Sunday 26 October 2014

Canadá se endurece

“Nuestras leyes y poderes policiacos necesitan ser fortalecidos en áreas de vigilancia, detención y arresto”


Stephen Harper (1959-) Primer Ministro de Canadá


El revuelo mediático en torno al tiroteo en el Parlamento bastó al gobierno canadiense para consolidar el Estado policiaco que venía tomando forma hace algunos años.

El miércoles pasado, dos días después de los atentados en que murió una persona y se atacó al Parlamento, la clase política, liderada por el partido conservador de Stephen Harper, aprobó la legislación C-13. Esta nueva ley permite al gobierno intervenir comunicaciones telefónicas y digitales, ese tipo de prácticas que ahora son comunes en Norteamérica. Sólo faltaba que aprobasen algo como lo que México y EUA ya tienen, para que se concretará la alineación en materia de ´espionaje legal´ tan añorada por Washington para el control de la región.

Fue la intervención en Afganistán la que inició el involucramiento canadiense en asuntos y discursos de cambio de régimen que le son característicos a EUA. Después, vino la participación en la guerra en Libia de 2011, y ahora el apoyo militar en contra de ISIS en Siria. El discurso del terrorismo como arma política tenía rato cocinándose en Ottawa.

Tomando en cuenta este contexo, es probable que los ataques de la semana pasada si tengan que ver con el resentimiento de los agresores, ya que se les logró identificar como extremistas islámicos. Comoquiera que sea, eso no implica que los atacantes sean parte de grupos fundamentalistas domésticos o extranjeros, algo que los medios de comunicaci ón omitieron durante su cobertura. En ese sentido, el gobierno debe extremar precaución, ya que criticar al Islam equivale a afectar la cultura del segundo grupo religioso de la nación (3.5% de musulmanes).

Ya sabemos que los gobiernos hacen uso de hechos aislados para justificar la imposición de políticas públicas impopulares. Que mejor evidencia de ello que los resultados de la encuesta llevada a cabo por Forum Research en junio de este año. La empresa publicó que 73% de los canadienses estaban en contra de la legislación C-13 que se acaba de aprobar. Entonces, si ya sabemos como son los políticos, mejor pasemos a indagar el por qué de la coordinación entre Washington y Ottawa en asuntos de seguridad.

Lo primero es que las conductas suelen replicarse también a niveles gubernamentales. Esto sucede especialmente cuando hay ganones en las altas esferas, como es el caso de la industria armamentista y la de vigilancia, en si, todo lo que entendemos como militarismo. Ulteriormente, los enemigos permanentes siempre le han convenido a los del poder.

Lo segundo es que existen intereses de las grandes empresas canadienses, en lo que tiene que ver con los recursos que les son necesarios para mantener sus niveles de ingresos. En pocas palabras, existen corporaciones trasnacionales domiciladas en ese país –como las mineras–, que se comportan como cualquier otra de alcance global.

Lo tercero es la relación comercial y económica con EUA, la cual se ha venido reforzando desde la firma del TLC. Aquí cabe mencionar que existen proyectos conjuntos para la explotación y la distribución de petróleo, como lo es el plan para conectar al oeste canadiense con la salida texana al Golfo de México mediante el oleoducto Keystone XL. Asimismo, está la intención de Harper de aliarse con Washington mediante el Pacto Transpacífico (TPP), el cual, de cristalizarse, otorgará más poderes a las corporaciones de ambos lados.

Lo cuarto tiene que ver con la seguridad fronteriza y el discurso del terrorismo que ha infectado al liderazgo canadiense. El cambio de la política para el ingreso al país ya lo conocemos, ya que hace unos años se nos empezó a exigir visa a los mexicanos hasta para transitar por los aeropuertos. Esto responde, por un lado, al miedo que impregna al tipo de político conservador, que prefiere tener las puertas bien cerradas. Por otro lado está la migración. El país fundador del multiculturalismo ya no quiere a más gente de la que ya tiene.

La perpetua amenaza terrorista le ha servido a Washington para legitimar su presencia en regiones repletas de recursos como Medio Oriente. Además, esto le ha facilitado la imposición de medidas de ´seguridad´ domésticas, lo que en el argot del realista se llama Estado policiaco. La síntesis de todo esto significa más militarismo y más austeridad pública e impuestos del contribuyente para solventarlo, epidemia burocrática que también ha contaminado al país de la hoja de maple.

No comments:

Post a Comment