Saturday 10 December 2011

La lucha egoica por una figura patriarcal con autoridad en México




Todas las luchas de  poder por  el máximo puesto en  la jerarquía política de una nación están llenas de intrigas. Esto por el hecho de que -en términos freudianos- el ejecutivo o  representante de cualquier comunidad equivale a la vez una figura patriarcal y un ego ideal para la agrupación que se encuentra bajo su mandato. El ego ideal es la proyección de admiración que  desarrollan sus miembros para con el líder del grupo. Ellos subliman el enojo de ser gobernados y limitados en sus necesidades  e impulsos humanos  aceptando una cabeza que los organiza de forma común.  En este sentido, los lideres religiosos y políticos a través de la historia enarbolan esas características, independientemente de las funciones y del discurso de cada uno.


Los lideres, en esa línea, no solo lo son en  autoridad, si no que también en estructura. Esto quiere decir que la cabeza suele ser quien organiza, a la vez que consolida el orden simbólico que precede. En pocas palabras, el líder político establece el respeto y la indoctrinación social, así como el Cardenal, Obispo o Papa es el eje de consolidación doctrinal de la feligresía. En ellos se concentra la figura de autoridad desde donde se perpetua cualquier conjunto de ideas que busquen homologar a cualquier cantidad de grupos de personas bajo una misma cosmología o idiosincrasia.


Comoquiera que sea el sistema  republicano (con un pueblo libre gobernado por representantes bajo un régimen legal y racional) es la  forma   mayoritaria de organización social humana.  Pero esto no quiere decir que siempre fue así. En muchos casos se tuvo que experimentar primero  con una forma social en donde la religión dominaba el mundo publico y privado. En ese sentido, la religión sentó las bases patriarcales de control.


Pero la evolución a los estados de derecho sancionados por ley no prescinde de lideres patriarcales, ya que estos siguen siendo los jefes de la tribu en el sentido sociológico, y los acumuladores de proyecciones individuales de cada miembro de la población, en sentido psicoanalítico. Esto quiere decir que el representante tiene el poder para configurar lo que simbólicamente determinara (identidad nacional, valores comunitarios, sistemas legales, normas y regulaciones) a cada colectividad en cuestión. Y aunque la ley y el líder electo popularmente no necesariamente son y representan  lo mismo, es generalmente el ejecutivo el que debe supuestamente hacer que la ley sea lo  que impere dentro de la jurisdicción comunitaria  y política que le corresponde.


La ley puede entenderse como una de las invenciones socio-culturales mas refinadas por la humanidad. Pero la ley esta metafóricamente encima de la ciudadanía, como una nube abstracta de conceptos, que debe ser ‘aterrizada’ directamente en la practica publica. Aquí es generalmente el ejecutivo el que representa la legalidad y la civilidad comunal, aunque hayamos separado un poder judicial para prevenir los abusos de una sola persona.  En pocas palabras, el ejecutivo debe reflejar un estado de derecho, y para eso debe de tener autoridad para lograrlo. Esta se obtiene con el respeto, la tradición, el carisma o la elección popular. Pero la forma mas importante de lograr cementarse como líder también en lo simbólico  es respetando la ley. Y para eso se necesita una cabeza fuerte, pero en esos términos, y no necesariamente de forma violenta como la ley marcial, o la ley ‘del estado soy yo!’ de Luís XIV. Los griegos llamaron al reflejo de un orden legal en la practica - la ‘Isonomía’-, en donde los de arriba y los de abajo están unidos por la sujeción y el respeto a las leyes.


En esta línea, los ‘hombres fuertes del poder’  han evolucionado, del tener todo el control y el poder bajo su hombro, a la gradual descentralización del poder en la imagen del pueblo  soberano que es coparticipe de la gobernabilidad de la sociedad mediante la razón y la ley. Pero esto no excluye la necesidad de haber tenido que, casi de manera  forzosa, el haber vivido bajo regimenes totalitarios o quasi-autoritarios, para decir que es ahí de donde provienen y surgen las formas de gobierno que hoy  nos rigen.


Y es por eso que para entender el líder único podemos hablar brevemente de la transición de las sociedades religiosas de un esquema politeísta (muchos dioses) a uno monoteísta (un solo dios).  Los sistemas religiosos  monoteístas centralizan el poder divino - y su contraparte mediadora humana- en una representación única. Y una de las características de la transición de muchos dioses a uno solo  es la lucha de poder que se dio entre los que defendían dioses particulares y los que querían solo uno. El monoteísmo es la coronación violenta del triunfo de un ídolo sobre los otros. Es por eso que quienes  detentan una deidad, y ulteriormente triunfan sobre  otras, logran el poder absoluto.


Entonces podemos tomar un poco de la historia de México para poder hacer juicios plausibles en relación a la falta de autoridad que portentan nuestros lideres políticos actuales.  El antiguo Imperio Mexica era liderado por el Tlatoani - figura que combinaba funciones religiosas y de estado - que puede decirse que a grandes rasgos pudo haberse convertido aun mas en una especie de figura autoritaria en el camino hacia una unidad de pueblos semejante a nuestro  concepto contemporáneo de nación. La nación mexicana que ulteriormente cristalizó lo hizo por causas y  elementos ajenos (Colonia Española con su versión de monoteísmo correspondiente) que es muy probable que haya  dificultado la proyección y el emplazamiento de una figura de autoridad – egoica y paternal-, lo suficientemente respetada por  tratarse de un nativo de la misma comunidad que encabezaba, o por lo menos por ser de una de extracción étnica mucho mas similar a lo que ya había, que lo que era aquella ajena  etnia europea. Lo que resulto de nuestra independencia de 1821 fue un caudillismo, el cual se mantuvo durante el periodo posrevolucionario, escondido detrás del ejecutivo PRI-ista ‘legitimado’ por nuestro voto.

La autoridad en México no se logro como en otros lugares, ya que la lucha de poder que lleva a una sociedad del politeísmo al monoteísmo al estado-nación no se dio de forma domestica, lo cual posiblemente  nos privo  de una coherencia y homogeneidad, que facilitara la futura gobernabilidad mediante la transición a un estado de derecho propio. No solo fuimos robados de nuestra identidad y sociedad indígena durante la Colonia, si no que también de la posibilidad de que ese mismo mundo autóctono   - invadido y colonizado - se trasladase lentamente a su forma propia de control y respeto en la imagen de su propia figura de autoridad paternal.


Es por eso que lo que yo veo hoy no solo es una lucha del poder a la vieja usanza, si no que también creo que seguimos en esa búsqueda de establecer, por fin, una figura egoica que podamos admirar y por ende seguir para nuestra gobernabilidad. Esta falta de figura con autoridad, es a mi juicio,  la culpable de la excesiva corrupción que nos estanca. Pero creo que también es la gran culpable de que el estado de derecho no sea ni aceptado, ni comprendido, ni puesto en practica por grandes tractos de nuestra población. Además creo que es enormemente responsable de la no posibilidad de eliminar la religiosidad de la política ni del espacio publico, en nuestra lucha por establecer un país laico y moderno como  valuarte de racionalismo, y de un respeto de la legalidad – mismo que se obtiene al extirpar del espacio publico los mitos y leyendas que obstaculizan su instauración.  Nuestra fachada es católica, pero la realidad es que esta religión se practica de forma sincrética y politeísta por muchos, que  posiblemente  busquen salvaguardar algunas formas de creencia ancestral. Las heridas de  la súper-imposición religiosa ajena no han terminado de sanar. Que mejor ejemplo de esto que la comunidad Chamula de Chiapas.


El PAN tuvo buenas intenciones políticas en esa búsqueda de consolidación de la figura paterna y autoritaria, la cual creyeron que mediante el sufragio obtenían. Pero en la practica se toparon con un país dividido en facciones legislativas, militares, sindicales, mediáticas, partidistas, de creencia, etc., que les impidieron ese emplazamiento que tanto añoraban. Por eso creo que es muy plausible decir que la militarización como opción fue la mas fácil que tomaron, primero Fox, pero mas claramente  Calderón, en esa búsqueda de consolidación egoica y paternal para México. El estar al frente  de un estado ‘fuerte’ en ese sentido concentra aun mas el poder investido en la figura del ejecutivo, que se vuelve comandante en jefe de una enorme fuerza militar. La gran ironía es que lo militar antecede en muchos sentidos a lo religioso en cuanto a organización y control social se refiere. Y en esa línea la consciencia colectiva que resulta de esa forma de gobierno castrense es arcaicamente ilegal y violenta. La gente no entiende la ley a golpes, y mucho menos si sus lideres tampoco la respetan.

Pero no podemos dejar de un lado  el reciente acercamiento - y reivindicación legal en el espacio público - a la curia católica, en el afán de restaurarle ciertos poderes a la Iglesia. El conservadurismo político no solo esta  cerca de lo militar, también lo esta cerca de lo religioso, porque como ya se explico, este tipo de institución tiene amplia experiencia con el patriarcado y con las figuras de autoridad en la consciencia social del pueblo. Pero lo mas peligroso es que al recurrir de forma conservadora a la Iglesia con fines políticos es debilitar aun mas  -paradójicamente- a la figura del ejecutivo, y ciertamente al estado laico y de derecho, que facilita la funcionalidad legal y de desarrollo racional del país.

No solo es por falta de educación que no entendemos lo civil y lo moderno. Seguimos peleados con nuestras formas de representación y sus fines.  Nuestras cabezas son débiles. Y nuestro individualismo y falta de atención a la ley pudiera interpretarse psicológicamente como una afrenta a un padre que no hemos aceptado.

Friday 9 December 2011

La mentalidad del mexicano (viveinteligente.org)

Es difícil de determinar si todo la gente piensa lo mismo, y para eso, mejor inventamos las identidades colectivas. Entonces podemos tener una mentalidad y juicio propio, a la par que se comparten ideas comunes, mediante la homogeneidad cultural que nos da la vida en sociedad. En esa misma línea el lenguaje, los valores, la religión, y otras estructuras han funcionado para cementar lo que somos, o por lo menos lo que para algunos debería seguir uniéndonos en estos tiempos.


Nuestro caso mexicano de individualismo extremo, representando muy bien con el dicho ‘del zaguán para mi casa’ ha sido muy pronunciado recientemente, en momentos en que la república se esta perdiendo por nuestras incongruencias civiles y que se requiere mas que nunca ‘de jalar parejo’. Es entonces cuando se vuelve necesario analizar el porque del fracaso de nuestra cultura para afrontar, no solo el pésimo trabajo de representación política que estamos evidenciando, si no que también la falta de una comunidad sólida, que pueda solventar por si misma esta confusión y suplicio generalizados por el que pasamos, y buscar hacerlo sin la ayuda de algún nuevo pastor que siga tratando de vendernos falsas ilusiones con fachada de grandes ideas colectivas.


Entonces se antoja interesante el tratar de ingresar a las profundidades de nuestra psicología social, buscando con esto el comprender como es que esas supuestas ideas e ideologías por las cuales nos regimos han fallado en su postura original de unirnos. Aquí abiertamente posiciono sobre la mesa a los grandes mitos como la excesiva injerencia de la religiosidad en el mundo publico (conste que no la critico como apropiación privada y personal) que, hasta cierto punto, no logran permitirnos el avanzar a un nivel colectivo de racionalidad, donde por lo menos el centro de gravedad social gire en torno a la auto-critica, y por ende a dudar la gestión del gobierno y de algunos de sus programas sociales – que pudiéramos fácilmente tachar de abierto populismo.


Más aun, se vuelve obvio a estas alturas, el darnos cuenta que la mentalidad del mexicano esta anquilosada en niveles de consciencia que no le permiten trascender su propio ser, el cual cuando mucho entiende al otro como parte de una feligresía que también esta en el afán de ser salvado de un mundo y un país injusto.


No. Yo creo que no es posible tener una mentalidad alterna si no nos damos la posibilidad de abrirle espacio psicológico y racional a la misma. Es por eso que la labor del Estado mexicano ha sido infame en lo que le corresponde en cuanto a brindar una educación nacional de calidad, que le permita al mexicano el tener alternativas de estructura mental, para así poder activarnos en la consolidación de ese orden moderno que tanto hemos luchado por consolidar desde la independencia.


Y en esa línea podemos darnos cuenta que existe un interés de no hacerlo. Ejemplo de esto pudiera ser las declaraciones de la hija de Enrique Peña Nieto al tratar de defender a su iletrado padre de los embates de un publico medianamente despierto. En estas declaraciones pudimos observar – todavía, a estas alturas- el abierto racismo, clasismo y elitismo que fueron y que son característicos del legado colonial de casi cinco siglos.


Nuestra mentalidad, estimado lector, debe buscar la mejora y la transformación de si misma, ya que la única cosa que busca perpetuarse como tal, evitando el cambio, suele ser esta misma, dado que es trabajo del ego y la identidad individual y colectiva el mantenerle así. Pero lo triste, o lo posiblemente liberador si solo lo reconocemos como tal , es que las cosas cambian en todo momento. Por eso el mantenernos iguales sin modificar nuestros patrones de pensamiento, no solo es ingenuo, si no que es potencialmente destructivo para la sociedad en su conjunto.


La educación no solo sirve para transformarnos y para comprender como funciona el sistema que nos rige. Es también una herramienta fundamental en la búsqueda del aprendizaje y la realización de que somos primero que nada una comunidad humana, y que hay que respetarnos como tal. De ahí nos puede ayudar a pasar a la construcción – ahora si por fin- de una patria funcional – que comparte un espacio publico – y que este debe de respetarse mediante la ley y los acuerdos comunitarios ya existentes.

Global-es / Del Ego a la Trascendencia...

Wednesday 7 December 2011

La mentalidad y la defensa de lo Real



Hace no mucho tiempo atrás que esta comunidad practicaba la costumbre  de tildar de forma peyorativa a cualquiera que se mostrarse en contra del orden social de las cosas, mismo el cual  para muchos ya mostraba pronunciadas fracturas en muchos  sentidos. Con esto me refiero a la criticas en referencia  a la corporación como forma de organización social - en conjunto con el Estado y su política -, que en muchos casos evidencian relaciones de lealtad feudales que ponen en entredicho la sana delimitación de los espacios públicos para el operar de una patria relativamente democrática y republicana.

En esta línea, cualquier individuo o grupo de personas que proyectasen una mentalidad critica  eran tachadas de inconformes, de izquierdozos,  y en algunos casos hasta de anarquistas. Curioso es darnos cuenta como el día de hoy mucha de esta vociferación ha sido mitigada por una mentalidad que esta cambiando, resultado de la crisis y la ruptura de paradigmas globales de los cuales estamos siendo  testigos. 

Es por eso que me gustaría concentrarme en el concepto de la mentalidad colectiva, y como en muchos casos, esta suele ser el resultado de una forma de vida relativamente funcional para las mayorías. Mucho de esto sucede aquí, y en otros lugares del mundo, por el simple hecho de que el centro de gravedad de la psicología social del ser humano tiende hacia el conservadurismo. En pocas palabras, las mayorías prefieren el orden establecido y la estabilidad lograda, aunque eso mismo no sea necesariamente lo mas apropiado o justo para todos, incluyendo las minorías que puedan estar sufriendo  o en simple desacuerdo.

Para entender como se logran anquilosar las grandes ideas o verdades que consolidan lo que somos o lo que creemos, y que justifican y legitiman el como vivimos, podemos colocar el concepto de ‘Discurso’. Este incluye las formas lingüísticas, reglas, convenciones, y o normas para regir el supuesto cauce de nuestra civilidad y progreso. Estas suelen rebotarse entre nosotros de forma horizontal, pero ulteriormente emanan del orden institucional, mediático y político que consolidan el supuesto ‘Pacto Social’ bajo el cual nos organizamos  como colectividades. Esto se conoce bajo el nombre de 'Hegemonía Cultural'.  Como ejemplo de esto menciono que el discurso medieval era el religioso, el del Renacimiento estaba relacionado con el de los descubrimientos y del espíritu académico, el absolutista europeo en su justificación bajo el derecho divino del monarca, y el discurso moderno que se establece a grandes rasgos en base a la razón, la técnica, las libertades republicanas – así como de una económica liberal con su respectiva cultura del consumo -  todo bajo el control de los ciudadanos libres que conforman la iniciativa privada.

 En ese sentido cada época denota características especificas por el hecho de que en ese momento histórico cada comunidad, región o país se rige por un bloque discursivo  histórico que lo justifica en si y para si mismo. Siguiendo esta lógica podemos decir que en general el discurso es efectivo si las condiciones que lo reflejan en la practica hace que este sea recibido de forma positiva por los que se rigen socialmente y que son gobernados bajo el.

Entonces podemos también decir que cada época que se vive como real se conduce en esa línea, porque su tripulación  piensa y cree que esto es lo más apropiado para el momento. Pero eso no quiere decir que todo mundo siempre este de acuerdo; los discursos pueden ponerse en duda por efectos inesperados y no calculados en un inicio. Pero lo que termina desprestigiándolos es que la base material que los provee esté experimentando una crisis fundamental y estructural, que haga que ese discurso pierda sintonía con esa realidad que supuestamente sostiene. Esta posibilidad suele ser en general mas perceptible y evidente para ese pequeño grupo de personas escépticas que hoy comienzan a ser escuchadas,  que comoquiera que sea, comúnmente giran en torno a la duda sobra la 'perfección' de los discursos, cualesquiera que estos sean y por las razones que se busquen ser perpetuados.

El mundo contemporáneo al parecer es evidencia de una crisis de paradigmas civilizatorios. Con esto me refiero a la crisis económica, la política, la financiera/crediticia, y la de valores culturales y de funcionalidad social con la cual nos enfrentamos en nuestra civilización, y con los cuales nos estamos acostumbrando a vivir. Es por eso que estamos entrando en una etapa nueva de cuestionamientos.

Nuestra mentalidad esta compuesta de verdades relativas que nos hemos platicado y que nos hemos creído, y que convencionalmente pusimos en practica para esa manutención de la ‘realidad’ con que aceptamos que vivimos. Se dice que es ‘verdad’ porque es lo que a grandes rasgos nos hemos dicho que es así.  De ahí la dificultad para las alternativas y cambios.

Es por eso que se vuelve menester el decir que aunque creamos que la realidad que se vive es imposible - o muy difícil de cambiar - lo más determinante es decir que esa misma realidad algún día se soñó y se gesto con una intención duradera como tal, siendo imaginada desde una perspectiva idealista, para finalmente poder ser llevada  a la practica, en donde muchos estarían de acuerdo con ella. Toda realidad  alguna vez fue ilusión y sueño. Y toda ilusión se imaginó en momentos en que su  realidad más cercana era la que se estaba trascendiendo por  estar  fuera de tono con eso mismo que alguna vez la justifico, y hasta la legitimo para nosotros. Hoy se esta  abriendo la posibilidad de disputarle.

Conceptos que nos rigen hoy como la república, la democracia, la constitución, las libertades civiles, etc., alguna vez fueron propuestas por idealistas que se arriesgaron a hacerlo en contra de una realidad supuestamente operacional e inamovible. Es por eso que hoy es un gran momento para proponer ideas y cosas nuevas, para buscar trascender lo que hoy nos obstaculiza el crecimiento como personas y sociedades.

-juan carlos guerra, diciembre 7 , 2011



Tuesday 6 December 2011

The misuse of power and the bastardization of discourse


Constructing rational and linguistic lifeworlds with the intent  of mirroring our most pressing material realities is not only a human trait, it is a practice that has been successfully transposed to articulate the legimitations of political societies throughout global history. But the irony is that the more complex a group becomes, the more elaborate its justifications for homogeneity need to be. So our ideas of social harmony and cohesion lie within a balance of alternatives - between what exists and what can be achieved – collectively.

In this regard we could position the claim that certain nations’ ways of life, ethics and morality has been perennially utilized to justify the meddling by our representatives – governments and their extensions - in other countries and regions around the world.

For an example look no further than the once isolationist United States of America. The USA imperiously turned outwards once it realized that its goals of growth, progress and freedom could not be met with the available domestic resources. In this sense, empire (at the onset) was not a planned outcome of foreign policy, but became one as the natural result of social needs that needed to be continuously fed in order to perennially legitimize the American way of life and its cultural representation.

This context serves to posit the USA’s military ventures abroad –epitomized in the attached video- that seem to suggest and reinforce the idea that their values of liberal democracy and free markets are being squandered because of the real intentions of power that lay beneath its eagerness for a multifaceted interference around the world but which real workings are now being uncovered by the Internet.

There is nothing new to contravene claims of a political world comprised of states which main goal is to use globalization for the perpetuation of their own specific ethnic and national identities. Hence, realizing how international politics operate is more a matter of acceptance. Once we have accepted how reality functions and is shaped by states we can propose alternatives. In this particular case the video attacks the hypocrisy of a national identity –represented by the US flag- that is basically being waved as a justification for a common imperial mentality that has aggressively overdosed on violence both locally and internationally. A mercenary army everywhere is gobbling resources up, and it safe to say that it is only superficially aware of its participation in a much greater game that transcends mere army briefings. The US flag here could be seen as the epitome of the bastardization of a discourse of liberty and human civilization. What are they fighting for besides the obvious?

‘Justice is peace’ elicits the narrator in the video. In a globalised human community what happens with one nation does not pertain to itself in isolation. What could be simpler to understand but simultaneously so difficult to implement by the architects of a declining power like the United States of America? 

-juan carlos guerra, dec 6th 2011

Monday 28 November 2011

Una Segunda Era Axial de Espiritualidad


 
'Cuando el conocimiento consciente de nosotros mismos se transparenta en función de nuestra  participación en un universo siempre emergente, reconocemos que nunca hubo separación desde el comienzo  -- todos emergemos en comunión en cada momento, contenidos dentro de la unidad de un universo en continua regeneración.'
-Duane Elgin-




Si los comienzos de la civilización (Sumeria) representaran el inicio de la consciencia colectiva de las sociedades, visualizado en justificaciones cosmologicas para su cultura, la ‘Era Axial’ (800 a 200 A.C.) seria el momento en donde abrimos una rendija para desarrollar el autoconocimiento  y por ende de donde surge la idea de la individualidad con su dosis de ego correspondiente. Lo ‘axial’ representa el parte aguas de cómo las cosas se hacían antes y después de ese momento. Con esto me refiero al hecho de que esa etapa axial marca para algunos historiadores y académicos una época en donde básicamente se estructuran las grandes ideas que justifican la organización social bajo la cual hasta el día de hoy nos mantenemos unidos como colectividades: La ciudad, el lenguaje y la tradición escrita, la religión organizada y el Estado político.

Estas realidades tangibles surgieron, entre muchas razones, para darle coherencia y homogeneidad a una enorme cantidad de tribus que lograban una estabilidad espacio-temporal gracias a los avances tecnológicos que permitían el desarrollo de centros urbanos bien aceitados por una cultura propia - reflejo de la aglomeración de dialectos similares, ejércitos, burocracias, sacerdocios, normas sociales y sistemas legales, y el comercio. Importante para la obtención de este orden era la implementación de una serie de directrices formales que buscaban trascender la poca o nula motivación - en reglas y normas - que pudiesen haber caracterizado a las anteriores sociedades tribales que hacían de la guerra contra el otro, al diferente, su manera natural de actuar.

La nueva moralidad y ética defendía la grandeza de la etnia y comunidad en cuestión, y le daba un que hacer común en el tiempo; las sociedades se hicieron lineales y temporales. Al sistema no le sirven las individualidades, y es por eso que el ego colectivo se organiza mejor bajo la razón del patriarca de Estado y la religión colectivizante en turno. De alguna manera esto también se convirtió en la piedra fundacional para los grandes discursos y narrativas que formarían la base de las sociedades por venir.

En el caso religioso, esta era axial vería la apropiación de grandes ideas espirituales transformándolas en las justificaciones de poder para los sacerdocios y los Estados. Un ejemplo de esto fue el mensaje del Buda - mismo que pudiera interpretarse mas como una filosofía de vida, una psicología o un racionalismo - para terminar convirtiéndose en la garantía intelectual para una religión de Estado mucho mayor, como el ejemplo de Ashoka y su imperio Maurya lo constata (260 A.C.) Ashoka tomo las creencias budistas para enarbolar la expansión de un imperio al norte de la India que logro salpicar con su novel contenido discursivo grandes partes del subcontinente, incluyendo el hoy Sri Lanka, y en regiones fuera del mismo, como Asia Central. Este ejemplo es similar a lo sucedido con otros filósofos (maestros espirituales) de la era axial como Lao Tze –que fue tomado por la 1era dinastía Han China para legitimar su orden imperial-, así como también Zoroastro, que formo parte de las bases religiosas del Estado de la antiguo Imperio Persa.

Otra de las características de esta apropiación de ideas espirituales para convertirlas en religiosas fue la sublimación de muchos politeísmos y magia para tratar de convertirlas en explicaciones alternas para las divinidades y demás seres supremos que apoyasen indirecta o directamente al líder de la comunidad o imperio. Ulteriormente comenzaba una etapa de transición a un monoteísmo en donde inventábamos la necesidad de proyectarles a los dioses características humanas y éticas que resonaran con nuestras necesidades aca abajo. El bien y el mal como proyección representa, y puede ser equivalente, a esa lucha egoica interna de los individuos así como de las colectividades. Es por eso que el patriarca busco apropiarse del discurso religioso con el afán de ponerse al frente de todo y colectivizar el ego para llevarnos a todos hacia fines específicos.

Los mitos ahora son escritos. La mente simbólica de la comunidad se construyo con el control del lenguaje y las expectativas sociales de sus habitantes. Ahora nos justificamos ante un dios ético que por fin trascendió al mundo convertido en justiciero. Mucho de esto se logro gracias a que el hombre termino subyugando a la emancipada mujer del periodo de la horticultura que la había visto surgir como una pieza mucho mas que funcional para aquella antigua sociedad en los albores de la agricultura. El elemento femenino en debacle incluiría gradualmente también a la madre tierra, que comenzaba a ser controlada por un hombre cada vez mas ambicioso.

Por eso las sociedades axiales son urbanas, individualistas (y grupales), y depositan mucha energía en una cosmovisión espacio-temporal que las consolide y las reivindique. El legado de eso puede ser visto el día de hoy, todavía, con la defensa a ultranza de los sitios ‘sagrados’ de las religiones judeo-cristianas como la ‘Tierra Santa’ de Israel y Palestina. Mas aun, los mitos fundacionales de estas y otras religiones orientales suelen ser monologicos. No dejan lugar al dialogo, al cuestionamiento o el debate.

Comoquiera que sea, las filosofías que fueron tomadas para legitimar todo esto comenzaron y se mantuvieron individualistas así como también las religiones en las que influyeron. La ley dorada del ‘No hagas al otro lo que no quieres que te hagan a ti’, es el mejor ejemplo de la mentalidad de aquellos tiempos. Al Estado le funcionaba el código moral de respeto para buscar un respeto similar a lo ajeno en el ámbito legal. El reconocer los derechos de otros seria la tarea que habría que cumplirse con creces con el devenir de los decenios, siglos y milenios.

Pero originalmente lo que había surgido en esa Primera Era Axial eran dos corrientes que estaban por lógica, en contraposición y competencia. Por un lado esta la complejidad socio-cultural, política y económica de la ciudad Estado descrita en párrafos anteriores. Y por el otro, esta la corriente de inconformidad reflejada en las propuestas de austeridad, simpleza, ascetismo y racionalismo por algunos individuos de los cuales también resaltan Platón, Sócrates, Mahavira, Confucio, y los brahmines reformistas de los Upanishad post-vedicos. Como quiera que sea, el resultado de la unión de estos fenómenos independientes nos dio como síntesis la justificación y en engrandecimiento de las sociedades gobernadas con base en esas grandes propuestas originalmente filosóficas y místicas. Pero a grandes rasgos la reacción en contra del sistema que presentaron los maestros espirituales termino siendo colonizada por el mismo sistema para defenderse y perpetuarse como lo hace hasta el día de hoy.

Siguiendo esta lógica no pudiéramos colocar a la Ilustración (circa 1700 D.C.) como una época a considerar en la búsqueda de una ‘Segunda Era Axial’, ya que a grandes rasgos esa etapa histórica buscaba coronar a la razón sobre otras estructuras humanas para hacer sociedad. Esto quiere decir que la era axial no debe ser entendida como únicamente una protesta o una contestación a algo. Esta incluiría mas, como ya se explico, la materialización de nuevas formas de entender la vida en sociedad, y no solamente la justificación de una alternativa o camino para su construcción y funcionamiento. Aparte de esto, la Ilustración era otro eslabón mas en ese afán de disociarnos de nuestra base orgánica y material, proceso que ya se dijo, comenzaba en aquella era axial antigua ya descrita.

Otro motivo que no nos permite posicionar a la Ilustración como axial es porque esta era la reserva de minorías Europeas, y aunque estos pensaran que poco a poco seria posible incluir a muchos mas en la racionalización del mundo, nunca aseveraron que esta facultad fuese factible de desarrollarse para cubrirnos a todos, así como la buena vida de Platón o Marco Aurelio tampoco estaba intencionada a que fuese algo popular.

Es por eso que no solo es romántico abrir la posibilidad de un cambio de era espiritual y el espacio de representación para la misma en nuestro mundo contemporáneo. Todo parece indicar que estamos ya bien adentrados, ahora si, en una nueva era axial, la segunda. Al igual que en aquel periodo, hoy experimentamos una crisis, pero también existen oportunidades para algo distinto. Las características son las siguientes:

Crisis de paradigmas civilizatorios: 
Creo que es factible postular la enorme falla en muchos sentidos del sistema que se emplazo desde antaño como evidencia de una crisis de paradigmas. Aquí la lista,

* La gobernabilidad y la viabilidad del Estado Nación - El abuso de los libres mercados y la crisis del capitalismo - El feudalismo contemporáneo - La calamidad financiera crediticia mundial y la crisis de la globalización - La perdida de motivación colectiva - Ausencia de virtudes y valores comunitarios - El calentamiento global - La guerra – La escasez de los recursos naturales - La Republica y la democracia en duda- La crisis institucional de la razón misma como la base de la modernidad – La sobrepoblación y el consumismo - La imposibilidad de que los sistemas expertos y las religiones organizadas puedan responder a nuestros dilemas existenciales mas apremiantes.

Por otro lado, también es cierto que existen características que hacen este periodo uno diferente, y que así como en el caso de la primera era axial, abren la posibilidad para que algunos denoten sus principales puntos positivos, mismos que pueden ser extrapolados como base para legitimar esa nueva era tan ansiada, que no necesariamente arribara desde fuera de nosotros mismos (de forma metafísica) los involucrados e interesados.

Oportunidades:
* La duda en las religiones clásicas - El surgimiento de nuevos movimientos religiosos, espiritualidades y misticismos alternativos – Una consciencia comunitaria global – Tecnologías de la información como la Internet que han liberado posibilidades para poder conocer lo inimaginable.

Se puede decir que todas estas son el resultado de la interacción de las fuerzas sociales que se gestaron a partir de la era axial anterior. Y parte de la recomendación que se hace para finalmente reconocer a la nueva era axial como existente seria el intentar hacer la transición de forma pacifica, no buscando la protesta violenta o la eliminación sistemática de las estructuras antiguas. Estas se colapsaran por si mismas - implosionando – si las mayorías pasamos a la construcción de lo nuevo en y para si mismo.

Lo que realmente marca la supuesta llegada o articulación de la nueva era es la combinación de un sistema en crisis en simultánea cohabitación con las características que la pueden trascender en cualquier momento. Solo se trata de que nos subamos al tren del cambio. Esto quiere decir que todo efecto nos abre el potencial modificar sus causas, que en ausencia de consciencia y aceptación de las mismas, pudiesen repetirse y reproducirse perennemente. En ese sentido tomamos lo bueno que derramo el pasado para tomarlo como un hilo conductor, que al estirarse, afloje y desate lo que se había tejido con antelación, para de ahí convertirlo en la punta de lanza para lo que nosotros mismos hagamos que venga.

Es por eso que creo honestamente que las bases para la Segunda Era Axial ya están aquí. Estas son fundamentalmente globales y comunitarias, en donde la búsqueda humana se da en pro de una sola tribu global que haga de la reconexión y readaptación con su medio ambiente (su base orgánica) y por ende la Naturaleza, su hogar definitivo. Con esto se terminaría con el afán de proyectar dioses fuera de este mundo. También seria bueno reconciliarnos con esa Naturaleza que excluimos hace milenios en nuestro afán de desarrollo y progreso. Esto para mi equivale a algo que llamo la ‘reciprocidad orgánica’. Y clave en esto es la inclusión del elemento femenino, mismo que por fin se equipara con el masculino. El Yin y el Yang en unísono. Esto por lógica transforma el monologo de la era mitológica en un dialogo, en donde otros, incluyendo la mujer, participan en la recreación de la sociedad y su cultura. Pero esto tampoco pudiera reducirse a la supuesta época que según algunos ya vivimos y que se llama la Posmodernidad.

Cabe resaltar que cualquier moción u actividad a favor de un cambio debiese de imitar el liderazgo y la creatividad de los antiguos maestros espirituales que marcaron la Primera Era Axial. Con esto me refiero al hecho de que la mayoría de estos no fueron revolucionarios violentos (en la definición clásica del termino). Todos propusieron alternativas al status quo para buscar trascenderle en un contexto nuevo con sus respectivas características distintas.

El reavivamiento espiritual coincide con una interculturalidad y pluralismo que comoquiera que sea son productos no deseados de nuestras ideologías y sistemas económicos jerárquicos y separadores. Es por eso que uno de los mitos mas antiguos - el cielo como hogar de nuestro ego aferrado a su identidad -, finalmente pudiera ceder su puesto a nuestro lugar de origen, nuestro propio mundo planetario contextual y simbólico, obviamente el mismo hogar de nuestro espíritu. El ego en este sentido, se alinea mas con su base terrenal, limitando las proyecciones al exterior, incluyendo un cielo en el espacio sideral. No prescindimos completamente del ego, pero lentamente podemos hacer consciencia de como su existencia, no solo nos divide esquizofrénicamente con nosotros mismos y nuestras esencias, si no que también nos separa a nosotros de ellos - los otros -, y de ellas las mujeres, como elementos femeninos que tanto nos urge incluir en nuestras narrativas monocromáticas.

Una de las cuestiones fundamentales de esta nueva era seria la inclusión de una visión de plenitud espiritual para entenderla como el agregado de todo lo que vemos, sentimos e intuimos. Esto quiere decir que no se pude seguir tomando en cuenta a una espiritualidad aislada o única, como si esta fuera un ritual o una practica distinta a todo lo demás que hacemos. En este sentido la nueva espiritualidad es holistica, ya que lo incluye todo como parte del espíritu. Es por eso que el darnos cuenta de que ya somos todo lo posiblemente espiritual contenido en un cuerpo y en un universo será fundamental para sanar esas heridas tan arraigadas en nuestra especie.

Para mi la Segunda Era Axial no es equivalente al mero cuestionamiento de un sistema en si, de una religión o una forma de organización socio-política y económica.  Me parece que tendría que ser mas un cuestionamiento a la autoridad en general como concepto. Aquí incluyo la autoridad externa (ego colectivo) como la interna (ego individual). Por eso creo que el desarrollo personal de la consciencia contemporánea coincide con la crisis del sistema y viceversa. Ulteriormente el objetivo seria abrirnos completamente para pasar a construir un nuevo hogar de forma global y comunitaria, pero en el aquí y el ahora, trascendiendo los juicios de bien y mal que hemos generado de forma bipolar, buscando con esto la aceptación de todos como somos a partir de nuestra propia naturaleza.

Pero clave también es decir que lo nuevo que se de no tiene que ser únicamente dentro de un contexto o acuerdo socio-cultural especifico. Es mejor que la nueva era sea entendida como una mentalidad distinta, pero de preferencia apoyada en un nuevo nivel de consciencia con su correspondiente perspectiva de la vida. Aquí todavía podemos ser racionales, pero no es el ultimo estadio ni la meta, es solo un camino. Pudiéramos ver metafóricamente la era como la del espejo, en donde todos nos ayudamos entre nosotros  mismos para poder ver hacia adentro en la búsqueda de una proyección mas real de nuestra esencia. Debemos ceder un poco de  ego para poder  admirar esa consciencia comun que nos une.

-- juan carlos guerra --- Nov 28,2011

Wednesday 19 October 2011

¿Y nuestra identidad? (publicado en viveinteligente.org)

México ha sufrido una dramática transformación social en los últimos años, la cual ha marcado inexorablemente a la ciudad de Monterrey, afectando su identidad de forma considerable. No cabe duda que la excesiva corrupción, la ingobernabilidad y la violencia se han convertido en realidades cotidianas que la población todavía no ha logrado metabolizar en un sentido ciudadano. En esa línea, la crisis que experimentamos hoy pudiera decirse que es una de enormes proporciones, ya que la estabilidad social y crecimiento económico saludable de décadas anteriores parece haber llegado a su fin.


Nuestra cultura regia también venía reflejando sus contrastes, sí -pero todo dentro de lo tolerable-, dado que la ideología y poder empresarial privado en turno constantemente nos recordaban que sus proyectos consistían en tratar de paliar esos desequilibrios socio-económicos y culturales que son productos naturales del desarrollo y modernización de cualquier ciudad en expansión como ésta. La exacerbación de los excesos sociales que la política no logró rasurar, y que es causa principal de la debacle de nuestro proyecto colectivo, evidenció lo mal que estaba cimentada, no sólo nuestra identidad, sino la comunidad misma, que teóricamente es la base donde se monta cualquier idea social que comparte fines específicos. Entonces la acción colectiva común del regiomontano se ha visto limitada por factores que descobijaron aún más lo que nos unía, lo cual al parecer era más instrumental para llevarnos bien -pero superficialmente- y siempre y cuando las vacas estuviesen gordas.


Es por eso que hoy se abre una enorme oportunidad para aprovechar la reciente politización de la sociedad proyectada en protestas como las que se efectuaron recientemente en el palacio de Gobierno del Estado. Este descontento no sólo evidenció dicha politización y subsiguiente desplazamiento de energía ciudadana. También reflejó lo poco unidos que estamos como comunidad, dado que la característica principal de las marchas fue el señalamiento enjuicioso entre grupos sociales, que reflejan profundas diferencias de clase con sus visiones culturales correspondientes. Bajo esta óptica la idea de una sociedad civil actualizada, que pueda resistir a los embates de un país en crisis, parece tan lejana como la misma equidad económica tan añorada. Es por eso que Monterrey debe reconstituirse otra vez como identidad funcional, siguiendo el ejemplo de una sociedad civil sensible a esas realidades estructurales que nos arrojaron a esta incertidumbre de proporciones paranoicas. Lo que se necesita es una nueva adaptación colectiva. Pero ésta tiene que tomar en cuenta que la fragilidad y el fracaso de la identidad son el resultado de una comunidad fracturada, la cual con la protesta nos demostró la poca consciencia de poder público que potencialmente pudiésemos desarrollar.


Pero por otro lado, la gran ironía es que esta crisis sistémica nos muestra el camino lógico a seguir en lo que a la construcción de una nueva sociedad civil se refiere. Aquí incluyo la obvia recuperación de los espacios verdes y las calles –ambos vistos como baluartes fundamentales de algo entendido como el espacio público – lugar que se antoja como el principal foco de atención para marcar la novel agenda política de la sociedad civil regiomontana. La tarea más grande es que estos espacios se recuperen, pero no sin antes hacerlo de forma realmente cohesiva en sentido social, tratando con esto de terminar finalmente con el clasismo y etnocentrismo institucionalizado de algunos, en su afán de competitividad y liderazgo.


Redireccionar lo que somos colectivamente debe tomar en cuenta la reconstrucción (o finalmente la construcción que no se había logrado) de una comunidad funcional, lograda así por nosotros los que formamos parte de ella, y no sólo por los alcances limitados de ciertas políticas públicas de supuesta motivación solidaria. Hay que, de una vez por todas, trascender e incluir lo que por lo menos a nivel local no nos había permitido unirnos como comunidad. Sobre esto podremos montar la identidad colectiva -cualesquiera que ésta sea- incluyendo sus nuevos fines, intereses, valores y metas.


La nueva sociedad civil regiomontana pudiera organizarse en la búsqueda de una idea realmente incluyente, y no sólo en la utilización de su población en una búsqueda competitiva por ser ejemplo nacional y mundial. Reitero que no puede haber identidad ni sociedad civil que funcione sin comunidad primero. Por eso lo primordial es establecerla de modo plural y tolerante, donde las políticas públicas y las relaciones sociales tomen en cuenta a todos los habitantes en su formato ciudadano, y no nada más por su capacidad laboral o de relativo bajo costo operativo.


A la sociedad civil regiomontana le tocara buscar un orden de factores desde donde se busque proponer, y no sólo defenderse de los embates sociales que muy factiblemente seguirá sufriendo nuestro país en su afán, también, de redefinir lo que lo es hoy, y lo que lo definirá en un futuro no muy lejano.

Friday 7 October 2011

La Honestidad es inteligente

Las palabras suelen arrastrar sus raíces a través de ese viaje de significados que sostienen nuestros mundos simbólicos. Aquí podemos colocar el concepto de inteligencia, el cual en su etimología latina refiere a la capacidad de discernir entre dos alternativas. Pero comoquiera que sea, el devenir del término ha sido uno de empujones conceptuales, que lo llevó a consolidarse en la modernidad como uno que postulaba el entendimiento racional de las cosas. Con esto se lograba puntualizar que la inteligencia era la capacidad mental de comprender el mundo y sus fenómenos; facultad determinante para la civilización, y por ende un seguro aliado en el trayecto hacia el continuo progreso humano. El coeficiente intelectual (IQ) sería en esta línea, la lógica coronación de una mente que mediante la inteligencia evalúa el mundo de acuerdo a estadísticas y exámenes psicométricos que lo corroboran.

Pero nuestra era ha sido testigo del continuo juego de intereses que busca redefinir la inteligencia humana, ya que para muchos ésta no debiese ser monopolio de la razón, de la mente, ni mucho menos de una identidad egocéntrica – en su afán de progresar a toda costa – así como la muy ‘racional e inteligente’ ideología Nazi lo demostró. Es por eso que surgen nociones alternativas como el de las inteligencias múltiples que sí toman en cuenta a las facultades mentales, pero que incluyen otras de carácter corporal (como el baile), o las interpersonales y sociales. La inteligencia emocional, por ejemplo, también identifica a la razón, pero ulteriormente coloca a las emociones y su manejo efectivo, como la base de la inteligencia.

¿Me pregunto si podrá postularse algún concepto que abarcase otros aspectos inteligentes? Esto porque la vida contemporánea nos exige muchísimo más que conducirnos únicamente a nivel personal. El mundo público no debe componerse solamente de actitudes racionalistas de individuos utilitarios que buscan lo mejor para ellos, tomando a diestra y siniestra del espacio público y social que nos concierne a todos. Es por eso que creo que existen virtudes que no sólo son inteligentes, sino que ayudan a desarrollar nuestra esencia en la comunidad y con el medio ambiente del cual todos participamos.

La congruencia es una actitud y un valor, pero también es una especie de puente que une el mundo privado personal con el público colectivo. Es por eso que la observación consciente de nuestras conductas puede gradualmente homologarlas en unísono, ya que el hacer y el decir públicamente lo que se piensa en privado es de gran ayuda para todos, incluyendo a nosotros mismos. Esta actitud no solamente es más placentera, si no que también es más razonable y emotivamente sustentable en un sentido holístico. Si yo estoy bien y lo expreso, en conjunción con otros en un medio ambiente sano y limpio, es factible que el espacio compartido sea más conducente a cosas aun más positivas.

Pero la gran ventaja de la congruencia es que también es la puerta que nos conduce a la honestidad – una de las virtudes compartidas por casi todas las culturas que han formado parte de nuestra historia civilizada. La honestidad como virtud representa la armonía y la síntesis de esos opuestos privados y públicos que tanto nos dificultan la construcción de un espacio en donde se puede verter nuestra participación. Cuando se logra ser honesto se ha llegado a un punto en donde Se Es, y se actúa acorde sin mayor esfuerzo. Nuestras conductas son transparentes porque surgen de un centro limpio y certero – una excelente posición desde donde podemos expresar nuestra esencia. Ulteriormente el ciudadano honesto se convierte en un espejo que le sirve a otros para cimentar su potencial camino hacia esa misma congruencia y honestidad.

Para entender la relación entre congruencia y honestidad podemos usar la metáfora del Yin Yang chino. Esta proyección de los géneros opuestos – pero complementarios – representa una dualidad congelada en el tiempo, que de forma didáctica explica la interrelación de las cosas a una humanidad necia en verlas de forma separada y dualista. Este símbolo de reciente popularidad en occidente sirve para explicar cómo todo finalmente embona para acercarse al uno, característica de todos los fenómenos y cosas con las cuales nos relacionamos y de las cuales formamos parte. El Yin Yang realmente es un diagrama bidimensional con un pequeño grado de complejidad proveniente del concepto del Tao, o su equivalente en el camino medio budista – el cual con la suma del blanco y negro de forma dinámica en el color gris – nos demuestra cómo todo finalmente confluye en el uno, el lugar ideal de donde emanan virtudes de la talla de la honestidad. Es por eso que la honestidad no sólo es algo congruente por añadidura, sino que es una forma de vida realmente inteligente.

Monday 18 July 2011

De Armas, Seguridad y Violencia









No cabe duda que el debate sobre las armas ha paralizado el dialogo entre los Estados Unidos de América y México. En ese sentido se antoja interesante analizar la relación que ha tenido nuestro vecino del norte con las armas.

Algunos historiadores, como Michael A. Bellesiles, dicen que las armas eran muy escasas entre la población estadounidense antes de 1840, y que así mismo, no existía un mercado civil importante para ellas antes de 1848. Si esta lectura es correcta quisiera decir que no fue realmente hasta y durante la Guerra Civil (1861-1865) en donde pudiese aseverarse que el ciudadano promedio se armó (excluyando la logica necesidad de las armas que se dió en la obtención de la República casi 100 años antes) gracias a una cultura que hizo del derecho constitucional de portar armas uno que tomaba forma tangible durante el periodo de aquellas conflagraciones intestinas. En pocas palabras, la Guerra Civil vio el surgimiento de las armas como una forma simbólica de mostrar la ciudadanía, misma que tomaba mayor importancia al reconformarse la estructura social y política, al final de aquel escenario belico entre los distintos grupos inconformes.


El pueblo americano se arma como resultado de un conflicto, haciendo de este la excusa tangible para portar armas, mismas que se relacionan con la defensa no nada mas de la ciudadanía, si no gradualmente también de la defensa de la individualidad y del espíritu que la alienta a finales de un siglo XIX. Esta poca post-guerra civil colocó a los Estados Unidos como una potencia nacional con un vertiginoso crecimiento económico con su llamada ‘Época Dorada’ de expansión industrial. Esta época marco, también, el inicio del crecimiento del complejo burocrático industrial y militar, el cual de facto se convirtió en un ejemplo a seguir  - y una justificación del Estado - para gestar una cultura de guerra hacia el exterior como al interior del país.

Ulteriormente lo que se entremezcló fue la evolución de un Estado y país fuerte, mas la necesidad ciudadana de mantener a un potencial gobierno tiránico a raya. La sintesis de esto se daba con  un concepto de ciudadanía sólido.  Esta ciudadania era supuestamente mejor defendida con el apoyo correspondiente de las armas, la cual es  la razón principal que sustenta a la original enmienda constitucional de portar armas. Pero también es muy importante - por el lado socio-económico - el surgimiento de una  realidad individualista, en una sociedad que veía como la persona promedio utilizaba  la meritocracia para llegar hasta arriba, gracias a la educación pública,  hacia la cumbre del éxito personal y profesional. La meritocrácia incluye las formas legitimas de hacer negocio que están disponibles de manera legal, para hacer de ellas una forma de vida con resultados tangibles para los millones que fueron modernizados a finales del siglo XIX y los inicios del XX.




Es desde  esa línea de razonamiento done pudiéramos entender el derecho, no nada mas de portar armas, si no el de hacer negocio con ellas, como uno que el americano promedio ve como simple y sencillamente como el mas natural. El comercio de armas tiene apoyos de corte político y económico, al ser el sustento de derechos absolutos y no-negociables para los americanos.

Entonces se vuelve inútil la discusión bilateral sobre las armas si tomamos esto en cuenta. Es por eso que México debería tomar un camino alternativo en cuanto a una potencial  negociación con los EUA. El cuestionar el derecho a portar armas americano es inútil desde una perspectiva nacional o patriota. Mejor analicemos el caso desde fuera, dejando las identidades por un lado momentáneamente.

El ciudadano de los Estados Unidos de América, consciente de ello o no, forma parte de una nación imperial -  que ha hecho de la guerra y el conflicto la base de mucha de su expansión territorial y de influencia geopolítica mundial. Es en esa línea en donde podemos colocar también a parte de su industria cultural. El cine muestra sin problemas esta realidad violenta, y en ese menester, es que la sociedad americana se ha educado a aceptar esto como parte de su realidad socio-cultural. 

El complejo industrial y militar que controla mucho del destino en política exterior de esa nación se ha encargado de diseminar discursos e ideología que sustenta su existencia burocrática al frente de la política americana.  Y esa misma ideología ha permeado a muchos grupos de corte privado que se comportan como aquellas milicas que algún día se soñaba  pudiesen enfrentar a un potencial gobierno tiránico, que pusiera en entredicho los derechos y libertades de la población.  Para ponerlo de otra manera, es difícil que una sociedad pueda ver claro dentro de una maraña de intereses, realidades e ideas que reproducen una cultura violenta.

Entonces nos podemos dar cuenta que posiblemente el americano no quiera aceptar y darse cuenta que una posible política con fines nobles para sus libertades y ciudadanía, a logrado crear problemas de corte social, resultado de las contingencias y resultados inesperados que cualquier acción política genera como secundarios a los originalmente planeados. Ejemplos de esto es la participación de las armas en negocios de gran derrama económica, legales o no, como el narcotráfico, o la venta misma masiva de armas que lo aceitan y lo mantienen bien lubricado.

Una sociedad armada e individualista toma el control de sus asuntos cuando siente que un gobierno se ha alejado de la realidad local, y esto es exactamente lo que ha pasado en el hoy con el surgimiento de milicias armadas en estados fronterizos como Arizona.  Estos grupos buscan tomar manos en el asunto con fenómenos migratorios - epitomizados con los famosos minute-men -  y de corte político, como la violencia perpetuada hacia lideres o amenazas mismas al gobierno federal en Washington, D.C. Todo esta tiranía (de algunas minorías)  se justifica con ese mismo derecho a portar armas, y como hemos experimentado aquí en México, la misma ha arrojado efectos indeseados de nuestro lado de la frontera. El narcotráfico incluye a las armas como un recurso capitalista que hace de su participación algo ineludible. En esto se han enriquecido muchos de ambos lados nacionales.

Ulteriormente de lo que México se debe de preocupar mucho mas (si es que no es ya demasiado tarde) es del posible surgimiento de un estado policiaco y autoritario en los EUA, dada la incapacidad de su cultura de enfrentar  el debacle económico y social de estos últimos años. Esta ideología política - el autoritarismo como medio consecuencialista - ha sido puesta en practica en otros tiempos y lugares en épocas de crisis. 

La nombrada visión conservadora justifica la violencia como medio para obtener fines mas refinados en alguna época futura.  Lo mas peligroso para México pudiera ser el verse desbordado  por esos grandes ideales americanos que tienen  alcances  hemisféricos. 

Es por eso que la militarización y subsiguiente guerra contra las drogas ( o viceversa) que se lleva a cabo en México, debe mantenerse muy claramente separado de una visión, y lógicamente de una cultura, que ha hecho de las armas algo determinante para la libertad - y  ó supervivencia de ciertas identidades colectivas.


Thursday 19 May 2011

Global-es / Mexico y su crisis sistemica

http://www.archive.org/details/Global-esMexicoYSuCrisisSistemica

Fuerza en lo Diminutivo

El barrio de Tampiquito es vivo ejemplo de cómo el poder ciudadano local puede modificar la percepción social que se tiene de ciertos núcleos poblacionales. Este antiguo barrio regiomontano se definió originalmente gracias al influjo de una población proveniente de Tampico, Tamaulipas. De este modo, el concepto de Tampiquito se entendía directamente por lo que su nombre describía, una pequeña comunidad con orígenes bien identificados. Pero el tiempo tiende a modificar las circunstancias de las cosas y, en este sentido, fue como poco a poco su reconocimiento como un barrio marginal se incrustó en la mente del sampetrino promedio. La identidad municipal de San Pedro surgía, a finales de los sesenta, como la de mayor estatus social, resultante del incremento de la urbanización y de la complejidad de la urbe denominada Monterrey. Para entonces, Tampiquito se había convertido en un islote de pobreza y el proveedor de trabajos manuales y rutinarios para las colonias vecinas de élite –como el Rosario y Bosques del Valle–, mismas que se habían erigido como resultado de la recolocación de las clases medias y altas hacia San Pedro Garza García, en esta misma época de expansión regiomontana.


Pero no podemos culpar a los nuevos colonos de haber tomado ventaja del mercado laboral que se abría a sus espaldas, dada la gran inequidad socio-cultural y económica que ha sido característica de este país. Lo relevante, para este pequeño análisis, es que la colonia Tampiquito se había convertido poco a poco en eso, una diminuta y muy diferente sección de la naciente Colonia del Valle; víctima de fuerzas sociales y económicas que continuamente la rebasaban. Y si en ese contexto el barrio había sido reformulado en sus alcances y aspiraciones por el resultado de decisiones políticas, que posiblemente no lo tomaron en cuenta, el día de hoy tenemos un ejemplo vivo de un intento real de participación ciudadana que busca ayudar a que el barrio se empodere una vez más, mediante la re-configuración de las características contemporáneas de su propio nombre, hacia uno que refleje las aspiraciones y actitudes de sus propios habitantes y ciudadanos.


El movimiento Tampiquito trabaja no sólo para eliminar el estigma que pesa sobre el barrio, sino para hacer del mismo un lugar digno de ser habitado, logrando desarrollar sus capacidades de manera local y autóctona, pero con el impulso de las visiones novedosas y eclécticas que surgen de una postura plural que existe en esta era, resultado de la sinergia que se logra con la llegada de otros grupos sociales que traen ya perspectivas y expectativas culturales propias. Es por eso que lo que ahora se presenta es una narrativa compartida y un desarrollo horizontal –que combina la población original– más la incursión de estas nuevas migraciones que han hecho del barrio también su hogar, trascendiendo los estereotipos que visualizan a ciertos grupos dentro de límites culturales, económicos y geográficos bien establecidos.


Uno de los efectos que se han logrado es el de modificar, hasta cierto punto, la apreciación de Tampiquito por parte de la gente que ha estado, directa o indirectamente, involucrada en los proyectos, ferias y demás esfuerzos que se han llevado a cabo hasta la fecha. Fundamentalmente, lo que se logra palpar –como participante directo que he sido en varios de sus eventos– es una atmósfera multi-cultural, en donde las diferencias de clase, estatus, nacionalidad o demás identificaciones sociales, son trascendidas en un ambiente de concordia cívica y de entrelazamiento público. Ulteriormente, ésta no es la descripción de una artefacto social que se ha independizado del arreglo público existente. No, esto se refiere más a una naciente autonomía como colonia. Ésta es una viva muestra de cómo no sólo es posible cambiar el significado que le ponemos a cualquier cosa, sino que es posible participar de ello, y hacer de esto una forma de vida en el camino.

Monday 2 May 2011

The Neo-Feudal Mythological Axis

What a mediatic week!

First, we were witness to a Royal farce which main purpose is to prevent the further stultification of a society that has recently taken part in the biggest bank bailouts of the financial system in Britain’s history. The Royal Wedding takes place at a time of crisis, which is seen by Labour Lord Maurice Glasman as one that has been witness to ‘the biggest transfer of wealth from poor to rich since the Norman Conquest’, renders the marriage - to put it euphemistically - as a hypocritical anachronism. The biggest paradox is its symbolic significance.  The marriage represents a public relations stunt whose latent objective is to prop up and bolster an already down-trodden and badly damaged middle class; the logical resultant of an aristocratic and plutocratic national economic policy. The discursive use and interplay of words and symbols boggles the mind.   The magic of it all is displayed when a ‘Middleton’ marries a Royal, thus opening up the fantastic possibilities for a meritocratic but illusory boost to a socially mobile but moribund middle-class. What a great way to try to influence the public mind by espousing myth in the midst of uncertainty and unreason!

Next, we had the canonization of a new saint for the Catholic Church. Nothing new under the sun. In a sense this is myth as usual. But the underlying motives are very obvious for the critical mind. The intention is of giving credence and legitimacy to an institution that has come under severe criticism and loss of adepts resulting from an acute information-age scrutiny of its medieval and incongruous practices. The worldwide child abuse scandal landed a scathing blow to the organization. So what is needed is to remind the public that myth needs to survive, and that its assertions towards the transcendent are more important than contemporary reason, empirically justified claims or plain common sense. Ultimately, the canonization follows a modus operandi that tries to prove that good (and God) can still be objectified in the world, by conveniently locating HIM inside some benevolent institution and near to close-to-divine human beings. In short, the Catholic Church’s main goal is to maintain an image that is mythically tantamount to a ‘force of good’.

Last, but not least, is the death of Osama Bin Laden. What a romantic way to terminate one of history’s better groomed scapegoats! Bin Laden – the CIA’s and Washington’s Frankenstein -  comes to an abrupt end in a week of symbolic victories for civilizations’ saviours –the western Anglo-American and Christian union. This representative of ‘evil’, whom paradoxically was taken out by terrorism itself, albeit state terrorism, occupies our   mind at a time when the same western axis, including liberal democratic capitalism, is under threat from a civilisational transference of wealth and power from West to East (China, India, Asian Tigers, etc).

But it is in the end the media – that presumably seems invisible and non-participant  - the part of the axis that in the end is the most powerful of all. It is in fact the piece that colours and occupies the whole inside of the triangle. Our television and computer monitors project a magic-mythological reality in a warped intention of modifying our consciences even further, and far away from the empirical reality that we face.  The state is getting bigger, the corporation is swallowing up more tracts of land and power, and finance is lubricating the machinery by enlarging the credit servitude that the middle classes and population at large harnessed eons ago.  On the other hand, organised religion just does not go away. It functions today as it did back then in the Middle Ages - as the glue that cements the whole system together - regardless of its intrinsic injustices. In the end the media is having a blast making fun of everything they can in the process.

Ultimately what is reinforced is a magic and mythical view of discourse that is manufactured by those in power -the real kind of power- to keep us all in a childish state of permanent ignorance. This takes place at a time of paradigm shifts like the aforementioned shift of influence –in many ways to the East - largely due to  western power elites who took history at face value and forgot that Imperialism and sovereign wealth  (including the peoples that help to amass it, and not just aristocrats at the helm who spend it) must be kept in check if you want to survive as a republic, to say the least. Imperial jousts for power keep reminding civilization - and the human race – of its fragile arrangements in the face of adversity and collective annihilation. But do not hesitate, and open your eyes wide and look at the new scapegoat in the making!  It is too bad that Global-Warming and Material Resource Depletion are both unluckily very difficult to pin down to an individual person or ethnic scapegoat, like Bin Laden or a rising Islam.  

Natural organic restoration is on the way…

Monday 14 March 2011

La ObstructoCracia Mexicana

Comenzó  durante el gobierno de Lázaro Cárdenas a finales de los años 30s, pero bajo los sistemas socialistas, la excesiva burocracia suele ser un resultado natural de la enorme injerencia del estado en la economía. Continuó bajo los gobiernos que estuvieron a cargo del país durante el ‘Milagro Mexicano’. Se mantuvo, obviamente, durante la subsiguiente etapa de sustitución de importaciones, que poco a poco estanco al país en el rezago económico frente al mundo. Todavía, a esas alturas, era posiblemente justificable el tener una burocracia tan grande, dado el hecho real que una economía y sociedad basada en el desarrollo interno lo ameritaba.

Pero el transito al neoliberalismo - a inicios de los 80s - exigía que esta enorme burocracia se desmantelase, dada la reducción del tamaño del gobierno que se requiere bajo este sistema e ideología política. En este  se incrementa la participación de la iniciativa privada  y se  libera a amplios sectores paraestatales del control del Estado. La paradoja de este país en el hoy es que pone en practica un sistema neoliberal, que teóricamente requiere de gobiernos reducidos, con una de las burocracias mas grandes y costosas del mundo. Esto sin tomar en cuenta la ineficiencia de la misma, en términos prácticos, en  cuestiones de cifras de crecimiento económico y eficiencia política.

¿Que esta pasando?

Primero, los burócratas son antes que nada personas con necesidades similares a los de la población común. Esto quiere decir que el mantenerse en el poder – a falta de una voluntad política que elimine lo innecesario para el correcto funcionamiento político - se vuelve una necesidad de supervivencia. En ese sentido, entre mas grande es la burocracia, mas grandes seran los compromisos políticos por mantener a cierta clase política en el poder, ya que el perder el poder seria el fin de la participación de esa clase profesional en una actividad con remuneración económica y de desarrollo profesional. En un país en donde la poca alternancia ha significado una especie de venganza hacia el partido que se va, la  sustitución de los elementos burocráticos por el partido a comenzar gobierno se torna en una pesadilla para los actuales funcionarios.

Segundo, al extenderse esa necesidad de mantenerse en el poder el sistema burocrático crece aun mas en su necesidad de perpetuarse. Es por eso que entre mas burocracia, y los costos que esta conlleva, habrá mas alianzas con sindicatos y mas apoyo a monopolios. Estas  se vuelven imperativas para lograrlo. El sindicato apoya al que esta en el poder y la televisora nos los vende todo por las obvias ventajas que esto conlleva para futuras expansiones. En pocas palabras, la bestia crece, y sus cabezas se entrelazan con compromisos casi sanguíneos, por las necesidades de poder que los mantenga a todos ganando. No importa lo que sea necesario. Poder por el poder. Aquí la obra publica no nadamas es populista, si no que se vuelve un negocio que mantiene a estas alianzas bien aceitadas. Todos son compadres y se ayudan a si mismos.

Tercero, siguiendo esa misma línea,  la ideología - que generalmente es el constructo racional y bien intencionado que legitima a un grupo de políticos que ofrecen una visión clara de cómo ayudar temporalmente a la mejora de la nación - se convierte en una prostituta para logar cumplir con las necesidades que se han creado hasta ese momento. La ideología política y la representación era originalmente la ‘excusa’ moderna de alguien que tomaría las riendas de la nación, las cuales no les correspondían eternamente, como sí le pertenecían al monarca o al dictador. En ese sentido las alianzas ideológicas extremas - como las de la izquierda y la derecha - se hacen posibles. Uno quiere evitar perder el poder y otros las aprovechan para colarse en el mismo, aunque sea por un resquicio.

El perdedor en todo esto es el pueblo - o la ciudadanía - como ellos la llaman cotidianamente. Entonces nos toca vivir con una burocracia que se justifica a como de lugar para logar mantenerse en el poder. Y por eso las ideologías se convierten en un artífice mas de esto.

No se sorprenda, pues, estimado lector, si cada vez observa un incremental y a veces exagerado numero de reglas, normas, leyes, semáforos, mítines, reuniones, coches de lujo, y demás excesos, mas allá de los necesarios para la operación de la nación. Todo esto forma parte de la Obstructo-Cracia en que se ha convertido nuestro país.

En vez de hacer fluir, impedimos.    En vez de facilitar, obstaculizamos.

Así justificamos la  ‘chamba’.

Sunday 13 March 2011

El miedo como política publica en México

Parte de la ceguera de los políticos es que sacrifican los medios para obtener los fines que se plantean con cualquier política publica. Es  lógico que debe existir un sacrificio para cualquier fin - ya que las cosas requieren de esfuerzo y tiempo colectivo. Pero los medios o el camino a seguir no debe de sacrificarse al extremo en pro de ningún objetivo - que se establece como superior - aunque se trate de la supuesta sapiencia de la clase política.  Existen niveles de gradación en la ecuación, pero dejar los medios a la deriva en pro de fines utópicos, como el caso mexicano lo demuestra, son características de gobiernos autoritarios e ineptos, se encuentren donde se encuentren.

Independientemente de los fines que se busquen con la guerra que México ha estado experimentando de forma permanente, lo que hay que analizar es el efecto que el miedo ha tenido sobre la población. Francis Fukuyama en su libro sobre la ‘Confianza’, nos dice que este valor humano se vuelve imprescindible para que las sociedades progresen - ya que la confianza es la base para que cualquier institucionalidad sea efectiva. El describe a México, lógicamente, como un país de bajo nivel de confianza - por la baja incidencia en la relación gobierno/pueblo. El fracaso institucional contemporáneo de nuestro país es la mejor evidencia de esto.

Pero Fukuyama se refiere al nivel del espacio publico, un lugar que debe de existir,  no nadamas delimitado físicamente para las asambleas o para hacer política, si no como una realidad mental que hace a una comunidad política una efectiva. El  respeto a un espacio publico es necesario para que la ley pueda sancionar a los trasgresores en los derechos de otros. También es el lugar donde se obtienen otras libertades. Este espacio se logra psicológica y socialmente  mediante una educación publica que coloque a la comunidad en ese menester. El peligro con un país tan mal educado en civismo, e individualista como el nuestro, es que la desconfianza termine por erosionar ese espacio publico que se vuelve  tan necesario hoy como siempre para seguir operando como país.

Pero si escarbamos por debajo de este espacio publico ingresando en la mente del mexicano promedio, nos daremos cuenta que el miedo ha lastimado la psique individual y colectiva de la sociedad - en un nivel mucho mas determinante para la operación de la comunidad - mas allá de la organización política de la cual somos participe. En pocas palabras, el miedo esta afectando nuestras relaciones sociales y personales por culpa de una política que supuestamente busca ‘armonizar’ a futuro  los valores cívicos y patrióticos. Siguiendo esta línea, no hay patria que funcione si la comunidad primero no esta bien consolidada. La patria se monta sobre la comunidad, y no al revés.

El sociólogo  alemán Niklas Luhmann nos dice que un mínimo de confianza es necesaria para que el mundo social funcione.  El se refiere a cosas tan básicas como que la puerta del coche abra cuando se le requiere o que el vehiculo que se tiene que detener para que yo pase lo haga. En ese sentido, es que el miedo ha generado una desconfianza en niveles alarmantes, los cuales están muy por debajo de lo político. Con esto me refiero a que ya no confiamos en nadie porque este puede representar una amenaza, como rutinariamente nos vende el sistema político y mediático tan monopolizado  y hegemónico como el mexicano. Abraham Maslow nos decía que es necesario trascender las necesidades mas primarias para lograr ascender en conciencia y en funcionalidad como personas y sistemas. En su versión política, esto querría decir que si queremos tener comunidad, y por consecuencia una conciencia política-publico-patriótica, es imperativo dejar detrás lo que la obstaculiza. El miedo es lo contrario a la dignidad y la  civilidad. Es por eso que se debe de construir un sistema desde abajo y con inteligencia. No se debe de construir desde arriba y con ignorancia. Ni mucho menos con miedo.

Japan and its mythological intercourse with the elements

The Japanese myths speak of a fundamental relationship of its people to a ‘sacred’ land that has historically been under constant threat of external and foreign forces. The most recent Tsunami is another example of how the Japanese character has been moulded in the process of adaptation and transformation of this ‘land of the rising sun’ as the country is better known.


Having descended from the sun goddess Amaterasu, the Nippon community obtained an initial sense of honor in the fact that both their origins and agriculture were rubber-stamped and protected by a deity that would assure them continuity and success in the hands of her chosen leaders, the imperial house. The national’s flag symbol, the sun, is the projection of Amaterasu’s grace upon its people. It is then a symbol of national pride and unity.


The Shinto beliefs and religion describe a land that was created by the gods, thus reinforcing the idea that a special people were related to a divine and chosen land. It would lay in the hands of the leaders, in not only maintaining these ideas, but in expanding them to in order to establish an organized and well-controlled community that would seek progress in order to better legitimate the terrestrial but divine realm that was bequeathed for them in order to do so.


So, in this sense, the 13th century Mongol invasion that was thwarted by a sea storm must have been the intervention of some divine being. This gave birth to a concept, better known as ‘Kamikaze’ or divine wind, that describes the predestinatory salvation of ‘the chosen nation of the gods’ to have survived one of the most aggressive tribes that history has seen, the Mongolian hordes.


The Japanese are a conservative people - not just because of the obvious fact of being inhabitants of an island nation that lies under a geological fault line. Its culture has been under constant threat of ancient imperialism and the more contemporaneous forces of globalization. This has enclosed them even further within their own political bounds. It is safe to say that the nature of the Japanese land and the character of its people that has been successfully laid out as the main fact behind the astonishing discipline and work ethos of a most successful nation today.


But a most ironic reality is that Japanese imperial leaders utilized the Shinto beliefs and symbolism to justify military ventures both within and outside the nation. The aggressions of the 1940s was portrayed in the modification of the national flag, were the Sun extends its rays outwards. This symbol was deliberately made to represent the expansionism and belligerence of its military and naval forces whilst simultaneously intending to unleash the Japanese spirit, which remained dormant and well tied to domestic mores and constraints. The desperate aerial raids - kamikazes- used during the war against the allies, were justified once again in divine myths.


The fire and atomic bombs which devastated part of Japan’s geography revived once again its mythological makeup, and its greater effects - besides the most obvious deadly ones - was to put back the ultra-nationalist genie and extremist tendencies back into the bottle. On the other hand, the collective energy, which was still there, was harnessed into constructing one of the most powerful and progressive economies in the world.

Today’s tsunami is reminiscent, again, of how much this country and its people have been shaped by external events, especially the forces of nature. It remains for them only to reshape their fate once more by altering the curse of their 'special destiny' that their mythology supports. But the risk of the fire god of blowing its nuclear breath into the veins of the land has to be averted. The ‘Kamikaze’ has to make its appearance anew, but this time the task is to prevent a catastrophe of atomic proportions. Good luck to them.