Tuesday 12 March 2013

El cupulazo papal y el encubrimiento




 Dicen que no se debe juzgar a nadie de acuerdo a su pasado. Pero también se dice que no se puede entenderlos sin tomar en cuenta lo que dejaron  atrás, especialmente si se aferran a ello  para perpetuarse.

Este es el caso de la Iglesia Católica, institución que defiende una idea especifica de dios, la cual el día de hoy elige a su nuevo monarca, de acuerdo a un sistema arcaico que es anti-democrático y poco transparente.  Este sistema es el resultado del celibato y de la corporatización de la Iglesia, procesos que llevan más de mil quinientos años cocinándose.

 El celibato se hizo  para centralizar las decisiones y el discurso en una curia aristocrática. Esta cúpula elitista se asemeja a la estructura imperial romana de donde proviene su inspiración original, mismo que permite la mínima o nula transformación  de las practicas que eligen al líder  de la  iglesia.  El resultado de esto fue una monarquía de corte electoral, ya que los puestos no son hereditarios gracias al celibato de sus miembros. Solo que dicha  elección no es ni popular ni representativa.

Además, la lógica detrás del celibato es el de no distribuir los bienes y riquezas entre los miembros y potenciales familias del sacerdocio. Con esto se concentró aun más el poder en una sede corporativa, como lo es el vaticano. Esto se traduce el día de hoy en inversiones multimillonarias en bienes raíces y propiedades, asi como su participación en  banca y  finanzas, como otras de las actividades de corte ‘espiritual’ de la iglesia.

Otra razón del celibato fue que estableció  el poder absoluto de un papa infalible como poder patriarcal al frente de la institución. Y como efecto de ello,  es que se desarrolla  un culto a la personalidad masculina de sus dioses y de sus jerarcas, convirtiendo al clero en propiedad de la iglesia como en el peor de los sueños marxistas. Los modos  de producción y la mano de obra fundidos en una sola maquina monopólica y corporativa.

Los resultados son obvios. Lo que vemos es una parte de la iglesia que hace uso de sus admiradas piezas masculinas para ventilar esa sexualidad incomprendida y frustrada, efecto de haberla reprimido en afán de algo supuestamente más sublime.  Todo esto hace que Iglesia física sea lo más importante, mucho más que el mensaje espiritual y  la comunidad de creyentes sobre los cuales supuestamente se paran.

El día de hoy seremos testigos, otra vez, de una decisión cupular para la elección del siguiente monarca. El Papa deberá ser uno lo suficientemente experimentado para ocupar el puesto pero lo suficientemente viejo para que no dure mucho. Hay que recordar que la lucha de poder intestina corroe a muchos cardenales,  que esperan también ser ‘elegidos por dios’. 

Entre los candidatos se barajean muchas opciones, entre ellas los de raza negra y amarilla. Pero lo clave es entender el porque existen estas posibilidades, en una institución que se ha caracterizado por ser de elite blanca y europea.  En la practica esto se hace similar a como hizo Estados Unidos con su presidente. Obama representa la diferencia multicultural, pero en realidad ha gobernado a favor de los intereses mas oligárquicos y elitistas del país. O sea, una marca corporativa cualquiera.

El puesto se abre a tan diversas y novedosas opciones por pragmatismo, ya que la creencia y confianza es cada vez menor en Europa. Por eso es que están externalizando la decisión hacia afuera del viejo continente.  Se lo traen de donde todavía hay creencia y negocio, paises alejados de las múltiples demandas a los ex-Papas de origen europeo, en relación al encubrimiento por violaciones a derechos humanos, de abusos sexuales y excesos de corte financiero.

Todo este circo  es todavía evidencia el día de hoy   de lo arcaico que es  este monopolio corporativo de Dios. 

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