Thursday 11 April 2013

Margaret Thatcher y la mitología neoliberal





No hay libertad, al menos que haya libertad económica.        - Margaret Hilda Thatcher
                                                                                         


No cabe duda que uno de los logros más admirables de Margaret Thatcher fue el haber conseguido ser la única mujer en el poder  dentro de uno de los sistemas políticos más conservadores y chovinistas del mundo. Pero, paradójicamente, este gran ejemplo de emancipación femenina fue nublado por su record como una primera ministra dura y ‘masculinizada’, el cual para muchos marcó el inicio de la debacle económica y social del Reino Unido posimperial.

En esa línea es que podemos entender los fundamentos de la base ideológica de la llamada ‘Dama de Hierro’. Lo importante para ella era el híper-individualismo y sus posibilidades meritocraticas dentro de una sociedad fragmentada y atomizada.  Para lograr esas condiciones se hizo necesario el reestructurar a la sociedad, abriéndole mayores posibilidades a los individuos sobre la colectividad en su conjunto.   

Para eso se volvió imperativo el desmantelar el estado benefactor, incluyendo la desaparición de los sindicatos y demás instituciones sociales, que según ella se  habían vuelto en un anacronismo por su ineficiencia. Esto fue suficiente para legitimar la implantación de un nuevo sistema neoliberal, y con ello se logro una de las mayores transformaciones sociales en la historia de las islas británicas.

El neoliberalismo es un sistema y filosofía política que básicamente posiciona a la economía en la cumbre de todas las variables sociales. El tamaño del Estado se reduce, y con ello su injerencia en lo social y su regulación de la economía. Pero en realidad esto no previene que algunos miembros de la sociedad les vaya mejor que a otros, dado que la poca regulación resultante de un Estado con menores atribuciones, es que surjan monopolios que logran consolidarse como corporaciones, las cuales son  técnicamente legitimadas en nombre del interés del individualismo liberado y  ultra-competitivo.


Las reformas neoliberales comprenden lo siguiente:  Primero, se reduce la  inversión en lo  público, mientras se alienta mucho más lo  privado. Aquí se  privatizan  empresas estratégicas y paraestatales, buscando con ello imponer de lleno el libre mercado. Aparte se  externalizan las industrias clave  hacia donde la producción con mano de obra de bajo costo las haga  mucho mas eficientes. Después, se abre la finanza para que busque mayor acceso e integración con  capitales  especulativos de alcance global, abriendo los accesos al crédito  a todos, que técnicamente ‘liberan’ al ciudadano, al cual  convierten en consumidor. Por ultimo  se difunde y emplaza una cultura que hace uso pervasivo de la narrativa del consumismo como la base del progreso y  la felicidad misma.

Una curiosidad de Lady Thatcher, como una de las principales deidades de la ideología neoliberal, es que no presentó  características nacionalistas muy pronunciadas, si no más que nada hizo del pragmatismo político y estratégico su forma de operar. Ejemplos de ello fueron la recalcitrante intervención en las Malvinas (Falklands), y su perpetua critica hacia  la Unión Europea y sus enormes presupuestos. Thatcher encontró un amigo ideológico mucho más cercano en Ronald Reagan - la contraparte neoliberal americana - que en cualquier líder de Europa continental. Con esto se fortaleció el Atlanticismo  anglo-americano, en detrimento de una mayor integración con Europa.

Los logros económicos de su mandato fueron mixtos. Pero lo mas presumido fue  la dichosa macroeconomía, la cual logró reducir el gasto público, la inflación y el déficit fiscal del Estado. Pero los resultados microeconómicos se centran en la gradual perdida del poder  adquisitivo de los trabajadores, ya que los salarios reales se redujeron, debido a su novedosa competencia a nivel global. La manufactura británica desapareció en manos de los chinos, y en su lugar quedaron las corporaciones transnacionales, las cuales bajo Margaret Thatcher lograron consolidarse como no se veía desde tiempos imperiales.  


La cultura del consumo corporativa y demás ideas neoliberales se extendieron a distintas latitudes del mundo, siendo Chile e Indonesia dos de sus principales estrellas. En estos países no importó que fuesen dictadores  del corte de Pinochet y de Suharto   los que implantasen las ‘reformas’ que el neoliberalismo exigía para entregar su afamado ‘progreso’. Thatcher alguna vez se refirió a Suharto como uno de sus ‘mejores y mas valiosos amigos’, mismo tirano  que directamente se encargo de la eliminación de por lo menos  medio millón de personas, durante los mas de treinta años que duro su mandato. Pinochet, por su lado, escogió el reino Unido para pasar la ultima etapa de su vida en exilio, y fue ni más ni menos que Margaret Thatcher la que le acogió. Las cuentas millonarias no  declaradas del dictador chileno son el mejor ejemplo de esta turbia relación. Como legado, Margaret Thatcher y sus secuaces neoliberales  nos dejaron con una cultura que  endiosa al dinero, independientemente de su procedencia.



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