Thursday 8 November 2012

La televisión como intermediario en la construcción del relieve político-mental de la ciudadania




El caso mexicano y el estadounidense sirven como ejemplos en donde la preponderancia de la televisión como medio de comunicación ha hecho de la política no solo un espectáculo, si no que representa el medio desde donde se construye a los candidatos en si mismos.  La televisión estructura  el relieve político-mental de la ciudadanía en relación al poder supremo que los representa. 

Esto quiere decir que lo determinante en la política representativa contemporánea no es tanto el poder legislativo y los congresos – ya que estos realmente han gobernado tras bambalinas desde tiempos romanos – si no que lo determinante es como se establece al frente la cabeza simbólica, que desde tiempos arcaicos ha venido representando al patriarca de la comunidad y el padre simbólico de nuestra gran familia.

En este sentido la televisión permite que la función ejecutoria del máximo representante se facilite, ya que este medio logra personalizar una relación que seria muy difícil sin ella en países tan grandes y poblados como México y EUA. Esto quiere decir que la historia personal y biografía del presidente puede ser presentada como una novela, en donde los capítulos son manufacturados para que este aparezca de cierta forma, enfatizando ciertos eventos o enunciados políticos que favorezcan su  imagen y la de su partido.

Las presentaciones son intercedidas por la TV, y esto obliga a los medios de  comunicación masivos a participar en la elaboración de dichas  presentaciones, con el afán de que ambos - políticos y medios - sean beneficiados de forma espectacular ante la ciudadanía. Ejemplos de esto son las dos campañas presidenciales de Obama y obviamente la de Peña Nieto, en donde ambos candidatos lograron un enorme capital simbólico gracias a que fueron presentados de forma telegénica. El medio de comunicación participa tratando de realzar y embellecer el  discurso como ‘show’ mediático, buscando llamar la atención del televidente. Todo esta parafernalia  se complementa con la substancia que el mismo presidente enfatiza con su discurso http://electad.com/video/barack-obamas-election-night-victory-speech-november-6-2012/ . Es por eso que algo así puede interpretarse más como retorica y demagogia que como substancia  política. 

Obama inauguró su periodo pasado de forma similar, pero en la practica contradijo muchísimas de sus promesas de campaña. La sociedad que el describe simplemente no existe. En pocas palabras, la televisión se ha vuelto  el mejor aliado de la política, ya que no solo le abre y delimita un espacio de representación a la burocracia, si no que la TV es la política contemporánea misma, ya que este espectáculo ayuda a manufacturar la psicología-social del público. Podemos decir aqui que la democracia se ha convertido en  telecracia. 

No puede dejarse a un lado también el hecho que en la practica el líder se transforma en una especie de héroe, que aparecerá  intermitentemente en la TV como el redentor de la sociedad. La TV sirve para lograr los vínculos necesarios de confianza en el camino hacia el  consentimiento público.
La toma de protesta y el discurso inician el ciclo político-mediático que indica la pauta que se seguirá a partir del establecimiento de la polaridad simbólica que se fija en un espacio y tiempo determinado. Esto quiere decir que técnicamente establecemos una relación dual. Por  una lado se institucionaliza un símbolo patriarcal que representará de forma novelada su ejercicio del poder, y por el otro se construye el personaje que actuará una narrativa humano-política durante el tiempo que dure su mandato.  


La TV facilita la propaganda misma, ya que funge como el medio preferencial  que proyecta  las intenciones de cualquier enunciado político. Por eso el aparecer en TV puede ser sumamente peligroso para cualquier político. Si se dice algo malo esto tiene muchos efectos sobre su persona y su puesto. Por eso es que los políticos cuidan mucho su imagen televisada. He aquí donde recae el máximo engaño posible. La TV abre la permanente posibilidad de perpetuar la demagogia y la retorica que puede hacer de la representación del personaje, y de la política misma, algo muy superficial. Aguas con la manipulación de la telecracia...      http://www.youtube.com/watch?v=Kidxh6vYN84


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