevista mas vista de todos los tiempos- al en ese momento todavía candidato Javier Milei, bajo el lema "make argentina great again" en una flagrante e ilegal injerencia en la política de un país lejano.
Misma dupla que no hizo mas que reforzarse con el apoyo mediático politizado de la red social "X" para Trump, aderezado con el financiamiento de la campaña del ahora presidente, que en convenenciero agradecimiento ahora empodera al polémico empresario de las fantasías marcianas y los saludos fascistas.
Por eso es que invito a reflexionar en torno a ese contubernio político-empresarial que acontece frente a nuestros ojos.
En el papel a Musk le toca la secretaría de eficiencia y reducción de costos; pero en la realidad está ahí para ayudar al Estado a instaurar el nuevo orden digital estratégico de control social -de sustitución de mano de obra por robótica e inteligencia artifical, y de monedas e identidades digitales-, todo mientras junto a su santo patrono se enriquecen fuera de toda proporción civilizada, amparados en la red social "X" como antídoto al fake news de los supuestos cocodrilos que amenazan las puertas del castillo.
