Monday 2 July 2012

La intención dirigida y el despertar de la consciencia





Todos sabemos que no se puede vivir sin   expectativas, ya que suelen ser la justificación  de la conducta. ¿Para que motivarnos a hacer algo si no se obtendrán los  resultados deseados?

Pero para entender esto en la practica se tienen que analizar  algunas estructuras básicas que determinan su funcionamiento.

Primero la motivación. Esta suele ser la base de todo, ya que sin ella no seriamos más que seres inertes. Pero en la practica es muy difícil darse cuenta claramente de que nos motiva, como también nos es complicado distinguir si las motivaciones son producto de la reflexión, o si están compuestas de  emociones, impulsos y necesidades  inconscientes. Yo creo que es difícil concluir que las motivaciones de la conducta están libres de influencia. Pero de que nos movilizan a la acción no cabe duda.

Después vienen las  expectativas, que son ideas o  conceptos que construimos en nuestra mente en relación a lo que podemos esperar del acto de hacer algo. Estas son el resultado del condicionamiento psicológico y de la experiencia de haber obtenido cosas y resultados gracias a ellas. Las expectativas no existirían si no hubiese ya un record cultural de su obtención por otros y  un  historial personal de ellas para nosotros. Vivir creyendo que su cumplimiento es posible es parte de ser humano. Pero las resultados a las expectativas no dependen de nosotros, en su mayoría.

Lo peligroso es que las motivaciones y las expectativas  se combinen inconscientemente, y si este es el caso, pues estaremos viviendo nuestras vida como proyección propia, siendo esta una receta segura para el sufrimiento. El pegamento de esta alianza será el ego, que hará de su poder el obstáculo mayor para la aceptación de que las cosas no son siempre como queremos - y por ende nos estancaremos en el desarrollo personal. Esto porque el ego busca centralizarlo todo en pro de una personalidad supuestamente sólida y bien definida.

Por eso la intención – especialmente la focalizada – es mucho mas que la simple síntesis de la motivación/expectativa.  La intención es una operación mental, obviamente, pero también es una prueba del poder de la consciencia en nosotros. Y aunque la intención no esta ajena de la influencia del ego, el poder dirigirla le permite a la persona el observarse a si mismo  - en la búsqueda de distinguir su voluntad y libre albedrío de las expectativas y motivaciones que pueden enturbiarla. Muy diferente es esto - en donde uno se da cuenta que tiene voluntad o libre albedrío - a decir que las conductas están orientadas a obtener todo lo que se desea, y que el mundo exterior debe sujetarse a ello.

Otra ventaja de dirigir la intención es que se le puede limpiar de las emociones que la motivación y la expectativa traen consigo  como bagaje - producto de la  personalización que el ego asegura como función primaria. Siguiendo esta línea, la intención opera como una especie de depurador -  que logra separarla y diferenciarla de las motivaciones/expectativas. Pero la intención también es una herramienta fundamental en el gradual descubrimiento de uno mismo, camino que incluye el despertar hacia el descubrimiento de lo que nos motiva, y como esto no es lo mismo que lo que esperamos que nos suceda del exterior.

Esta separación de la motivación y la expectativa no solo es sana para la psique, es clave para crecer espiritualmente. Si todo lo que esperamos es para satisfacer nuestras necesidades, el despertar de la intención servirá para darnos cuenta de lo fútil de ese camino. Esto pudiese ayudar a  refinar este proceso, buscando eficientar lo que buscamos y  mejor manejar lo que esperamos. En pocas palabras, la intención no prescinde completamente de emociones, pero logra identificarlas como ajenas. Si hemos hecho de nuestras expectativas una fantasía emocional es porque no  hemos separado la consciencia de ello. En ese sentido, estaremos viviendo en la esperanza perpetua del vivir atados a nuestras emociones, impulsos y fantasías provenientes de una motivación desenfrenada. Pero esto no quiere decir que las emociones, la  fantasía o un sueño no sean caminos sinceros ni que puedan convertirse en realidad. Lo importante seria hacer de la intención la plataforma para estas, y no dejarlas como motivaciones ideales únicamente.

Y la forma de poner toda esta abstracción en practica es mediante el manejo de las reacciones ante los resultados no obtenidos de nuestras expectativas. En vez de enojarnos, bloquearnos y culparnos, mejor seria transformar la reacción en respuesta, en donde el que toma el mando consciente de las decisiones es el mismo centro que  en primera instancia genera las intenciones y los decretos. El hogar de la insatisfacción esta lleno de  motivaciones y expectativas no resueltas e incomprendidas. La clave, entonces, radica  en evitar que el enojo producto de una expectativa no lograda se dispare de forma inconsciente, obstaculizando el flujo consciente en nuestro  camino hacia la aceptación.

La reacción hunde a la consciencia  en el pantano de la motivación frustrada, mientras la respuesta la coloca en el nivel de la aceptación.  De ahí se puede transitar más sutilmente a la voluntad y el libre albedrío. Al no ser emocional la respuesta, esta le permita estar mas cerca del laboratorio de la intención, desde donde se programara la siguiente expectativa. El limpiar la intención de motivaciones y expectativas le dará  la posibilidad al individuo de  ver que el resultado de las cosas  que espera no depende de el. Así se podrá percatar que la expectativa es, en muchos sentidos, la proyección no cuestionada de las motivaciones propias, las cuales son colonizadas por el ego en búsqueda de la justificación de los actos personales.


Entre menos obstáculos le pongamos a nuestra intención/voluntad mas rica será nuestra personalidad y su expresión. Mas aun, mejor equipados estaremos ante los embates de la realidad que desde afuera nos condiciona a adaptarnos o sufrir eternamente. La intención toma el control del péndulo para moverse conscientemente, oscilando entre  la motivación y las expectativas en nuestras vidas.



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